Turismo

Solo el 0,20% usó las residencias vacacionales públicas en 2023

Desde al año 2015, han supuesto para las arcas un gasto de 140 millones de euros, frente a los 16 millones de ingresos

Residencia de Tiempo Libre de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería)
Residencia de Tiempo Libre de Aguadulce, en Roquetas de Mar (Almería) LA RAZÓN

Las Residencias de Tiempo Libre de Andalucía surgieron en los años 60, en pleno régimen franquista. Su construcción arrancó en los años 50 por la Obra Sindical Educación y Descanso dentro de la red de residencias instaladas por todo el territorio nacional, ubicadas principalmente a orillas del mar o en la montaña, como centros vacacionales y de ocio dirigidos a las personas trabajadoras y a sus familiares con objeto de que tuvieran acceso, a un precio moderado, al ocio y descanso necesarios a los que las dificultades económicas de la época hacían prácticamente imposible acceder. Hoy día, por las inercias que se mantienen en las administraciones, seguían funcionando, aunque habían perdido aceptación social y utilidad.

Los datos apuntan que durante el año 2023 solo el 0,20% de la población andaluza ha disfrutado de estancias en estas Residencias. De hecho, se ha pasado de 28.420 personas usuarias y 134.172 estancias en 2019 (antes de la pandemia) a las 17.864 personas y 83.259 estancias que se han registrado en este año 2023, lo que implica un descenso en la ocupación de un 38%.

No es un hecho aislado ni un mal año: en el Programa ConoceTu Tierra, programa social que proporciona estancias gratuitas a colectivos de especial atención, la ocupación ha descendido en torno al 60% desde el año 2015.

Tampoco los intentos por abrir este servicio a toda la población en general han resultado exitosos pese a que la adjudicación de plazas no se tiene en cuenta el criterio de renta.

La Junta de Andalucía asumió su gestión en 1982. La Administración del Estado transfirió las Residencias de Tiempo Libre de Aguadulce, Cádiz, Marbella-Ciudad Residencial, Pradollano y Punta Umbría. Un año más tarde se hizo con la Residencia de «El Burgo Turístico» de La Línea de la Concepción.

Ya en 2007, se incorporó a la Red de Tiempo Libre la Residencia de Siles, donada a la Junta de Andalucía por el Ayuntamiento de la localidad y posteriormente se acordó el cierre total y definitivo de la Residencia de Tiempo Libre de Cádiz tras su cierre provisional declarado en 2007.

Nunca han sido rentables. Desde al año 2015, han supuesto para las arcas andaluzas un gasto de 140 millones de euros, frente a los 16 millones de euros de ingresos. Asimismo, estos centros ofrecen unas instalaciones antiguas y obsoletas, sufriendo un progresivo deterioro.

En el período referido, la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, departamento que tiene las competencias de estas realizado, ha contabilizado inversiones por importe superior a los 4,5 millones de euros.

El paso del tiempo ha demostrado que este tipo de servicios no es asumible por una administración pública, de ahí que el Ejecutivo autonómico haya decidido su cierre, tal y como ha sucedido en otras comunidades autónomas –solo dos mantienen su gestión pública–.

El objetivo ahora es recuperar parte de los fondos perdidos durante los últimos años y hacer caja con los inmuebles que más atractivo pueden tener en el mercado. La Consejería de Hacienda será la encargada de poner a la venta las instalaciones de Aguadulce (Almería) y Pradollano (Sierra Nevada, Granada), con un valor de cada edificio de unos diez millones de euros. En el caso de las residencias de Marbella (Málaga) y La Línea de la Concepción (Cádiz) serán explotadas en régimen de concesión, mientras que las instalaciones de Siles (Jaén) y Punta Umbría (Huelva) serán devueltas a los ayuntamientos, dueños de esos edificios.

Por su parte, los trabajadores serán recolocados en la Administración autonómica.