Ahora Madrid

¿Qué pensaría Don Carmelo del cierre de la Gran Vía de su hija Carmena, la alcaldesa de Madrid?

El padre de Carmena regentó durante décadas una tienda de moda en el número 31 y fue miembro de la Asociación de Comerciantes de la avenida. Ahora, sus colegas se preguntan cómo la alcaldesa ha podido tomar una decisión tan drástica sin tenerles en cuenta.

Modas Carmelo del padre de la alcaldesa de Madrid ocupaba la esquina con la calle Chinchilla.
Modas Carmelo del padre de la alcaldesa de Madrid ocupaba la esquina con la calle Chinchilla.larazon

El padre de Carmena regentó durante décadas una tienda de moda en el número 31 y fue miembro de la Asociación de Comerciantes de la avenida. Ahora, sus colegas se preguntan cómo la alcaldesa ha podido tomar una decisión tan drástica sin tenerles en cuenta.

Mucho antes del pasado 2 de diciembre, cuando por orden de Manuela Carmena la Gran Vía de Madrid se cosió con vallas de tráfico para cortar el paso de los vehículos privados, hubo otro Carmena que también se hizo notar en la mítica calle. Sucedió hace más de 25 años en la esquina con la calle Chinchilla. En un comercio de dos plantas propiedad de Don Carmelo Carmena, padre de la actual alcaldesa. La arteria que atraviesa el corazón del distrito está intrincada profundamente en la historia de los Carmena a través de «Modas Carmelo», un negocio próspero, en el que la tímida «Manolita» atendió tras el mostrador y que más adelante llegaron a heredar las tres hermanas. Ahora la tienda vende productos del Real Madrid y «Manolita» es Manuela. Los comerciantes que en su día compartieron reuniones con Don Carmelo –como era conocido–, que fue vocal de la Asociación de Comerciantes de Gran Vía, ahora se lamentan de la situación. No entienden cómo un Carmena ha podido tomar una decisión así sobre la calle sin tenerles en cuenta.

«Al padre de Carmena no le hubiera gustado que su hija cerrase la calle sin consultar antes a los comerciantes», considera Florencio Delgado, presidente de la Asociación de Comerciantes de Gran Vía, que recibió el voto de Don Carmelo en la junta directiva de la organización que, hace 25 años, le aupó a lo más alto de la asociación. Delgado recuerda que el padre de la alcaldesa «amaba profundamente» la Gran Vía y trabajó mucho con los comerciantes para que se mantuviese en todo su esplendor. «Quería que los tenderos tuvieran voz en las decisiones sobre esta calle por la que luchó desde la asociación», apunta el presidente.

Es más, según señala Delgado, un nieto de Don Carmelo tuvo hace años la idea de crear una especie de tarjeta de crédito con descuentos en los comercios de Gran Vía, impulsada desde la asociación. «Entonces todavía no se había generalizado el uso de las tarjetas Visa y se desechó, pero había buena intención», explica el presidente de los comerciantes de la arteria madrileña.

Y es que la tradición tendera está más que arraigada en la familia Carmena. Tanto por parte de padre como por parte de madre, la alcaldesa madrileña procede de una familia de comerciantes. Según explicó ella misma en un libro sobre su vida, los abuelos maternos poseían una pastelería cerca de la Dehesa de la Villa, donde nació la regidora. Además, una tía suya solía viajar a París y se llevaba a la madre de Manuela a copiar los sombreros de los desfiles, que luego vendían a clientas exclusivas en Madrid.

De hecho, cuando falleció el abuelo materno y su abuela decidió no continuar con la pastelería, la madre de Carmena empezó a trabajar como cajera en la tienda de ropa de su tía. Allí entró también a trabajar su padre, procedente de un pueblo de Toledo y también con tradición tendera. Al parecer, la abuela paterna de la alcaldesa madrileña regentaba el colmado de Añover de Tajo, una pequeña localidad toledana a pocos kilómetros de Aranjuez. De allí salió Carmelo siendo un adolescente y se puso a trabajar de mozo en una tienda de cortinas.

Con las ideas claras, el progenitor de Carmena se dio cuenta de que era necesario estudiar algún oficio para salir adelante y aprendió confección. Gracias a ello encontró trabajo como cortador de camisas en la tienda de la tía Manolita donde la madre de Carmena era cajera. Se casaron y con los pocos ahorros que fueron guardando, Don Carmelo logró abrir su propio negocio en la calle Príncipe. Denominado «Camisería Club», el primer establecimiento del padre de la alcaldesa llamó la atención rápidamente gracias a que decoró con corbatas la barandilla del escaparate.

De la calle Príncipe a Gran Vía

El éxito de la camisería hizo que se animasen a dar el salto a la Gran Vía, donde modas Carmelo supo renovarse con el cambio que trajo la Guerra Civil, que se vivió hasta en el albarán de la tienda, según recuerda la regidora, y transformó el negocio de sastrería masculina en un comercio de moda para mujer que se convirtió en uno de los más apreciados de la calle durante décadas. De aquellos años, la alcaldesa recuerda que había otra tienda en Gran Vía denominada Camisería Carmena, de unos parientes lejanos de Añover de Tajo, que tenía una divertida publicidad que a la entonces tímida benjamina de Don Carmelo le cantaban sus compañeros de las clases de comercio donde estudiaba desde los doce años, para ayudar a su padre tras el mostrador.

Sin embargo, a la muerte de Don Carmelo Carmena, en 1995, a los 92 años de edad, sus tres hijas, Carmen, Ana y Manuela decidieron renovar el negocio una vez y con el nombre de Carmen Carmena lo convirtieron en una tienda que vendía importaciones chinas muy baratas y con el que también obtuvieron beneficios. Con todo, años después, los descendientes de la familia Carmena, una vez jubiladas las hijas, desistieron de mantener el negocio en la Gran Vía y vendieron el local, que ahora es una tienda oficial de uno de los equipos de fútbol de la ciudad de la que la hija pequeña de Don Carmelo es alcaldesa.c

Moda, artículos made in china y fútbol

Modas Carmelo desapareció a la muerte del padre de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Sus hermanas decidieron renovar el negocio y con el nombre de Carmen Carmena lo convirtieron en un establecimiento que vendía importaciones china a precios muy baratos y que se mantuvo durante varios años en la Gran Vía. Sin embargo, años después la familia decidió deshacerse definitivamente del negocio y lo vendieron. En la actualidad es la tienda oficial del Real Madrid.