Andalucía

El paraíso andaluz

Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía
Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de AndalucíalarazonManuel Olmedo

No hay mal que por bien no venga, parece pensar el jefe de Andalucía. Veremos qué cantan los números de las nuevas inversiones. Lo votos del PSOE-A dan oxígeno, pese al duro peso de la Ley con la sentencia de los ERE, que pasará factura en las urnas. La ex presidenta mantiene engrasado el aparato. Eso gusta en La Moncloa, aunque quieran aparecer como dos partidos distintos. Vox aquí ha duplicado sus diputados (de 6 a 12). Los Ciudadanos, fallecidos de éxito, cuentan poco ahora. Cree Moreno que esos resultados no tienen porqué incidir en el gobierno bipartito con el apoyo de Vox, pero los vasos comunicantes en política son retorcidos. Debería considerar este nuevo gobierno centro-derecha andaluz, que su gestión tendrá que ser superlativa, si no quieren perder el milagroso poder que han obtenido.

Para las próximas elecciones territoriales (2022) Ciudadanos estará colgado de los andamios de su reconstrucción y Vox instalado en horizonte creciente. El PSOE, surcará al alza apoyados por el Frente Popular nacional. Así que el escenario no pinta muy halagador para los actuales neogobernantes de la Andalucía eterna. Es pronto para analizar escenarios futuros, pero ¿quién podía vaticinar que los socios del PP-A iban a desaparecer? La situación real es que el presidente de Andalucía tiene un apoyo con menos músculo político. Solo ante el peligro, tendrá que afinar los instrumentos. Le quedan tres años, poco tiempo para conseguir las transformaciones que propone. No se muda la piel socialista andaluza en tan corto período.

La tarea es inmensa y el tiempo escaso. El acoso y derribo va a ser intenso. El "gobierno Drácula", como lo denomina Moreno, va a chupar sangre sureña. Saca pecho con un aumento de tres diputados nacionales. Vox, les echa el aliento por todas las provincias andaluzas. El PSOE-A ha ganado en las ocho provincias, en siete de las ocho capitales, casi en el 90% de los municipios. Eso es mucho aparato. Y Ciudadanos es una sombra congelada. El Ejecutivo andaluz tendrá que dar la batalla por la financiación autonómica. Sin dinero no hay paraíso.

Pese al deseo de Bendodo de que el nuevo panorama político nacional no vaya a afectar el funcionamiento del gobierno andaluz, seguramente sí afectará. Cuando arriba mandan los contrarios, los de abajo pasan más trabajo. El mareo presupuestario, demorar la cancelación de las deudas pendientes y demás argucias es la artillería de la dilación. Un poder dificultado para cumplir con los programas, finalmente se refleja en los resultados electores. El derribo de este bipartito está por comenzar. La fortaleza de un PP, solo ante el vigorizado PSOE, se va a poner a prueba. Con Vox a su derecha, mantener el gobierno de Andalucía a futuro va a ser una regla de tres, que solo tendrá dos. Una ecuación difícil de despejar.