Andalucía

A sus órdenes

Despedida del teniente general Juan Gomez de Salazar como Jefe de la Fuerza Terrestre
Despedida del teniente general Juan Gomez de Salazar como Jefe de la Fuerza TerrestreManuel OlmedoManuel Olmedo

El teniente general José Rodríguez García –un nombre corriente para una responsabilidad fuera de lo común–, como a cualquier militar de alta o baja (o ninguna) graduación, se les suponen a estas alturas del siglo algunas virtudes entroncadas con la tradición de su negocio y otras renovadas, las que tienen que ver con su total subordinación al imperio de la Ley. El nuevo jefe de la Fuerza Terrestre, con sede en la Capitanía General de Sevilla, fue adjunto de Juan Gómez de Salazar, que pasa a la reserva tras realizar una labor excepcional y dejar inmejorable rastro en subordinados y civiles. Ha hecho bien el Consejo de Ministros, habida cuenta de que está en funciones, en no experimentar con algún nombramiento estrafalario. (Miedito da pensar en que le caiga algún cargo a ese aviador cobarde que pasta en el pesebre de Pablo Iglesias.) Uno de sus antecesores, José Mena, fue primero arrestado yl uego destituido porque celebró la Pascua Militar de 2006 con la lectura del artículo 8 de la Constitución española, que sigue vigente... aún: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». La cita textual fue demasiado para los castos oídos de Joan Tardá y ya entonces gobernaba el PSOE en comandita con ERC, así que el Ministro de Defensa, José Bono, apaciguó a los independentistas con Pedro Pitarch, un monigote sin más preocupaciones que alternar con la «societé» hispalense, maltratar a la tropa y lucir palmito hasta la linde del ridículo. Hace casi catorce años, Mena creía «afortunadamente impensable» que el separatismo cruzase determinados límites. No pongan en el brete de dar su opinión a Rodríguez García.