Andalucía

Cuaresma

La Razón
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A mediados de la semana, corrían por los móviles mensajes a favor del inicio de la Cuaresma. «El miércoles pasado celebramos el comienzo de la Cuaresma con la imposición de la ceniza, ceniza obtenida de la quema de las palmas que utilizamos para conmemorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén el Domingo de Ramos. Quiero anunciarlo, como católico, porque estoy harto de que se nos anuncie en todos los medios de comunicación el comienzo del mes del Ramadán. A ver cuántos telediarios y periódicos nos informan del comienzo y fin de la Cuaresma en un país como España, de absoluta mayoría católica y no musulmana». Más allá de profesar unas creencias u otras, para muchos cristianos es momento de exigir a la sociedad valores como el respeto y la dignidad. Como es sabido, el rito marca el inicio de los cuarenta días cuaresmales como tiempo de preparación, previo a la Resurrección de Jesús. Esta fecha suele coincidir con el «entierro de la sardina», que pone fin a las fiestas de carnaval. Por eso mismo, según la costumbre católica, los fieles dedicamos este espacio de tiempo a realizar algún sacrificio o renuncia y a la oración. Claro, que cada cual vive este tiempo a su manera. Como cualquier otro ciudadano, quien os escribe desde aquí, nada tiene contra los musulmanes. Ni tampoco contra los «drags queens». Pero el espectáculo de Las Palmas resultó ser –a todas luces- una blasfemia, con claras alusiones a la Virgen y a la crucifixión de Cristo. En Andalucía, ya comienzaron los cultos y viacrucis en las hermandades. Aquí, vestimos a las dolorosas de hebrea, y las túnicas ya aguardan su momento. Seguimos heredando antiguas vigilias. Y el aroma del incienso nos lleva a vivir este tiempo de espera con dignidad y con fe.