585 personas se dejaron la vida en su intento de alcanzar España por el Sur

A golpe de discursos o eslóganes calan datos a menudo modelados. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) denunció ayer que hubo un «gran titular» así entre los que abrocharon 2019: durante ese año se produjo una reducción de «en torno al 48%» con respecto a 2018 de las llegadas de personas migrantes, a través de la frontera Sur española, que incluye a Andalucía, Murcia, Alicante, Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla. Una realidad numérica que pasada por el tamiz analítico de la mencionada entidad arroja otra que expresaron sin bozal ni disimulo: esa disminución se produjo «a costa de vulnerar los derechos humanos» y gracias a «la subcontratación de la represión por parte de Marruecos» y al «despliegue de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, Frontex».

APDHA presentó ayer su Balance Migratorio 2019 y atribuyó el hecho de que el año pasado llegaran 30.859 personas menos, pasando de las 64.120 contabilizadas en 2018 a las 33.261 registradas en 2019, al «apoyo de la Unión Europea a Marruecos con 140 millones para el control migratorio», a «la financiación para la compra de centenares de vehículos todo terreno –en concreto 384–»; y a «la instalación en el lado marroquí de la frontera de una triple hilera de concertinas». De acuerdo a los datos de su estudio, consultado por LA RAZÓN, del conjunto de migrantes que alcanzaron España por el Sur, 26.916 lo hicieron por vía marítima y 6.345 por las fronteras terrestres de Ceuta y de Melilla. Las 1.194 embarcaciones de todo tipo en las que los ocupantes se juegan sus destinos alcanzaron el litoral andaluz de forma desigual por provincias: mientras a Almería arribaron 267 y a Cádiz 276, Huelva se anotó sólo tres. A Málaga lograron que entraran 83 y a Granada otras 95. En total desembarcaron en la comunidad andaluza 20.307 personas, 6.498 en Almería, 5.805 en Cádiz, 4.128 en Granada, 3.819 en Málaga y 52 en Huelva. Y hay otro número muy significativo: la mencionada asociación aseguró haber constatado, según el seguimiento propio que llevan a cabo, que «al menos 585 personas» murieron intentando entrar en el país, lo que «indica que porcentualmente aumentó el número de víctimas» con respecto a quienes llegaron.

Respecto a las rutas que emplearon los inmigrantes, el balance desgranado refleja un alza considerable de la de Canarias, pese a que es una de «las más peligrosas, que se ha cobrado 200 vidas». Para la organización fueron «especialmente dolorosos» dos naufragios del pasado mayo, con 23 fallecidos, la muerte ese mismo mes «de una bebé de poco más de un año llamada Sephora»; u otras 37 en septiembre. Con todo, la ruta más mortal es la de Alborán, en la que se ahogaron nada menos que 262 personas.

Más datos

ΔAlza en la entrada de marroquíes.

Se detectó una subida de la proporción de llegada de estas personas y una caída del porcentaje de mujeres.

ΔLa llegada de niños se disparó

La entrada de menores por las costas, acompañados o no, se incrementó hasta casi un 30% del total.