Andalucía
IMPUNIDAD ACORAZADA
Por más que las nieves del tiempo hayan plateado su sien de forma acelerada, servidumbres del poder envejecen, cuesta imaginar a Elías Bendodo en el papel del atracador Danny Ocean que encarnó George Clooney en la famosa saga cinematográfica. Reventar cámaras acorazadas no es oficio glamuroso, por más que uno enrole en el reparto a un Brad Pitt (¿Moreno Bonilla?) o a una Julia Roberts (¿Carmen Crespo?) o a un Matt Damon (¿Juan Marín?), ni por más que sea un remake de una película protagonizada por, nada menos, Frank Sinatra u otorgue a Andy García y a Vincent Cassel –cualquier parecido con Chaves y Zarrías es pura coincidencia– papeles de supervillanos. Pues resulta que se fueron los socialistas de la agencia IDEA precipitadamente, las prisas son para los malos toreros y para los ladrones –elija el lector–, sin dejar en un pósit la combinación de la caja fuerte donde habían guardado cierta documentación requerida en vano por los juzgados que deben depurar responsabilidades de los casos ERE. Tan cinéfilos como se proclamaban Griñán y su antecesor, el género negro les debería haber convencido de que la destrucción mediante trituradora (Huévar) o incineradora (Valverde del Camino) es más eficiente que el ocultamiento cuando no se desea que ojos indiscretos se posen sobre papeles comprometedores. Pero siempre hay un contable receloso con su jefe y celoso en su trabajo, recuerden toda la filmografía sobre Al Capone, que pone una carpeta a buen recaudo para comerciar con ella si viene una mano mal dada. Ahí entran en juego, abracadabra, los archivadores oportunamente olvidados que desmontan líneas de defensa construidas sobre la seguridad de que no-hay-pruebas-ni-las-habrá. Metieron a demasiada gente en el ajo durante demasiado tiempo como para pretender que nadie los traicionaría.
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