Política

El desafío independentista

Mas y Junqueras declararán en un año y medio la independencia si ganan el 27-S

El nuevo pacto, del que se caen Esquerra Unida i Alternativa y Uniò Democrática, habla abiertamente de plebiscitarias

El presidente catalán, Artur Mas, con Albert Piñeira, alcalde de Puigcerdá, que vuelve a presentarse por CiU
El presidente catalán, Artur Mas, con Albert Piñeira, alcalde de Puigcerdá, que vuelve a presentarse por CiUlarazon

Partidos y entidades soberanistas han firmado este lunes un nuevo preacuerdo de hoja de ruta soberanista, que a diferencia del que se difundió el 13 de marzo no cuenta con EUiA, habla abiertamente de elecciones plebiscitarias e independencia, y fija plazos para lograrla tras el 27 de septiembre.

Ya está escrito un nuevo capítulo en el desafío secesionista: partidos y entidades catalanas firmaron ayer un nuevo preacuerdo de hoja de ruta soberanista que, a diferencia del que se difundió el pasado 13 de marzo, no cuenta con Esquerra Unida i Alternativa ni Uniò Democrática, habla abiertamente de elecciones plebiscitarias e independencia, y fija un plazo de un año y medio tras el 27 de septiembre para lograrla.

Según informó la ANC, el nuevo preacuerdo de «hoja de ruta unitaria del proceso soberanista catalán» fue firmado por CDC-Reagrupament; ERC; ANC; Òmnium Cultural, y la AMI, y prevé que si en las elecciones se imponen las fuerzas independentistas se proclame en 18 meses un nuevo Estado o República Catalana.

En ese plazo, el Parlament deberá impulsar una declaración soberanista, redactar un proyecto de texto constitucional en un máximo de diez meses, crear y poner en marcha las estructuras de Estado necesarias, abrir negociaciones con el Gobierno de España y la comunidad internacional, celebrar un referéndum sobre la nueva constitución y convocar de nuevo elecciones.

Si se impusieran las fuerzas independentistas el 27 de septiembre, lo primero que debería hacer el Parlament es una declaración que marque el inicio del proceso «hacia la proclamación de un nuevo Estado», proceso que no puede quedar supeditado a posibles impugnaciones de este mandato.

A partir de ahí, los diputados tendrán diez meses para redactar una nueva Constitución, un proceso en el que podrán participar de forma directa los ciudadanos a través de la «Convención Constitucional Catalana» y que deberá ratificarse con un referéndum definitivo.

El texto prevé que la victoria del sí en el referéndum sobre la constitución catalana culminará la transición y permitirá la proclamación de la independencia, y tras esa votación se convocarán unas nuevas elecciones para escoger un nuevo Parlament y negociar «las nuevas formas de relación con el Estado español y la UE».

Entre medias, el Parlament deberá crear y poner en marcha las estructuras necesarias para el nuevo Estado, entre las que el documento fija la hacienda propia; la seguridad social catalana; la acción exterior; la transitoriedad legal, y la transición de infraestructuras estratégicas.

En ese intervalo de 18 meses también se deberán abrir las negociaciones con el Gobierno central sobre el reparto de activos y pasivos y sobre «las relaciones entre los nuevos Estados», así como con la comunidad internacional para el reconocimiento y admisión de un nuevo Estado catalán.

Para que las elecciones del 27-S puedan ser leídas en clave plebiscitaria, el preacuerdo defiende que su resultado sea de lectura «fácil e inequívoca para todo el mundo», por lo que emplaza a las fuerzas soberanistas a acudir a los comicios con un primer punto del programa que evidencie de forma clara que votarlas es apoyar la independencia.

En completa sintonía con el paso dado, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, afirmaba que hay que «continuar haciendo camino, luchar para seguir adelante, porque recular implicaría perder la dignidad como pueblo», informa Efe. Mas, que participó en Puigcerdà (Gerona) en un acto de partido para apoyar al actual alcalde y candidato de CiU en las próximas elecciones municipales, Albert Piñeria, defendió la necesidad de que el proceso hacia la independencia de Cataluña avance «pese a los obstáculos que vienen de dentro y de fuera».

Respecto al preacuerdo firmado ayer, la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, aseguraba que es «papel mojado» y la constatación de que los dirigentes de CDC y de ERC, Artur Mas y Oriol Junqueras, quieren «seguir engañando a los catalanes».

La dirigente del PPC reiteró que las elecciones del 27-S «nunca serán unas elecciones plebiscitarias, son simplemente unas elecciones autonómicas y por mucho que se empeñen la ley no cambiará». «Si quieren hacer una república catalana en dieciocho meses es inconstitucional e ilegal, por tanto este preacuerdo no tiene ninguna validez jurídica», subrayó.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el dirigente de ERC, en su opinión, hacen «política ficción» con este acuerdo.

Radicalmente contraria fue la postura del alcaldable de ERC en Barcelona y diputado en el Congreso, Alfred Bosch: «Estamos encantados de la vida. Sin abusar del término, podemos decir que es un día histórico para Cataluña».