Gastronomía

PradoRey Ribera del Duero, la grandeza de un terruño

El Real Sitio de Ventosilla era una propiedad ya famosa en el siglo XVI

PradoRey Ribera del Duero, la grandeza de un terruño
PradoRey Ribera del Duero, la grandeza de un terruñolarazon

La Ribera del Duero vivió su momento de mayor expansión en los últimos años 80, a partir de su distinción como Denominación de Origen. Como consecuencia de ese paso fundamental para dar a conocer sus vinos, se implantaron en la zona numerosas bodegas nuevas, pero ninguna con la fuerza y el impulso innovador de PradoRey.

Está situada a pocos kilómetros de Aranda de Duero e integrada en el marco de las 3.000 Ha que comprende el Real Sitio de Ventosilla, una finca que formó parte de las propiedades reales de Isabel la Católica, Carlos I y el Duque de Lerma, entre otros. Actualmente es la mayor propiedad agrícola, ganadera y cinegética de la mitad norte de la Península.

Fue adquirida en 1989 por uno de los grandes emprendedores españoles del siglo XX, Javier Cremades de Adaro, con el fin de hacer realidad uno de sus sueños: elaborar grandes vinos.

Hacer vinos de alta calidad era algo que a Cremades le motivaba especialmente, ya que en su primera juventud llegó a elaborar vinos en La Mancha para ayudarse económicamente en los estudios de ingeniería y siempre recordó con placer aquellos días, así que puso manos a la obra en cuanto encontró un lugar especial para realizar su sueño: el Real Sitio de Ventosilla.

Desde sus primeros pasos PradoRey ha sido una bodega inquieta e innovadora y muchas de sus ideas suenan hoy a clásicos de la Ribera del Duero: por ejemplo la categoría de «tinto roble» –actual superventas de la D.O.–, o su atípico rosado –combinando tempranillo y merlot y fermentado en barrica–, o la implantación progresiva de los tapones de rosca para los vinos jóvenes destinados a los mercados exteriores.

Pero la base de su prestigio –sin ninguna duda– proviene de sus tintos con crianza, a los que se destina el grueso de los esfuerzos. Así, dentro de la finca se han identificado y seleccionado hasta siete parajes diferentes, en los que se han plantado uvas de distintas variedades –aunque con gran preponderancia de la autóctona tinta fina o tempranillo– y se aprovechan las peculiaridades de cada parcela –altitud, orientación– para imprimir a los distintos vinos de PradoRey una personalidad bien definida.

Este es el caso del crianza, que proviene exclusivamente de uvas cultivadas en la Finca Valdelayegua, situada en altitud –en torno a los 815 metros– como casi todo el viñedo de PradoRey, con orientación norte-sur y sobre un suelo arcillo-calcáreo. La producción de la finca está autolimitada a 4.000 kilos por Ha.

PradoRey Rueda, la mejor tecnología al servicio de la calidad

Si PradoRey en Ribera siempre ha estado liderando la innovación, su presencia en la D.O. Rueda ha seguido un proceso muy similar. Aterrizó allí en 2005 y en 2007 ya estaba en marcha una bodega espectacular, dotada de todos los medios técnicos necesarios para hacer grandes vinos blancos.

Entre estos medios técnicos destaca un proceso llamado Boreal –que había llegado al mercado en 2004– y que mediante la criogenización consigue la congelación inmediata de las uvas al llegar a bodega, conservándolas luego en atmósfera inerte justo hasta el momento en que han de iniciar su fermentación.

Es un método menos agresivo y más eficiente que el tradicional de enfriamiento por agua y asegura la conservación de los aromas y la perfecta planificación del momento óptimo de inicio de las fermentaciones.

En la actualidad se elaboran en PradoRey Rueda tres vinos blancos fundamentales: el PradoRey Verdejo que hoy les ofrecemos, auténtico superventas, el PradoRey Sauvignon Blanc y el PR3 Barricas –fermentado y criado en barricas de tres robles diferentes– de producción muy limitada.