CiU

Duran Lleida: «En la práctica, del proceso soberanista no hay nada»

«Rajoy tiene el liderazgo en el PP muy bien asentado». «Aznar ha puesto en peligro la estabilidad del Gobieno con sus declaraciones»

«El Estado podría impugnar la convocatoria de la consulta en Cataluña»
«El Estado podría impugnar la convocatoria de la consulta en Cataluña»larazon

–Esta semana se aprobó en el Parlament seguir tramitando la ley de consultas tras tumbar las enmiendas a la totalidad de PP y C's. ¿Sigue adelante la estrategia para convocar la consulta soberanista en Cataluña al margen de lo que diga el Estado?

–Sigue adelante el compromiso que adquirió CiU y que comparten la mayoría de las fuerzas políticas de convocar una consulta. Otro compromiso es que la consulta sea legal, y lo remarco porque así se incluye en el pacto de estabilidad con ERC. Por tanto, lo que ha hecho esta semana el Parlamento de Cataluña es iniciar el trámite parlamentario de una ley de consultas que, hay que recordar, es para cuestiones que no requieran autorización del Estado y que, además, no tiene efectos jurídicos vinculantes.

–¿No se puede preguntar por la independencia, por tanto?

El Estado podría impugnar la convocatoria de la consulta si se utilizase esta ley.

–¿Qué puede preguntar entonces Cataluña si no puede plantear el tema de la independencia?

–Hay que tener en cuenta los compromisos que tenemos. Primero, celebrarla a lo largo de esta legislatura; ese compromiso después se ciñó en el pacto de estabilidad parlamentaria con ERC a que se celebrara en 2014 excepto si se diesen unas circunstancias económicas, políticas o sociales que aconsejasen aplazarla. Segundo, que la consulta sea legal. También que se haga con el mayor apoyo de fuerzas políticas de Cataluña. Lógicamente, la pregunta o preguntas que puedan formularse no deben decidirlas CiU, o CiU y ERC; sería un error. Si se puede hacer un día una consulta, la pregunta o preguntas a hacerse deben tener el máximo consenso de cuantas más fuerzas políticas mejor. Ésos son los compromisos de CiU que yo suscribo.

–¿Contempla que no se haga la consulta esta legislatura?

–Debemos intentarlo, después ya se verá si es posible o no. El tiempo lo dirá.

–¿Cree que el proceso de la consulta puede acabar igual que el Estatut, en manos del Tribunal Constitucional?

–Lamentablemente, estamos ante una situación en la que se responde a las demandas de Cataluña no en términos políticos sino en términos jurídicos, en tanto que lo que se hace es impugnar constantemente las decisiones del Parlamento de Cataluña ante el Tribunal Constitucional. Creo que es un error; la solución es política y requiere diálogo.

–Usted que es el hombre de CiU en Madrid. ¿Ve margen para convencer no sólo a los políticos del PP sino también a los del PSOE, que les podrían ayudar a presionar?

–No será fácil, pero creo que deberíamos ser capaces de encontrar la fórmula que pudiera permitir la celebración de una consulta y que en ese sentido pudiera conocerse cuál es la voluntad de la ciudadanía de Cataluña. Supongo que dependerá mucho de las preguntas que se quieran plantear y de si es posible previamente negociarlo con el PP porque gobierna. Pero sería un error no hablar con el PSOE.

–¿Ha habido contactos en este sentido?

–No. Hubo el encuentro entre los presidentes Mas y Rajoy, pero básicamente se dedicó a hablar de cuestiones de actualidad económica, en especial del objetivo del déficit de las comunidades autónomas.

–¿Cuál es el estado de salud del pacto de CiU con ERC, teniendo en cuenta que esta formación no ha querido hasta el momento pactar los presupuestos de 2013?

–Los presupuestos están prorrogados ya. ERC no está por la labor de aprobarlos ahora y CiU no puede presentar unas cuentas públicas si el Estado no le permite el déficit al Gobierno catalán que no le lleve a la quiebra ni destrozar el bienestar social.

–¿Cuál debe ser el objetivo de déficit para Cataluña?

–Estamos pendientes de lo que la UE y el Gobierno decidan. El Gobierno tiene dos opciones: escuchar a aquellos barones que dicen que no tiene que ser asimétrico el déficit, o bien ser consecuente con su posición, porque hay que recordar que el Gobierno ha pedido a Europa una flexibilización del déficit para España –y, por tanto, ha pedido una asimetría– y la UE no da esa flexibilización a todos los estados. Esa misma fórmula es la que nosotros pedimos. Hay que recordar que dentro de España, algunas comunidades, como le ocurre a Cataluña aconsecuencia de la nefasta gestión del tripartito y del sistema de financiación injusto que tiene, salen con un déficit mucho más elevado que otras comunidades autónomas.

–El Gobierno ha dado muestras de estar por la labor del déficit asimétrico. El ministro Montoro, por ejemplo, ha hecho muchas declaraciones en este sentido y...

–¡Veremos!

–Lo cierto es que el debate del déficit está muy abierto en el PP, pero lo lógico sería que se imponga su criterio sobre el déficit asimétrico. ¿Cree que la entrevista de José María Aznar esta semana en Antena 3 puede debilitar el liderazgo de Rajoy?

–Rajoy tiene el liderazgo en el partido muy bien asentado y espero que esa entrevista no provoque una crisis en el PP. No por una mayor o menor simpatía hacia el PP. Es que a mí me gusta que los partidos sean estables, porque la estabilidad es fundamental para la confianza que tiene que proyectar el país. Si resulta que el partido que podría sufrir una crisis interna es el partido con las responsabilidades de gobierno, razón de más para desear que no la tenga. Deseo que desde España se emitan señales de seguridad y estabilidad hacia el exterior. Aznar ha hecho algo que no debiera haber hecho. A mi juicio, cada uno es libre de decir lo que quiera cuando lo crea oportuno, pero Aznar con sus declaraciones ha puesto en peligro la estabilidad del Gobierno y, por tanto, de España en unos momentos en que España la está recuperando.

–Al hilo de lo que dice de la estabilidad, ¿ERC ofrece suficiente estabilidad al Govern de CiU o Mas debe buscar nuevos aliados?

–Ya los ha buscado desde el principio pero no los encontró. De momento, no se puede hablar de deslealtad de ERC. Una cosa son las declaraciones en las que cada uno tiene que marcar su propio terreno y de ellas podría deducirse que no habrá presupuestos, pero llevamos poco tiempo de aplicación del acuerdo y aún no ha habido presupuestos, por lo que la prueba del algodón no ha podido verificar si ERC es realmente leal a su compromiso o no.

–En las encuestas, ERC sigue subiendo y CiU pierde diputados. ¿Cree que su discurso independentista desacomplejado en contraposición con los múltiples mensajes de CiU, más moderado en el caso de Unió, es la causa?

–El reflejo de las encuestas es un poco lo que ya nos sucedió en las elecciones porque CiU bajó y ERC subió. Ya saben que para una parte de Convergència el responsable soy yo porque como hago un discurso moderado, estoy apartando a los electores de CiU, pero creo que es un análisis equivocado.

–¿Es partidario de una lista conjunta de formaciones catalanistas (CiU, ERC e ICV) de cara a las europeas como se ha planteado?

–No soy partidario. Lo que sería positivo es que los partidos catalanes incorporasen en su programa electoral al Parlamento europeo unos determinados compromisos respecto a Cataluña.

–¿Detecta cierta parálisis del Govern en relación a atacar la crisis y una gran hiperactividad con el proceso soberanista?

–No comparto esa reflexión. El Govern respecto a la crisis tiene instrumentos escasísimos. El Gobierno central, excepto lo que ha hecho en el sector bancario y alguna cosa más, tampoco ha hecho gran cosa contra la crisis. La política laboral y la política económica en mayúsculas está en manos del Estado. En cuanto al proceso soberanista, se han hecho dos declaraciones en el Parlamento de Cataluña y se ha constituido la comisión, pero en la práctica no hay nada.

–También se ha creado el Consejo Asesor para la Transición Nacional que hará 19 informes y la mayoría sobre la independencia...

–No estudiará sólo la independencia. También se incluyó, a iniciativa del PSC, que se estudie la posibilidad de una salida federal y, a propuesta de Unió, la vía confederal. Reducir el mensaje de ejercicio del derecho a decidir igual a independencia, ni es ajustado, ni responde a la voluntad de unas cuantas formaciones políticas.

–¿Usted ve viable una Cataluña independiente?

–En términos económicos es viable. Los primeros años tendría dificultades, pero es viable. Pero no se trata de eso, el debate es si vamos a encontrar mecanismos que permitan a Cataluña explicar qué quiere de cara al futuro y que su especificidad quede reconocida.

–¿Con un sistema de financiación con resultados como el concierto vasco quedaría reconocida la especificidad catalana y se diluiría la reivindicación independentista?

–No quiero engañar a nadie porque veo muy difícil que Cataluña pueda tener un concierto como el vasco aunque nunca ha hecho un planteamiento de saldo positivo neto, siempre ha dicho que quiere seguir siendo solidaria con el resto de España. Pero sí creo que con una respuesta positiva al déficit fiscal de Cataluña disminuirían las voces que hoy pueden estar por el ejercicio del derecho a decidir y manifestarlo a través de la independencia.

–Recientemente le ha dirigido una carta abierta al presidente del Gobierno a raíz de la reforma educativa pidiéndole que defienda la inmersión lingüística en Cataluña. ¿Ha recibido respuesta?

–No, ni oral ni escrita. Tampoco espero respuesta, lo que espero y no sé si voy a conseguirlo es una actitud. La ley Wert es un gravísimo error que lo único que añade es cizaña a la confrontación política entre Cataluña y el Gobierno central. La mejor respuesta que podría darme es que en el trámite parlamentario el diálogo posibilitara que la ley se ajustara y respetara todas las competencias autonómicas.

–¿Hay ahora más diálogo entre el Gobierno y la Generalitat?

–Hay un diálogo circunscrito al objetivo de déficit. También hay consejerías dialogando sobre las materias que les corresponden. Yo mantengo un diálogo con la vicepresidenta para intentar convocar una bilateral, pero me gustaría que el diálogo me gustaría que fuese mucho más profundo.

–Como defensor de los pactos y el diálogo, ¿ve posible un gran pacto para salir de la crisis?

–Es el gran pacto que he pedido siempre, incluso antes de la crisis. Creo que se necesita un gran pacto para acometer aquellas decisiones y reformas que nos quedan por hacer para garantizar la salida de la crisis en los próximos años y crear crecimiento y empleo. Hay que sentarse en la mesa, ver qué necesitamos y pactarlo. Son momentos de emergencia nacional y es cuando deben prevalecer los intereses de la sociedad por encima de los intereses de los partidos. Y hoy por hoy los partidos estamos mirando más a las próximas elecciones que no a las próximas generaciones.

–¿Tiene la ilusión de volver a ser el candidato de CiU al Congreso?

–Lo que sí sé es que voy a acabar el mandato parlamentario. No voy a dimitir, asumí una responsabilidad ante los electores y voy a cumplir. ¿Me presentaré a las próximas? No lo sé, tengo que hablar con la familia y con el partido, y tengo que ver cuál es el cuadro político que genera todo el proceso de Cataluña. Los tiempos son poco agradables para la política, tenemos una consideración a la baja y a mí no me gusta ir por la calle y que te señalen. Todo tendré que valorarlo en su momento.

–Mientras tanto, ¿la relación entre Unió y Convergència es más complicada por el proceso soberanista?

–Es más complicada, sin duda. Por tanto, requiere más habilidad de los dirigentes para seguir trabajando juntos. Sería un error que esto se rompiera. Si hay algo que tengo claro es que sólo le faltaría a Cataluña que encima la principal fuerza política se rompiese. Debilitaría a CDC, a Unió y a Cataluña. Me gustaría encontrar un escenario en el que no fuese necesaria la ruptura, y si ese escenario no somos capaces de encontrarlo, ya Dios dirá. Hay sensibilidades distintas, pero mientras dirigimos CiU y podamos ponernos de acuerdo en un marco común es bueno para todos.

–¿Mientras el candidato sea Artur Mas el pacto no peligra?

–Mas es el presidente de la Generalitat y añado que es el mejor candidato que puede tener CiU para las próximas elecciones. Después el candidato necesita un programa y es ahí donde definir las posiciones.

–¿Y usted no sería un buen candidato?

–Hubiese sido un buen candidato en el pasado, podría serlo en el presente y en el futuro, pero hoy el mejor es Mas. Luego, ya veremos con qué propuesta política acude CiU a las próximas elecciones.

En tiempo de espera

Uno tiene la sensación hablando con Josep Antoni Duran Lleida (Alcampell, Huesca, 1952) de que se muerde la lengua durante la entrevista, de que hay cosas del proceso soberanista con las que no está de acuerdo. Pero Duran conoce bien su responsabilidad y no quiere abrir una crisis en CiU con sus opiniones. Prefiere esperar a ver cómo evoluciona el proceso antes de lanzar un aldabonazo. Entretanto, aboga, como siempre ha hecho, por el diálogo entre todos para hallar soluciones a la especificidad catalana y a la crisis económica. En eso es el mismo Duran, pero en un momento muy delicado.