Alimentación

«En momentos de crisis el descontrol se acentúa»

Carolina López-Ibor / Psicóloga sanitaria. Directora de Reactiva López-Ibor. Máster en terapia familiar y de pareja
Carolina López-Ibor / Psicóloga sanitaria. Directora de Reactiva López-Ibor. Máster en terapia familiar y de parejalarazon

-Cuando las emociones nos sobrepasan, ¿nos refugiamos en la comida?

-Sí, eso es lo que nos suele pasar, desgraciadamente. El problema viene de la enorme dificultad que tenemos a la hora de relacionarnos con las emociones. Nos asustan y creemos que podemos escapar de ellas, y una forma para no afrontarlas es tapándolas con la comida.

-¿A qué tipo de alimentos solemos recurrir mal cuando nos encontramos tristes?

-La mayoría recurrimos a los dulces, al chocolate, a los alimentos «prohibidos», a los que no nos permitimos tomar cuando estamos bien. Recurrimos a estos alimentos buscando el efecto calmante o de placer que contrarreste la tristeza. Pero, al final, lo único que conseguimos es huir de emociones que, tarde o temprano, deberemos afrontar.

-Hay personas que en las crisis comen más de lo habitual y otras que, por el contrario, dejan de comer, ¿no?

-Efectivamente. Hay que tener en cuenta cómo la persona se relaciona habitualmente con la comida y cómo lo hace con sus emociones. Pero, en general, cuando estamos en crisis el descontrol se acentúa y aparecen los extremos. Las personas que cuidan mucho su alimentación y que tienden a restringir la comida sentirán que «se les ha cerrado el estómago y no pueden comer». Mientras que las personas que habitualmente disfrutan de la comida se dejarán llevar por las emociones descuidando su alimentación.