Sucesos
La Policía investiga el robo de joyas y enseres en la casa hermandad de la Sed de Sevilla
Los ladrones han sustraído unas potencias del cristo y otras piezas de gran valor económico y sentimental
La hermandad de la Sed de Sevilla, que cuenta entre sus titulares con el Cristo de la Sed, una de las imágenes del Miércoles Santo sevillano, ha pedido ayuda para localizar la veintena de joyas y enseres que unos desconocidos han robado en su sede este fin de semana. El hermano mayor, José Cataluña, ha comparecido ante los medios de comunicación para dar detalles del suceso, indicando que una limpiadora de su casa hermandad descubrió el robo en torno a las dos de la tarde, a los directivos, que a su llegada comprobaron que los enseres estaban revueltos y faltaban varios.
Los ladrones llegaron a hacerse con una caja fuerte de la hermandad, que lanzaron a la calle desde la azotea para abrirla, de modo que Cataluña ha entendido que “el ruido se debió escuchar, pero seguramente nadie lo asoció con un robo en la casa hermandad”. Sin embargo, los vecinos de la zona han comenzado a dar pistas a la Policía en torno a lo que recuerdan de la noche en cuestión, mientras que el hermano mayor ha indicado que las cámaras de seguridad han captado al menos a dos personas, “que entran en la casa y salen a la calle, posiblemente esperando que llegue la Policía para huir, pero vuelven a entrar” y perpetran el robo.
Entre los enseres sustraídos se encuentran elementos que pertenecen a la Virgen de Consolación y al Cristo de la Sed, “que les han robado a la fuerza”, destacando unas potencias o un anillo de la virgen. Algunas hermandades sevillanas ya se han solidarizado con la de Nervión, como la de la Milagrosa, cuyos directivos han visitado a los de la sustraída para indicarles que van a reponer la réplica de la antigua medalla de la Milagrosa Rosario que hace ahora justo un año fue regalada a la hermandad por el cincuentenario de su virgen.
La Policía Nacional investiga el suceso, y se cree que los ladrones entraron en la sede de la hermandad rompiendo una cancela de la azotea, para acceder a donde están los enseres durante todo el año.
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