Mascotas

#YoSeréTusOjos: Alan busca un lazarillo

Este pastor alemán se quedó ciego tras ser abandonado. Ahora los vecinos de Berja que le rescataron buscan una familia que cuide de él.

Alan ya está recuperado y los cuidadores de El Refugio se encargan de que no le falte de nada
Alan ya está recuperado y los cuidadores de El Refugio se encargan de que no le falte de nadalarazon

Este pastor alemán se quedó ciego tras ser abandonado. Ahora los vecinos de Berja que le rescataron buscan una familia que cuide de él.

su nombre es Alan, tiene siete años y fue rescatado del abandono animal. Esta historia la protagoniza este pastor alemán y Angélica, una joven de la almeriense localidad de Berja que hace honor a su nombre. Angélica salió junto a Paqui, sus perros y un grupo de seis amigos a hacer senderismo por una zona de caminos rurales bastante retirada de la población, como les gusta hacer desde hace muchos años. De un momento a otro Susa, una de las hembras que caminaba con ellos por el monte, se desvió del grupo que transitaba la zona y comenzó a ladrar. Cuando Angélica le siguió descubrió a Alan tirado en el suelo en mitad de la nada, sin moverse, bajo un sol de justicia y con claros síntomas de tener problemas en sus ojos. «Buscamos si había alguien por la zona sin suerte», cuenta Angélica. Rápidamente todo el grupo confirmó sus peores sospechas: alguien había llevado hasta ese lugar completamente intransitado a aquel perro ciego. Alan estaba abandonado a su suerte, desnutrido y sin movilidad alguna en lo que iba a ser una muerte segura.

«Nos impactó mucho a todos la crueldad tan grande que puede llevar a cabo un hombre porque a Alan lo abandonaron para que se muriera». Ante tales hechos, el grupo no perdió ni un sólo segundo para ayudar a este can. Le pusieron de nombre Alan y, ante su inmovilidad, se turnaron para cargarlo en brazos durante varios kilómetros para llevarle al veterinario. «Alan pesa, pero es muy bueno y cariñoso», añade con ternura Angélica. «Primero le exploramos, para ver qué es lo que tenía. Le dimos un poco de agua y pienso, aunque apenas comió. Después andamos durante 20 minutos en los que le llevamos en brazos hasta un lugar seguro porque se preveían lluvias torrenciales para los próximos días».

Así, Angélica junto con el resto del grupo consiguió una parcela en donde con una simple lona, un colchón y tres palés, improvisaron una caseta para Alan. «Al principio el perro se chocaba con todo. Al final acabó por no moverse y no comer. Sólo lo hacía cuando íbamos nosotras a verle», asegura la almeriense. Durante varios días este grupo estuvo alimentando, protegiendo y mimando a Alan hasta que su llamamiento fue atendido por la protectora El Refugio, quienes le acogieron y proporcionaron toda la atención veterinaria que este perro necesitaba.

De vuelta a Madrid, una vez en el veterinario se confirmó por completo la total ceguera de Alan, que además presentaba una delgadez aguda, problemas en sus patas –las cuáles hallaron totalmente hinchadas–, alopecia, heridas en su piel y una grave infección de oídos. Es muy probable que este pastor alemán de siete años hubiera sufrido maltrato animal por parte de su dueño, de que no se sabe nada por el momento. «Su estado era lamentable», asegura Nacho Paunero de la protectora El Refugio. Ante su mal estado, los veterinarios de El Refugio consideraron que «era inviable mantener al perro así». Este can ya ha superado muchos tratamientos veterinarios y una operación, pero aún le queda otra en el pabellón auditivo.

Alan perdió sus ojos, pero no sus ganas de dar cariño. «Ahora evoluciona favorablemente y está muy recuperado. Perder el sentido de la vista parece que no le ha afectado mucho, sigue siendo un perro muy cariñoso y bueno. En El Refugio marca sus rutinas y se apaña muy bien. Es de paseo cuando hay que estar muy pendiente de él por si se pierde», afirma Paunero.

Este can ya está recuperado física y anímicamente por el cariño que recibe a diario por los profesionales de esta protectora. Pero desde El Refugio todavía tienen una labor pendiente: que Alan sea adoptado. «Está deseoso de encontrar una familia», cuenta Paunero a LA RAZÓN. Algunos ya se han interesado. Pero desde la protectora van a seguir intentándolo. Para ello ya han iniciado una campaña. Bajo el «hastag» #YoSeréTusOjos, El Refugio ha comenzado esta iniciativa para encontrar el hogar idóneo para Alan, una familia que quiera hacerse cargo de él y que sepa apreciar el «adorable, dócil, tranquilo y cariñoso» perro que es porque «lo merece más que nadie». Es muy curioso, «porque cuando estás al lado de Alan, está muy tranquilo porque siente que tú eres sus ojos, es un sentimiento muy especial», concluye Paunero.