Déficit autonómico

Condonación de la deuda e inversión

La Razón
La RazónLa Razón

El Ministro de Hacienda ha abierto la puerta a la condonación de la deuda que tienen las CCAA a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), que “inventó” para ayudar a aquéllas que no podían financiarse en los mercados. El objetivo era sostener a las incumplidoras del déficit, y utilizar esta vía para controlar la gestión de las que sí lo hacían y condicionar su política fiscal. Dicha medida no llevaba aparejada otras limitativas del gasto real de las incumplidoras, ni penalizaciones por seguir incumpliendo el déficit. Entrar en el FLA era reconocer que no se tenía capacidad para financiarse, y que necesitaban ser “rescatadas”, tal y como lo calificaron desde el Ministerio. Por esa razón las CCAA que sí la tenían, se negaron a integrarse para no ver mermada su autonomía y cerrarse los mercados financieros. Y eso pese a los intentos de que los bancos no les prestaran dinero para forzar esa integración. No lo logró, y esas CCAA siguieron financiándose a buen precio.

Ante la falta de medidas sancionadoras el déficit se siguió incumpliendo, especialmente por quienes ya lo hacían en mayor medida. El Gobierno “inventó” entonces el déficit “a la carta”, repartiendo el objetivo fijado para las CCAA desigualmente, primando con mayor margen a las más incumplidoras en perjuicio, de nuevo, de las que sí lo hacían, y de nuevo sin penalizaciones para el caso de que incumplieran. El argumento era que aquéllas tenían que “hacer más esfuerzo”, como si el esfuerzo ya hecho por las cumplidoras no contara para nada, teniendo que redoblarlo en perjuicio de sus ciudadanos. Madrid, la más perjudicada, se opuso, y el resultado fue que de nuevo incumplieron ese déficit desigual. Como también ocurrió al año siguiente cuando se recuperó el déficit igual para todas, como exigía la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Madrid anticipó la recuperación económica y adelantó las rebajas fiscales, aumentando su crecimiento, sin beneficiarse de la mayor recaudación por el injusto sistema de financiación que le perjudicaba, lo que exacerbó el enfado de algunos que la acusaron ya de “dumping” fiscal y de que le “sobraba el dinero”.

Mientras tanto, a las incumplidoras se les daba adelantos de financiación mientras seguían incumpliendo, hasta acumular los más de 66.000 M€ que tiene hoy Cataluña, que, junto a la deuda que acumulan Valencia y Andalucía, suman el 70% de la que tienen las CCAA a través del FLA, concentrando ya el Estado el 51% del total de la deuda que tienen.

Ante esta situación, y dentro de los trabajos que realiza sobre el nuevo sistema de financiación, -que debería haberse aprobado en 2014-, ha dejado correr otra vez el tema del “dumping fiscal” de Madrid y la homogenización fiscal, -que no es otra cosa que Madrid tenga que subir sus impuestos-, y anuncia la condonación de la deuda del FLA, beneficiando de nuevo a las incumplidoras, sin acompañarla nuevamente de medidas penalizadoras contempladas en la Ley de Estabilidad.

En este contexto ha comprometido una inversión en Cataluña de más de 4.000 M€ en los próximos cuatro años, en un enésimo intento de mostrar su compromiso con esa región y disuadirla del desafío soberanista, provocando la reacción del resto, -luego reconvenida-, pidiendo igualdad de trato. Conseguir unanimidad en el sistema de financiación no es tarea fácil. Pensar que dar más dinero a Cataluña es suficiente para revertir ese desafío después de todo lo que se le ha dado estos años con el resultado conocido es más que dudoso, y puede complicar el conseguir un sistema de financiación aceptado por todos. Mientras no se esté dispuesto a tomar medidas penalizadoras contra los incumplimientos económicos y del respeto a la legalidad y a la unidad e integridad territorial, ambos objetivos se adivinan harto difíciles.