Misterio
El documental sobre "tecnología no humana" que llega al Congreso de los EE UU
La proyección puede ser la antesala o formar parte de una estrategia de una revelación oficial
El pasado lunes, un pequeño grupo de miembros de la Cámara de Representantes se reunió en una sala del Capitolio para ver el documental The Age of Disclosure. La película, dirigida por Dan Farah, incluye testimonios de más de treinta cargos del Gobierno, senadores con acceso a información de inteligencia, militares y agentes de seguridad que aseguran haber visto “tecnología no humana” y sostienen que Estados Unidos lleva décadas encubriendo esa realidad. La sesión del 24 de noviembre de 2025, reservada a legisladores de ambos partidos, no fue un simple visionado: según sugieren Ralph Blumenthal y Leslie Kean en The New York Times, podría ser el preludio de una revelación oficial inédita… o el inicio de una estrategia cuidadosamente diseñada para reescribir las reglas del secreto gubernamental.
Estos mismos periodistas sacaron a la luz, en 2017, la existencia del programa secreto del Pentágono que abrió la puerta a los cambios legislativos posteriores y al reconocimiento formal de los ovnis.
Tras la proyección, Christopher Mellon —ex subsecretario adjunto de Defensa para Inteligencia— lanzó una acusación directa: afirma que la Fuerza Aérea ocultó datos sobre fenómenos aéreos no identificados, que informes de la Marina y del NORAD desaparecieron, y que sistemas de radar, sonar y vigilancia espacial se han empleado para silenciar estas incursiones. Según Mellon, algunos UAP han sobrevolado plantas nucleares y zonas sensibles, y urge al Congreso a que obligue a responsables de la USAF y la CIA a declarar bajo juramento.
En declaraciones a la Disclosure Foundation, Mellon plantea dos posibilidades: que la Fuerza Aérea haya reunido toda la información sobre UAP en un Programa de Acceso Especial tan secreto que ni el presidente ni los líderes de los comités de inteligencia pueden acceder a él, o que esté usando la Ley de Energía Atómica y otras normativas para justificar la ocultación de esos datos.
Si todo esto parece exagerado, conviene recordar que uno de los testigos afirma haber visto no solo naves, sino seres no humanos. El documental recoge las palabras de Eric Davis, astrofísico y exasesor científico del programa AATIP, sobre el llamado Legacy Program, un proyecto presuntamente dirigido por elementos de la CIA, la Fuerza Aérea, el Departamento de Energía y contratistas privados que habrían recuperado varios vehículos estrellados y restos biológicos de origen extraterrestre.
¿Qué se busca con esta “revelación controlada”?
La presencia conjunta de republicanos y demócratas para ver un documental apunta a una operación de impacto político. Rompe décadas de silencio institucional, pero de forma medida: ¿se está preparando una declaración oficial? ¿Será Trump quien la haga pública, como insinuó Farah en una entrevista con Entertainment Weekly?
Los promotores del documental aseguran que su objetivo es colocar el tema de los fenómenos anómalos —UAP, posible vida extraterrestre, tecnología encubierta— en la agenda pública con respaldo institucional. Para muchos expertos, en cambio, se parece más a un “bombardeo mediático” que a una investigación científica, y alimenta la idea de que detrás podría haber una estrategia de ingeniería de percepción a escala global.
El visionado de The Age of Disclosure ante miembros del Congreso es un punto de inflexión. Podría marcar el inicio real de una divulgación gubernamental sobre el fenómeno UAP, o ser simplemente una maniobra controlada: una revelación limitada para orientar el debate bajo los términos de quienes ya dominan la información.
En este contexto, el documental no funciona como cierre de una investigación, sino como el primer capítulo de una nueva secuencia de decisiones políticas, legislativas y mediáticas. ¿Se acerca una declaración oficial sobre inteligencia no humana? ¿O estamos ante la primera escena de una estrategia destinada a normalizar el miedo, la sorpresa y el misterio?
Lo único claro es que, tras décadas de silencio, el poder ha decidido hablar. Pero lo hace, todavía, a puerta cerrada.