Investigación científica

Biobancos: Almacenes de tejidos humanos al servicio de la ciencia

Casi un centenar de centros guarda muestras de sangre, saliva, cerebros, mucosas, lágrimas... útiles para proyectos de investigación contra enfermedades graves. España fue el primer país que creó una red de biobancos con un modelo que, en la actualidad, se está copiando en Europa, América Latina y Oriente Medio

Biobancos: Almacenes de tejidos humanos al servicio de la ciencia
Biobancos: Almacenes de tejidos humanos al servicio de la ciencialarazon

Casi un centenar de centros guarda muestras de sangre, saliva, cerebros, mucosas, lágrimas... útiles para proyectos de investigación contra enfermedades graves.

Son los llamados «bancos buenos», porque no cobran comisiones y dan la mayor rentabilidad: investigar contra graves enfermedades. Y lo hacen almacenandomuestras biológicas humanas que ponen a disposición de la ciencia.

Cerebros, tejidos, sangre, lágrimas, saliva... Todo con el objetivo de acabar con esas dolencias que todavía se nos escapan, como algunas cardiovasculares y neurológicas, tumorales, patologías infantiles o enfermedades raras. «La función de los biobancos es captar muestras humanas con datos asociados para que puedan ser utilizadas por investigadores en proyectos viables y de excelencia», explica Manuel Morente, director científico del Biobanco del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y coordinador de la Plataforma Nacional de Biobancos.

«Es una herramienta de apoyo a la investigación. Se ceden y guardan muestras de pacientes, tanto enfermos como sanos y los datos clínicos se manejan con la supervisión legal y ética necesaria para que los investigadores realicen estudios», añade Enrique de Álava, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Virgen del Rocío, y miembro del comité de dirección de la Plataforma Nacional de Biobancos.

Por qué humanas

Pese a que las muestras que normalmente se utilizan de animales han sido y son muy útiles, no dejan de tener grandes diferencias con el ser humano, algo que corrobora Morente: «Una gran parte de la investigación se realiza utilizando modelos, es decir, animales de experimentación y cultivos celulares. Pero, aunque estos modelos tradicionales tienen un valor tremendo, no son totalmente válidos debido a las grandes diferencias que tienen con los humanos. Esa diferencia es la que vienen a salvar los biobancos, poniendo a disposición de los investigadores las muestras humanas correspondientes a pacientes reales», añade.

«Made in Spain»

En España, la mayoría se encuentran en hospitales, aunque también los hay en grandes centros de investigación. En la actualidad, existen unos 90 biobancos en nuestro país, 52 de los cuales trabajan dentro de la llamada Plataforma Nacional de Biobancos, una iniciativa del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) coordinada por el Biobanco del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). En ella, se reúnen en total cerca de dos millones de muestras de tejidos de pacientes, 135.000 de las cuales han sido aprobadas en el último año para ser usadas en más de 1.300 proyectos de investigación. «La Plataforma sirve para que estemos todos en red y podamos vehiculizar las solicitudes de toda España», explica Xavier Matías Guiu, director del Biobanco IRBLleida.

Es más, el grado de organización colectiva en España es único en el mundo. «Fuimos los primeros en crear una red de biobancos con un modelo que está siendo copiado en Europa, América Latina y Oriente Medio», destaca Morente. Sin embargo, somos el único gran país de la Unión Europea que no está adherido a la Red Europea de Biobancos (Bbmri por sus siglas en inglés: Biobanking and Biomolecular Resources Research Infrastructures). « No se entiende que España, el noveno país en producción científica del mundo, no participe en esta estructura pan-europea especialmente cuando ha sido la pionera en estructuras cooperativas de biobancos. Esto nos resta presencia internacional y dificulta al máximo el acceso a grandes proyectos internacionales, con su consiguiente pérdida científica y de retorno de inversiones», argumenta Morente.

Por su parte, Enrique de Álava, explica que «la pega, el presupuesto. Nuestra plataforma no está representada en las instituciones europeas. Hay una red europea y nuestro gobierno no paga la cuota y eso nos corta las alas. Es un reto que nos conozcan». Lo importante es la labor altruista, ya que son establecimientos (públicos o privados) sin ánimo de lucro. En ellos se recogen muestras, no sólo de enfermos, sino también de personas sanas que deseen colaborar, ya que «los necesitamos como controles», asegura el citado experto.

En los hospitales, el biobanco «suele proponer al paciente que done parte de lo que se le ha extirpado quirúrgicamente, es decir, ese tejido que sobra una vez realizado el correspondiente diagnóstico por parte de los especialistas en Anatomía Patológica, y que en circunstancias normales se destruiría. Y es que ese excedente puede ser de gran importancia para investigación. «No le va a suponer ningún nuevo procedimiento ni molestia al donante», aclara. En caso de que el individuo quiera donar, también puede preguntar directamente en los grandes hospitales si tienen biobanco para hacerlo.

Las muestras

¿Qué se hace después con esas muestras? Algunas se incluyen en parafina y se conservan a temperatura ambiente, mientras que otras se congelan y se mantienen a menos 80 grados o a menos 190 grados, dependiendo del tipo de muestra. «Se congela en tiempo muy corto tras obtenerlas, en menos de dos horas», explica Matías Guiu. «En cuanto a la sangre, se fracciona y se consigue la máxima diversidad de producto para dar mayor rendimiento», matiza Morente.

Pero, además, los biobancos continúan en evolución y los tipos de muestras varían. «Por ejemplo, en cáncer, se almacenan muestras de tejidos (tisulares) pero a veces hay tumores poco accesibles para tomar muestras, por lo que ahora se trabaja en una estrategia para obtener el DNA que las células tumorales vierten a la sangre. Es un nuevo tipo de muestra llamada biopsia líquida», explica el director del Biobanco IRBLleida.

Sencillo

A la hora de ceder las muestras a investigadores, el procedimiento es sencillo. «Primero un Comité de Ética de Investigación debe aprobar el proyecto que quieren llevar a cabo. Una vez dado este paso, se estudia la solicitud y se valora la cantidad y el tipo de muestras que necesitan», dice Morente. «Cada biobanco informa de las muestras que tiene y el investigador interacciona con él para el proyecto», añade Matías Guiu.

El trámite administrativo es sencillo. «Lo importante es que ese proyecto sea de calidad y que respete la voluntad de los pacientes, la ética ligada a cada uno de ellos», comenta De Álava, que añade que «antes los clínicos propios manejaban las muestras y eran los que controlaban los biobancos. Ahora hay mejores equipos y ser «biobanquero» es ya una profesión. Los profesionales en España tienen una presencia firme, el desarrollo del modelo español es muy bueno». Pese a ser una labor completamente altruista, los donantes deben saber que, una vez el proyecto ha terminado, si la información que se ha obtenido de su muestra puede ser relevante o útil para él, se le contacta por si quisiera saber los resultados, «porque normalmente no se anonimizan sus datos, sino que se codifican. No obstante también es importante conocer que por la propia naturaleza de la investigación, es infrecuente que haya resultados que puedan ser de utilidad real para el donante», dice el coordinador de la Plataforma Nacional de Biobancos. «El objetivo es investigar más en clínica, hay que ayudar a los promotores de los ensayos clínicos, crear una Comisión y un documento de consenso entre la Plataforma y las sociedades científicas para que haya una mayor relación con los biobancos», dice De Álava. «Esperamos que en 2016 nos podamos abrir al resto de biobancos que quieran participar en la Plataforma. De hecho, para este año esperamos integrar seis y ocho biobancos más a la Plataforma Nacional», concluye Morente.

Ejemplo de su gran utilidad

Un nuevo estudio liderado por el CNIO demuCientíficos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ha demostrado que, en respuesta a un exceso de nutrientes, la proteína MCRS1 sirve de «interruptor» de otra proteína (mTOR) que está alterada en cáncer, diabetes y desórdenes asociados al envejecimiento.

Los resultados del estudio que realizaron indican que el bloqueo de esta proteína podría ser eficaz para el tratamiento de este tipo de enfermedades. Las muestras para esta investigación fueron gestionadas a través del biobanco del CNIO. El trabajo fue publicado en la revista científica «Developmental Cell» y abre una vía al posible desarrollo de agentes bloqueantes de MCRS1 para poder tratar tumores y diabetes, fundamentalmente.