"Menú del día"

Fanatismo, hartazgo o cabreo

“Que se preparen los madrileños para una nueva Filomena pero esta vez en forma de propaganda fecal de los autoproclamados progresistas”

"De Cataluña viene también Arrimadas que ganó pero no plantó su bandera como nos pasó a los españoles en las Bermudas"
"De Cataluña viene también Arrimadas que ganó pero no plantó su bandera como nos pasó a los españoles en las Bermudas"F. PastelloLa Razón

Desde que Rufián comenzó vestirse y cortarse el pelo él solo para ir a los plenos del Congreso la democracia española ha ido de mal en peor. Lo de la impresora por lo visto lo celebraron por todo lo alto en un Burger King, con coronas de cartón incluidas. Claro que también hay un rastas en la cámara baja. Y a mí que en el catering en el que curré, igual que cualquier estudiante, me hacían afeitarme las patillas. De Cataluña viene también Arrimadas que ganó pero no plantó su bandera como nos pasó a los españoles en las Bermudas. Su antiguo jefe ya hizo lo que aquella figurita que ponen los catalanes en los belenes y luego se fue sin pedir perdón. Y encima todavía tiene los arrestos de piar de vez en cuando. Claro que es lo que tiene la democrática bajante de las redes. Que también tengamos que soportar los rebuznos y mentiras de la casta en Internet es, además de nocivo para la sociedad, insoportable. Al fin y al cabo ya los tenemos en la tele, la radio y los periódicos, privilegio de publicidad que no tiene el ciudadano corriente. Por lo menos Fran Carrillo dice lo que todos pensamos. Lo mismo que pensó y dijo Figueras hace 148 años –qué poco hemos cambiado- y cuyos restos descansan bajo un majestuoso monolito en el cementerio civil de Madrid junto a sus colegas Salmerón y Pi i Margall en la concordia que solo otorga la parca, hoy travestida en virus coronado. Porque, mientras Alí Redondo y sus 347 asesores se aparecen en cuevas a partidos que atraviesan el desierto para que se conviertan a la fe del profeta Sánchez, aquí seguimos muriendo, de verdad o de hambre, o pasamos meses ingresados en la soledad de hospitales a rebosar atendidos por sanitarios agotados que cobran menos que un periodista. Y entre todos ellos, los de los sobres, los pistoleros, los de la boina y entrecejos reales o espirituales, los que no se les conoce estudios o los falsifican, nos condenan de nuevo a elegir entre los tres peores partidos de un sistema electoral: el del fanatismo, el del hartazgo o el del cabreo, que es una palabra que la Casanova no nos dejaba usar en clase porque la consideraba un taco. Pero por eso mismo la uso yo aquí. ¿A nadie se le ha ocurrido que poner a ignorantes, vagos y narcisistas al mando era una mala idea? Por lo menos se les podría obligar a superar el test de ortografía de la policía nacional antes de tomar posesión del cargo. Quizás Ciudadanos tenga razón en Murcia y sus socios sean lo que dicen que son. Aunque ahora parece que todo va a quedar en nada excepto en Madrid. Que se preparen los madrileños para una nueva Filomena pero esta vez en forma de propaganda fecal de los autoproclamados progresistas. Ya preparan los fanáticos sus sonrisas siniestras, los hartos las pinzas para la nariz y los cabreados los puñales. Démonos un gran aplauso. Otra vez lo hemos conseguido.