Entrevista
Ignacio Garriga: "El PSOE y Junts ya tienen pactado el referéndum"
El candidato de Vox a la Generalitat de Cataluña teme que "los acuerdos del Gobierno con el separatismo" ahonden en la «decadencia» de Cataluña y llama a votar el 12M «en defensa propia»
Ignacio Garriga (Sant Cugat del Vallès, 1987) es el secretario general y candidato de Vox para las elecciones catalanas del 12 de mayo. Tras entrar en el Parlament en 2021 con 11 diputados, confía en seguir defendiendo a los «catalanes valientes» y pide el voto para acabar con «las políticas socialistas y separatistas que han traído la absoluta decadencia de Cataluña».
¿Cómo está viviendo estas elecciones?
Bien. Muy contentos. Recibiendo mucho cariño en la calle y motivados para no dar un paso atrás y seguir peleando, que es lo que nos piden los ciudadanos.
Las encuestas apuntan en su mayoría un leve bajón de Vox en votos y escaños y un escenario probable es que el PP les pase por encima. ¿Cómo lo explica?
Las encuestas dicen una cosa y luego hay veces que suceden otras. Yo confío más en las encuestas de la calle y en la definitiva, que es el 12 de mayo. Nosotros hemos logrado abrir debates que nunca antes habían llevado al Parlament. Los electores decidirán cuantos diputados tendremos cada uno y no entraré en valorar lo que han hecho los demás grupos. Yo pongo el valor lo que ha hecho Vox, a menudo en circunstancias adversas que no tienen otras formaciones políticas.
Supongo que a usted no le invitaron a participar, pero ¿cree que hubiera sido una buena fórmula para movilizar al votante constitucionalista que Vox, PP y Ciutadans hubieran concurrido juntos a las elecciones?
Tenemos grandes diferencias con ambos. Somos los únicos que defendemos el mundo rural y el campo frente al fanatismo climático de la Agenda 2030, los únicos que defendemos a los españoles de la inmigración ilegal y los únicos que defendemos que los colegios se vacíen de activistas y se llenen de conocimiento. Más allá de que coincidamos en recuperar la libertad en Cataluña y en la unidad de España, nos difieren muchas cosas, entre otras, cómo enfrentar al separatismo: nosotros optamos por ilegalizar a los partidos separatistas, y ellos no.
Una de las claves de estas elecciones es si el independentismo volverá a sumar una mayoría absoluta en el Parlament. Si hay una mayoría alternativa sin ninguno de los partidos independentistas, ¿ustedes no se plantean, por ejemplo, una abstención para facilitar ese Govern? ¿Se pueden comprometer a no investir a Salvador Illa?
El PSC no opta en su programa electoral por la independencia de la misma forma que tampoco optaba por los indultos, la amnistía o la reforma del Código Penal. No son creíbles. Yo estoy convencido que el referéndum ya lo tienen pactado, por lo tanto, es un partido separatista más, y Vox no puede apoyar a un partido de estas características. Me puedo comprometer, sí, a que Illa no será presidente con nuestros votos.
Si, según usted, el PSC es un partido independentista, ¿también lo ilegalizaría?
El PSC no ha suscrito, aún, que su hoja de ruta sea la independencia. Pero si, llegado el momento, se comportan de esta manera, nosotros seríamos coherentes con lo que decimos, por supuesto, y plantearíamos su ilegalización.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado lunes que seguirá al frente del ejecutivo. ¿Se lo esperaba?
Con Sánchez uno no puede esperar nada. Es un personaje siniestro e impredecible. Lo dramático es el bochorno internacional al que nos ha sometido. El “punto y aparte” que nos promete es muy peligroso porque es una amenaza a la libertad. Hay que romper con el PSOE en todos los ámbitos.
¿Cómo afecta esta decisión a la campaña catalana?
Pues consigue que no se hable de los problemas de los catalanes: ni de la seguridad, ni de la inmigración ilegal, ni del infierno fiscal, ni de como la educación está destrozada. Solo se habla de los delirios de un autócrata que va a degradar todavía más la democracia. Nos parece preocupante, por eso planteamos una oposición contundente hacia los socialistas, que el PP también debería aplicarse.
El presidente de su partido, Santiago Abascal, dijo que Sánchez debería ser juzgado. ¿Por qué delitos?
Entre otros, por el de alta traición. Recuerdo, también, que nos encerró de manera ilegal en la pandemia. Esto ya es suficientemente grave como para que el presidente hubiera dimitido. También podemos hablar de cómo ha incorporado a ETA a la dirección del Estado, de cómo ha comprado su investidura a cambio de siete votos, etcétera. Nosotros hemos interpuesto varias querellas en este sentido.
¿La amnistía es constitucional?
Nosotros tenemos el convencimiento de que no lo es, porque quiebra el principio de igualdad de todos los españoles y, además, es muy grave por lo que significa.
¿Cómo explica, pues, que vaya a salir adelante?
Eso habrá que verlo. Todavía tenemos esperanzas de que esta amnistía no llegue a aprobarse.
¿Cree que el PSOE también accederá al referéndum?
No tengo ninguna duda, Illa es un claro defensor del “dret a decidir” (derecho a decidir). Nosotros entendemos que los catalanes deben pronunciarse sobre las cosas que les preocupan, que son la seguridad y la educación, pero la unidad de España no puede estar sujeta a votación. Aunque Sánchez lo pudiera llegar a aprobar en el Congreso, como la amnistía, en ningún caso esto es sinónimo de legalidad o legitimidad.
Usted dice que Puigdemont debería estar en prisión. ¿Por qué no lo está? ¿En qué lugar deja a España que pueda estar libremente en cualquier país de Europa mientras aquí se le requiere para rendir cuentas ante la justicia?
Es una humillación a los españoles que Puigdemont no esté ingresado en prisión. Es una vergüenza internacional y evidencia que es un cobarde, que no le importa Cataluña, que solo la utiliza para su interés personal. Debe cumplir la pena que merece. No podemos aceptar que, si se aprueba la amnistía, este señor entre por la Diagonal como un héroe cuando hay españoles que, por ejemplo, si no pagan una multa o se saltan un semáforo son severamente castigados. Hay ciudadanos de primera y de segunda y no es admisible.
¿Por qué no se ha conseguido meterle en prisión, que según usted es lo que merece?
Porque Pedro Sánchez ha hecho todo lo posible para que no vuelva.
¿También el Gobierno de Mariano Rajoy, entiendo, que es quien gobernaba cuando se fue?
También, por supuesto. Es cómplice de lo que ocurrió en 2017. Nosotros siempre hemos dicho que lo que debería haberse producido es un 155 permanente, no convocar elecciones, que es lo que les interesaba a todos.
¿Aliança Catalana es un partido de extrema derecha? ¿Podrían llegar a acuerdos puntuales con ellos si consiguen representación en el Parlament?
No lo sé. Lo que sé es que es un partido que compite por ver quién es más separatista. Hay puntos de coincidencia con Aliança en algunas materias, lógicamente, pero no estamos de acuerdo con ellos, diría, en el 99% restante. Quieren declarar la independencia unilateralmente, hablan de una etnia catalana y a los que nos sentimos españoles nos tratan como extranjeros en nuestra propia tierra. No pactaremos con ellos ni con ningún partido separatista, y somos el único partido que lo puede afirmar tan rotundamente.
¿Considera que en Cataluña hay demasiados inmigrantes?
Hay demasiados inmigrantes ilegales. Es una situación injusta para los que han venido de manera regular y están contribuyendo a hacer una sociedad mejor, y es un ataque a los catalanes porque claramente es una amenaza para la seguridad y para la identidad de nuestros barrios. Nosotros somos los únicos que tenemos un plan de choque para acabar con esta situación.
¿Hay demasiados inmigrantes legales?
Creo que la inmigración legal no es un problema. Siempre y cuando vengan a contribuir, con un contrato de trabajo y dispuestos a aceptar nuestra forma de vida. Son bienvenidos, estamos agradecidos por su contribución. El gran problema, insisto, son los políticos que permiten que entren personas de manera irregular cuando hay personas que de manera regular están sacando adelante nuestra región y nuestro país.
Ustedes pusieron unos carteles prometiendo un billete de vuelta para los, literalmente, "delincuentes en tu barrio". Ustedes consideran, de esta manera, que los inmigrantes tienen más propensión a delinquir que los nacionales. ¿Por qué cree que se da este fenómeno?
Los motivos por los que se da no son objeto de mi valoración. Lo que debemos resolver es que haya personas extranjeras en nuestra tierra que delincan. No podemos permitir que las cárceles catalanas tengan el 50% de población reclusa extranjera, o que 7 de cada 10 detenidos en Barcelona en el último año hayan sido extranjeros. No se puede permitir. Hay que acabar con las ayudas sociales, romper el "efecto llamada" que producen e impulsar mecanismos para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado localicen y expulsen a las personas en situación irregular. Cataluña ha obtenido el récord histórico de homicidios en 2023, un dato que conocíamos hoy. Yo no quiero esta Cataluña. Cualquier persona extranjera que cometa un delito se tiene que ir, no tenemos que mantener a los delincuentes de otros países.
¿Cómo se lleva a cabo la expulsión de estas personas? ¿Y si, por ejemplo, se desconoce el país de origen?
Primero, mejorando la colaboración entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Después, cumpliendo la ley. La ley de extranjería, por ejemplo, no se cumple. Hay que cambiar otras, por ejemplo, para endurecer el proceso de adquisición de la nacionalidad. Debemos ser efectivos para detectar estos procesos migratorios, que no es fácil. Hay que controlar mejor nuestras fronteras para que esto no suceda. Pero lo más importante es evitar que lleguen a entrar en nuestro territorio nacional.
¿Sería partidario de la disolución e integración del cuerpo de Mossos d’Esquadra en la Policía Nacional y la Guardia Civil?
Nosotros hacemos un gran reconocimiento al cuerpo de Mossos y agradecimiento por todo el trabajo que están haciendo en una región que lidera los índices de delincuencia. No renunciamos, por otra parte, a acabar con un sistema autonómico que genera desigualdad. Nuestra propuesta es que las policías autonómicas se integren en la Policía Nacional.
La propia Constitución insta a los poderes públicos a proteger las lenguas regionales, ¿qué propone Vox en este sentido para el catalán?
En primer lugar, que sea una lengua más amable para las personas. El separatismo ha convertido el catalán en un arma política. Nosotros estamos orgullosos del catalán, es una riqueza de nuestra razón, y es culpa del nacionalismo que el catalán esté en una situación peor ahora que hace 10 años. Lo que también defendemos es la libertad lingüística, nosotros abogamos por derogar todas estas leyes. Estoy convencido de que así será un idioma más simpático y que una parte de Cataluña dejará de apropiárselo. El catalán es de todos y nosotros vamos a defenderlo como siempre hemos hecho.
Usted critica a menudo a TV3 y aboga por cerrarla. ¿El problema de esta televisión pública es que su línea editorial actual responde a intereses políticos o su propia existencia en sí?
Claramente, su línea editorial es la línea del presidente de la Generalitat y de su Gobierno. Es un medio de comunicación público secuestrado y al servicio de una parte. Es un altavoz de odio y de manipulación que confronta a los españoles y que nos cuesta muchísimo dinero. Un dinero que se le niega a otros servicios que consideramos mucho más importantes. Yo no quiero una televisión que nos cueste ese dinero y que esté instrumentalizada. TVE, por ejemplo, a través de una serie de desconexiones regionales, podría cumplir esa función: en catalán, promoviendo una serie de valores, pero TV3 se tiene que cerrar.
Vox irrumpió en la política española con una propuesta muy clara de acabar con las Comunidades Autónomas. Ahora su partido se presenta con normalidad a las elecciones autonómicas, con muy buenos resultados en algunos casos, e incluso formando parte de varios gobiernos en coalición con el Partido Popular. ¿Sigue siendo una prioridad acabar con este modelo del que ahora forma parte?
Nuestra prioridad es mejorar el día a día de los españoles, vivan donde vivan. El sistema autonómico genera desigualdades en muchos ámbitos, especialmente en la sanidad y en la educación, pero también por ejemplo en relación a los impuestos que se pagan, nuestros vecinos en Aragón pagan hasta diez impuestos menos que los catalanes, por ejemplo. No renunciamos a ninguno de nuestros planteamientos. Nuestra organización del Estado ideal pasa por acabar con este sistema.
¿Por qué es importante la ampliación del aeropuerto de El Prat? ¿Y el Hard Rock?
El aeropuerto de El Prat, sin duda, es imprescindible para que Barcelona tenga un aeropuerto que pueda generar mucho más movimiento de personas y mayor actividad económica. Es un beneficio que repercutirá en toda Cataluña y en España entera. Nos preocupa que muchas formaciones políticas aboguen por el modelo de la decadencia, el modelo del “no a todo”. Todo lo que sea contribuir a generar riqueza económica contará con el apoyo de Vox.
Estamos viendo en esta campaña que todos los partidos, con propuestas muy distintas, consideran que el modelo de financiación debe cambiarse. ¿Cuál es la propuesta de Vox en este sentido?
Un modelo que permita que los catalanes paguen menos impuestos. Cataluña es la región que más impuestos paga, unos impuestos que sirven para mantener una industria política. Nosotros abogamos por tener unos servicios públicos fuertes, pero quiénes pagan impuestos son las personas y no los territorios, y no comulgamos con el discurso del “déficit fiscal”, del “Espanya ens roba”, porque quien nos roba es la Generalitat.
A ustedes les excluyen de debates, como vimos la pasada semana en la UPF, y les aplican un cordón sanitario en el Parlament. ¿Por qué cree que sucede esto? ¿La han tomado con usted?
A Vox no solo se le ha excluido de este debate, sino de hasta cuatro de ellos. Esto demuestra que tienen miedo de que Vox ponga de manifiesto que las políticas conjuntas de socialistas e independentistas han conducido a Cataluña a la más absoluta decadencia. Tienen miedo a que Vox ponga nombres y apellidos a los culpables de que Cataluña sea la región más insegura, con peor educación, con peores servicios públicos y con los impuestos más altos. Por eso tienen ese interés de que no vayamos, porque hemos roto el consenso del silencio. En el Parlament también nos han intentado silenciar, no quieren que hablemos de la inmigración ilegal y de la seguridad. Nos han abierto expedientes disciplinarios y nos quitan el micrófono, pero olvidan que no están amordazando a Ignacio Garriga o a Vox, sino que están amordazando a más de 200.000 catalanes que nos piden que les demos voz. Yo llamo a los catalanes a que nos apoyen, a que protagonicemos la rebelión del sentido común y a que votemos en defensa propia para recuperar la libertad y la seguridad de nuestros barrios.
Una excompañera suya, Isabel Lázaro, le acusó de cargar al Parlament gastos tan personales como el AMPA del colegio de sus hijos. ¿Qué hay de verdad en esta acusación?
Absolutamente nada. La Oficina Antifraude ha desestimado el recurso. Esto responde a una campaña más de desprestigio: primero las piedras, luego los huevos, y ahora ha sido intentar atacar la honorabilidad de nuestro grupo parlamentario. Nuestras cuentas están auditadas y no tenemos nada que esconder en este sentido.
Usted es el secretario general de Vox, y sin embargo se presenta a las elecciones catalanas otra vez, tras haber sido diputado en Madrid. ¿Por qué?
Tengo un compromiso con mi tierra, con Cataluña. Creo que tengo mucho que pelear todavía para ofrecer una alternativa a los catalanes de oposición, de resistencia absoluta y de confrontación al separatismo y al socialismo. Mientras el partido quiera voy a seguir aquí trabajando duro, recorriendo todas las ciudades y los pueblos de Cataluña para recuperar lo que fue Cataluña. Muchos catalanes desean que volvamos a ser esa región que nos han arrebatado.
¿Cuál sería su primera como presidente de la Generalitat si los catalanes le dan su confianza?
Impulsar dos planes de choque, que consideramos urgentes. El primero para acabar con la industria política que ha construido el separatismo y el socialismo. Y otro para acabar con la inmigración ilegal y garantizar la seguridad en las calles.
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