Tornaviaje
Guerras
Las hay soterradas y a cañonazos, externas e internas. En España se libra una a cielo abierto entre el gobierno de Sánchez, sus ministros comunistas y aliados independentistas (catalanes y vascos), contra un adversario disperso y contradictorio
Las guerras están de moda. La rusa-ucraniana cumple tres años. Gran desgaste para Europa. La del Medio Oriente, un año mañana, con Israel peleando contra tres enemigos: Hamás, Hizbolá, hutíes y el trasfondo iraní, que los arma y sostiene. Con las irremediables, excesivas muertes de civiles, que toda guerra produce desde la antigüedad. Las conexiones Rusia-Irán son evidentes, las EEUU-Israel obvias. Ahí está el detalle. Hay otros escenarios bélicos soterrados: Sudán Sur, Myanmar, Pakistán.
En medio de esos campos de operaciones está el mediático, que son tropas que disparan letras. No matan, pero hieren. El ‘puto amo’ está siendo atendido en urgencias de la Moncloa. Le ha impactado, bajo la línea de flotación, un misil disparado desde el prestigioso semanario progre británico "The Economist". A este no podrá, o sí, meterlo en el saco de los que enfangan. El británico arranca así su pieza: “Avanzaremos con determinación con o sin la ayuda de la legislatura”, dijo Pedro Sánchez, primer ministro de España, en una reunión de su Partido Socialista a principios del mes pasado. Para sus críticos más excitables, esto sonó como una declaración de dictadura. De hecho, fue un reconocimiento de sus difíciles circunstancias. En el cargo desde 2018, Sánchez es el gran superviviente de la política europea, un estratega astuto y despiadado. Pero su gobierno de coalición minoritaria gobierna a gusto de los nacionalistas radicales catalanes y vascos, y a un costo creciente para la calidad de la democracia española y sus instituciones.
La política española está en guerra civil sin plomo, solo con armas verbales con las que se disparan a diario a través de los medios. Si apuntan en contra de Sánchez son los del fango. Si son a favor se les compensa con prebendas. También reciben fuego amigo. Una guerra prolongada por el afán de sostenerse en el puente de mando a toda costa, poniendo en peligro este sistema imperfecto, que es la democracia occidental. El fuego cruzado del exterior no es ajeno a nosotros. Sus misiles tienen efectos colaterales.
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