Motociclismo

Motociclismo

Vallecas rescata la memoria de Ángel Nieto

El concejal de distrito llevaba más de un año planeando con el piloto la reapertura de su museo, cerrado en 2013. Sólo faltaba la ubicación. Sus motos, guantes y camisetas esperan en una nave en Algete

El Ayuntamiento le obligó a Nieto a desalojar el local situado en la Avenida del Planetario de Argnazuela porque iba a contruir allí pisos
El Ayuntamiento le obligó a Nieto a desalojar el local situado en la Avenida del Planetario de Argnazuela porque iba a contruir allí pisoslarazon

El concejal de distrito llevaba más de un año planeando con el piloto la reapertura de su museo, cerrado en 2013. Sólo faltaba la ubicación. Sus motos, guantes y camisetas esperan en una nave en Algete.

Hace ahora cuatro años, el Ayuntamiento de Madrid –entonces dirigido por Ana Botella– cerró el Museo Ángel Nieto, situado en la Avenida del Planetario. La clausura de la exposición era el primer paso antes del derribo del inmueble en el que estaba ubicada la sala, de 300 metros cuadrados. La razón esgrimida fue que en el espacio destinado al museo se iban a construir varios bloques de pisos. Ayer, sin embargo, el edificio –abandonado y casi en ruinas– seguía en pie y sin señales de próxima demolición, sólo una camiseta y varios ramos de flores como sencillo homenaje a la gran leyenda del motociclismo español. Una conmemoración espontánea de ciudadanos anónimos que ha traspasado las fronteras institucionales. Francisco Pérez, concejal-presidente de Puente y Villa de Vallecas y amigo de Ángel Nieto, propondrá a todos los grupos municipales de la Junta municipal llevar al próximo Pleno, en septiembre, una serie de medidas para homenajear al piloto que ganó «12+1» campeonatos.

Un museo vallecano

Pérez explicó ayer a LA RAZÓN que esta idea no es improvisada ni nace a raíz del fallecimiento del as del manillar, sino que ambos «llevaban hablando del tema más de un año. El objetivo era trasladar todas las piezas que Nieto había acumulado durante sus años de competición –que languidecían desde 2013 en una nave de Algete– a una ubicación en Vallecas. La localización no era casual ni descansaba simplemente en la vinculación del piloto con el concejal. Y es que Ángel Nieto, que nació en Zamora, se trasladó muy pronto con su familia a Vallecas. En este humilde barrio de la periferia madrileña, Nieto se adentró en el mundo motos gracias a su empleo en un taller de la zona, cuyo sueldo le permitió adquirir su primera moto, una Derbi, escudería con la que más tarde ganaría varios campeonatos del mundo. Fue en Vallecas, donde Nieto creció y se enamoró y sibre todo, donde comenzó a correr carreras amateurs. El resto es historia.

Por eso, Paco Pérez y Ángel Nieto decidieron que el barrio en el que el piloto se hizo a sí mismo debía ser también la casa definitiva de sus bienes más preciados. «Hace tres o cuatro meses estuvimos mirando varias ubicaciones posibles», explica Pérez, afectado por la muerte de su amigo. «Al final quedamos en estudiar la posibilidad de hacer primero una exposición temporal» y en función de la afluencia de público, los dos vallecanos iban a decidir cuál sería el sitio idóneo.

Ahora ya no podrán decidirlo en común, pero Pérez está decidido a cumplir la ilusión del piloto: «Pensamos en el centro cultural de Entrevías –a escasos dos kilómetros de la antigua ubicación de la exposición–, porque tiene fácil acceso por Cercanías y podría dinamizar el entorno», remacha Pérez. Sin embargo, el edil de Ahora Madrid no quiere que sea un homenaje partidista, sino algo consensuado entre todos los partidos: «Un consenso que refleje la unanimidad en la admiración que todo el mundo tiene a Ángel», subraya.

Pero el museo no será el proyecto de Pérez. Otros dos homenajes perpetuarán la memoria del as del manillar en Vallecas. Una placa en Guillermo Pingarrón –la calle en la que se crió– y un polideportivo llevarán su nombre. Al igual que en el caso anterior las propuestas están abiertas al debate de todos los partidos: «Cualquier cosa que nos planteen será estudiada», afirma el concejal vallecano, aunque ya se piensa en el centro deportivo de Puente de Vallecas para que sea el próximo «Polideportivo Ángel Nieto».

Y es que, aunque Nieto vivía en Ibiza, el piloto nunca se alejó de Vallecas. Un distrito que ayer le devolvió el cariño en decenas de esquinas. Ayer eran muchos los que paraban el coche frente al irreconocible edificio que antaño albergó el Museo de Ángel Nieto. Algunas velas, flores y mensajes de amigos y seguidores recordaban al piloto. Ramón Canal fue uno de ellos. Detuvo su coche y comenzó a leer con detenimiento una camiseta blanca en la que se podía apreciar un enorme mensaje de despedida escrito sobre una camiseta y colgado en una ventana del que fuera su museo: «Para nosotros es un gran amigo, un padre cariñoso. Temíamos la llegada de esta mala noticia, una despedida a destiempo que aún sigo sin entender», decía el texto.

«Yo estuve aquí hace años, es una pena que ahora esté así», explicó Ramón. «Tenía de todo: cascos, camisetas, guantes y hasta alguna de sus motos», continuaba contando mientras echaba en falta la moto que lucía flamante en la fachada hace unos años. Ramón se preguntaba dónde estarán ahora todos los recuerdos de la carrera profesional de Ángel Nieto y aseguraba que de saberlo «iría a verlo seguro». De hecho, entre los curiosos y los aficionados al motociclismo que fueron ayer a visitar el Museo de Nieto estaba muy presente la duda de «por qué cerró el museo». Vecinas de Arganzuela como Laura aseguraban ayer a este periódico que cuando el museo estaba abierto «venía mucha gente; sobre todo excursiones de colegios con niños y jóvenes que les encantaba». José Luis que vino desde Valladolid a pasar unos días en la capital no es un gran aficionado al mundo de las dos ruedas pero conocía la existencia de este museo: «Al enterarme de la desgracia he decidido aprovechar que estaba en Madrid y pasame a verlo»; aunque por desgracia, este joven vallisoletano sólo puedo ver escombros y cristales rotos. Otros curiosos, José María y María Luisa, de las Islas Canarias, explicaron que «siempre que pasamos por aquí, que está al lado de la casa de nuestro hijo, nos da pena no haber venido cuando aún estaba abierto, si lo reconstruyeran en algún otro punto de la ciudad seguro que haríamos una visita».