Carlos Rodríguez Braun

Costes, beneficios y disputas

Mientras Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se enzarzaban en el Congreso de los Diputados el martes a cuenta del sí o no del rescate y sus consecuencias, la entidad símbolo del rescate, Bankia, apuraba la última semana antes de la aprobación de sus cuentas de resultados de 2014. La principal incógnita era en qué medida la entidad iba a asumir el coste que eventualmente le pueda imponer la Justicia en nombre de quienes compraron acciones en su día y han visto sus intereses dañados por la salida a Bolsa.

Se dirá que la disputa es bizantina, puesto que la cuenta de las reclamaciones corre en última instancia siempre a cargo del contribuyente, sea que el pago recaiga finalmente sobre BFA, o sea el Frob, o sobre Bankia, donde también el Frob sería víctima en tanto que accionista. De todas maneras, por razones estéticas, las autoridades y el PP se han manifestado reacias a que el pago no afecte de manera apreciable a los beneficios del banco. Un miembro del partido, citado ayer en Expansión, subrayó que no se puede tratar a los inversores en Bolsa como si fueran los ahorradores que en su día adquirieron participaciones preferentes sin tener muy claro qué estaban comprando: en efecto, si no se considera que un inversor bursátil debe saber que se arriesga a perder lo invertido, este miembro del PP se preguntaba si no deberá pasar lo mismo si dentro de un tiempo resulta que la salida a Bolsa de Aena supone un fracaso. Se trata, evidentemente, de situaciones diferentes, con derechos y riesgos también distintos.

Sea como fuere, en la medida en que ese reparto de costes no está claro aún, dicha circunstancia deberá ser reflejada en las cuentas del ejercicio de 2014 que Bankia aprobará hoy viernes: seguramente se establecerán unas provisiones ante esa eventualidad, que, aunque no se trate de una cifra cuantiosa, deberán ir con cargo a los beneficios de la entidad.