FIFA

Un Mundial, mil problemas

Qatar 2022, en peligro por la crisis diplomática del emirato. Ya se sospechó de presuntos sobornos en su elección y se tendrá que disputar en invierno por las altas temperaturas

Maqueta del Al Bayt Stadium, uno de los campos del Mundial de fútbol de Qatar 2022
Maqueta del Al Bayt Stadium, uno de los campos del Mundial de fútbol de Qatar 2022larazon

Qatar 2022, en peligro por la crisis diplomática del emirato. Ya se sospechó de presuntos sobornos en su elección y se tendrá que disputar en invierno por las altas temperaturas

El Mundial de fútbol de Qatar 2022 sigue acumulando problemas. Empezó bajo la sospecha de ser «comprado» y ha pasado por varias crisis y amenazas de ser suspendido, como está volviendo a suceder ahora por un conflicto internacional. Bahréin, Egipto, Libia, Yemen, Islas Maldivas, Arabia Saudí y Emiratos Árabes han roto relaciones diplomáticas y han cerrado el espacio aéreo con Qatar, después de que se acuse al emirato de «financiar al terrorismo». La FIFA hizo un comunicado para no decir nada. Pero la Federación germana sí mostró su preocupación: «La comunidad del fútbol debería estar de acuerdo en que no se pueden jugar grandes torneos en países que apoyen activamente el terrorismo». Alemania es la actual campeona.

Es el enésimo contratiempo de un Mundial que empezó del revés. La primera sospecha fue sobre su elección: ganó por delante de EE UU, que era favorito, y «France Football» publicó un reportaje en el que informaba de que el campeonato había sido comprado. No es el dinero un problema para los qataríes, que basan su fortuna en el petróleo y el gas natural y que están buscando darse a conocer y mostrar una imagen de aperturismo sobre todo a través del deporte. En 2015, por ejemplo, se organizó un Mundial de balonmano en el que pagaron hasta a afición española para que animara al conjunto local, con ninguna tradición en ese deporte. «Hasta el final, vamos Qatar», se oía en las gradas, en un claro castellano, acompañado por la charanga, cantado por los seguidores de la peña «Furia Conquense». También los periodistas acudieron pagados por la organización y hasta el mismo equipo se hizo nacionalizando (con la ley de su parte, porque el reglamento lo permite) jugadores de otros países. En medio del desierto habían construido un espectacular pabellón con forma de turbante y, por ejemplo, después de la final, por allí apareció la cantante Kylie Minogue para dar un pequeño concierto a unas gradas que ya estaban casi vacías. Queda claro que para el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Zani, el dinero no es problema y el deporte es una pasión: aparte del Mundial de fútbol serán sede del de gimnasia (2018), atletismo (2019) o natación (2023), competiciones que también podrían estar en peligro después del último conflicto. Allí también se disputa un torneo de tenis al que suelen acudir, por ejemplo, Nadal y Djokovic; un Gran Premio del mundial de motociclismo o una prueba ciclista. Desde hace tiempo algunos futbolistas dan en Doha sus últimas patadas a un balón. El ejemplo más reciente es Xavi Hernández. Además, la academia Aspire es una de las mejores del mundo y en ella están intentando formar a deportistas propios, ya con algunos resultados como el atleta Barshim, que en los Juegos Olímpicos de Río logró la medalla de plata en salto de altura (en los de Londres ya había sido bronce) y que tiene la segunda mejor marca de todos los tiempos: 2,43. La academia también compró en 2015 a un equipo de fútbol español, la Cultural Leonesa, a la que saneó las cuentas y que este año ha logrado un histórico ascenso a Segunda. El emir no ha escondido nunca su deseo de organizar unos Juegos Olímpicos (ya lo probaron en 2020), pero el Mundial de fútbol es el gran acontecimiento.

Tras la sospecha de los presuntos sobornos en la elección estalló la polémica de las fechas de la gran cita futbolística. En verano las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados, imposibles para jugar, estar en la grada (aunque habrá aire acondicionado en los estadios) o simplemente para caminar por la calle. Se negó el problema al principio para finalmente cambiar la fecha: por primera vez se jugará en invierno, lo que supone un contratiempo para las ligas o la Champions, ya que el Mundial las «parte» por la mitad.

De todas las crisis se ha salvado el Mundial. De esta última seguramente también lo hará. Poderoso caballero...