Investigación científica

Más excelencia científica, menos innovación

Más excelencia científica, menos innovación
Más excelencia científica, menos innovaciónlarazon

Según un ránking de la UE, España mantiene su nivel de producción científica, pero baja en la inversión privada privada.

¿Cuál es la posición que mantiene España en lo que respecta a innovación y ciencia en el conjunto de la UE28? El informe «Innovation Union Scoreboard» de la Comisión Europea, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, se sirve de 25 indicadores para realizar un ránking a nivel europeo. Suecia, Dinamarca y Finlandia encabezan la clasificación, mientras que Lituania, Bulgaria y Letonia la cierran como los países menos innovadores. En este panorama, España pierde dos puestos, bajando del 17 al 19. En este contexto, estamos en la «liga» de los países considerados como «moderadamente innovadores». Es decir, se está por debajo de la media europea. En todo caso, el informe refleja que la mayoría de países sufre un estancamiento en lo que a I+D se refiere.

Lo cierto es que la clasificación pone sobre la mesa las virtudes y defectos de nuestro sistema público de investigación. Por un lado, como indica el informe, España mantiene su nivel de excelencia científica, así como su capacidad de atracción en lo que a investigación se refiere. En este sentido, nuestro país se mantiene en el undécimo puesto de la UE28, en una lista encabezada por Países Bajos, Suecia y Dinamarca. En lo que respecta a la presencia española en las publicaciones más prestigiosas, nuestro país ha aumentado un 5%; en cuanto a las publicaciones internacionales compartidas con otros países, se han incrementado un 9,4%, y los estudiantes de doctorado de fuera de la UE crecen un 4,8%. De hecho, el informe señala que nuestro país es el quinto de entre la UE28 que más ha crecido en el último año, y el octavo en los últimos ocho años. Además, también ha aumentado el número de doctorados (6,5%) y la población con estudios universitarios (1%), constituyendo el duodécimo país de los 28 que mayor incremento ha experimentado en este sentido. No en vano, España, junto con Portugal, es el único país «moderadamente innovador» que consigue estar cerca de la media de la Unión Europea. Entonces, si todos estos indicadores son positivos, ¿por qué España baja puestos en la clasificación?

La respuesta viene por la falta de inversión en I+D. El informe señala que los gastos en Investigación y Desarrollo en el sector público aumentaron un 1,6%, aunque todavía se está por debajo de la media europea. Sin embargo, el «golpe» viene por el déficit de inversión privada por parte de las empresas, que son las que más han notado los efectos de la crisis económica. En este sentido, se produce un descenso en todos los indicadores, confirmando que se trata de uno de los males endémicos del sistema. Además de que el gasto empresarial en investigación ha caído en un 1,2%, el capital riesgo, es decir, las empresas privadas que invierten en «startups», ha disminuido hasta un 17%.

En este contexto, las pymes tampoco salen bien paradas, al descender un 6,5% en innovación. A estos datos habría que sumar encuestas recientes como la desarrollada por el INE, que constata el descenso en el número de empresas con innovaciones tecnológicas.

65%, según la UE

En líneas generales, la inversión privada en I+D+i en España supone un 53% del total, cuando desde la Unión Europea se recomienda una participación de en torno al 65%. No en vano, las grandes potencias de los 28 superan ampliamente esta recomendación. Consecuentemente, los potenciales beneficios económicos que podría suponer para nuestro país se reducen en un 0,8%, y la media de exportaciones de productos de alta tecnología ha descendido un 1,8%, según el «Innovation Union Scoreboard». Curiosamente, el informe indica que se han incrementado las patentes en nuestro país un 2,7%.

Consciente de este déficit, el Gobierno aprobó la Ley de Emprendedores, que establece un marco más flexible para que las pequeñas y medianas empresas puedan apostar por la innovación sin correr riesgo económico en el caso de que dichas innovaciones no fructifiquen nunca, a través de una serie de incentivos fiscales. Hay que recordar, además, que el presupuesto destinado para I+D+i proyectado por el Gobierno será de 6.395 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,8% respecto al año anterior.

En el informe no se hace referencia a la «emigración» de científicos e investigadores hacia segundos países. En este sentido, y con datos correspondientes a 2013, el INE reflejó recientemente que el número total de personas que se dedicaron a actividades de I+D interna en Biotecnología, en equivalencia a jornada completa, disminuyó un 3,9% en 2013 hasta alcanzar las 23.186,2. Una cifra que supuso el 11,4% del personal total ocupado en las actividades de I+D y el 1,4 por mil de la población ocupada.