
Dejadez de los mandos
Caos y mal ambiente en la UPR de la Policía de Madrid: "A quien no le guste, ahí tiene la puerta"
El jefe superior de la Unidad de Prevención y Reacción saca pecho por su mala gestión, mientras los agentes reclaman "menos arengas" y "más liderazgo"

Caos, falta de previsión y dejadez son las marcas de identidad del actual jefe superior de la Policía Nacional de Madrid, que ha sumido a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) en el caos más absoluto. Un asunto que trae cola desde hace tiempo y que en los últimos meses se ha agudizado, provocando mayor incertidumbre entre los agentes.
"Viajes que se asignan y se caen sólo unos días antes. Desplazamientos a La Línea en agosto y nuevo cambio, a tres semanas vista, para decirte que te vas a Baleares en mayo. Previsiones casi seguras al 95% que se acaban desplomando como un castillo de naipes. Salidas que se fijan para un mes determinado de este verano y se cambian, de repente, a otro. Y así todo", denuncian desde la Confederación Española de la Policía (CEP).
Vaya por delante, explican, que los policías destinados a este tipo de unidades cuentan con el factor de "incertidumbre", pero de ahí a la falta de planificación de los servicios hay una gran diferencia. Porque una cosa es trabajar 16 horas de servicio, incluso de forma voluntaria como ocurrió el día del apagón, y otra muy distinta es, a su juicio, tapar la falta de previsión de los mandos policiales.
Los turnos son una "tómbola"
"Al contrario de lo que pueda pensar alguno, son profesionales comprometidos, motivados y que están sacando adelante las castañas estadísticas de este jefe superior y de todos sus predecesores. Pero de ahí a que la UPR acabe siendo una tómbola en la que las salidas se fijen, se cambien, se vuelvan a cambiar y se recambien.... Ya estamos en ese escenario", insisten desde la CEP. Así, lo que antes era un hecho "puntual" se ha convertido en una "peligrosa costumbre que no respeta los derechos laborales".
En este punto, los agentes denuncian la falta de conciliación, no sólo el día a día sino durante las vacaciones. Resulta casi imposible organizar viajes en familia, ya que pese a estar planificados, "donde dije digo, digo Diego". O lo que es lo mismo, sin justificación alguna pueden echarte abajo meses de planificación. Por todo ello se preguntan cómo es posible despreciar así los derechos profesionales de los compañeros o "hasta cuándo va a seguir tolerando el jefe superior que caiga en picado el clima laboral de las UPR".
Una situación complicada cuya única respuesta ha sido "señalar el camino de salida al que no esté de acuerdo". Lejos de asumir responsabilidad alguna por la falta de previsión, desde la jefatura de la Unidad y la Brigada se traslada el siguiente mensaje: "A quien no le guste, ahí tiene la puerta". Un golpe de pecho que no ha gustado nada a los agentes, quienes han respondido con dureza. "Esa frase no transmite ni fuerza ni autoridad; al contrario, es la confesión más evidente de debilidad y falta de razón o argumentos. Y lo que la UPR necesita es liderazgo, mejor planificación, respeto a los derechos profesionales y menos arengas", lamentan desde la Confederación Española de la Policía.
Y un último aviso a navegantes: o se desbloquea la mesa de negociación para acordar una mejora en el turno de día de las principales unidades de la Policía Nacional o habrá movilizaciones como la de este martes frente al complejo policial de Casa de Campo. Porque los agentes "se merecen mucho más respeto".
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