Investigación científica

Comunicarse desde antes de nacer

Un dispositivo intravaginal permite compartir música entre madres y bebés, así como estimular el desarrollo neurológico y el entrenamiento de la vocalización de los futuros niños durante el embarazo

Gracias a este dispositivo y a la música, los bebés aprenden a comunicarse desde el útero
Gracias a este dispositivo y a la música, los bebés aprenden a comunicarse desde el úterolarazon

Un dispositivo intravaginal permite compartir música entre madres y bebés, así como estimular el desarrollo neurológico y el entrenamiento de la vocalización de los futuros niños durante el embarazo

Todo un mundo de sonidos se abre al bebé. La música posee múltiples beneficios para el cerebro humano, entre ellos, actúa como estímulo para el aprendizaje y desempeña un importante papel en el área de la comunicación social. La estimulación de los bebés a través de la música desde sus primeros meses de vida tiene efectos positivos para su desarrollo cerebral; siendo así, ¿por qué no proporcionarle al bebé los beneficios de la música desde antes de nacer?

De esta manera nace Babypod, un pequeño dispositivo intravaginal que permite poner música durante el embarazo, mejorando los resultados de los altavoces abdominales para «mejorar el desarrollo neurológico (y el entrenamiento de la vocalización) de los bebés», en palabras de Marisa López-Teijón, directora del Instituto Marquès. De Así, la música actúa como estímulo para el aprendizaje y juega un papel clave en el área de la comunicación social, ya desde antes de nacer.

Babypod es un dispositivo que se ha desarrollado tras dos años de investigación. En un primer estudio científico, el equipo del Instituto Marquès, un centro de referencia internacional en Ginecología, Obstetricia y Reproducción Asistida, aplicó música a las incubadoras de embriones y se demostró que la música mejora la fecundación in vitro. Posteriormente, para investigar la audición fetal y hacer llegar de forma más eficaz el sonido al interior del útero, se diseñó este pequeño dispositivo vaginal. El resultado fue que los bebés, a partir de las 16 semanas de gestación –cuando antes se había confirmado que lo hacían a partir de la 26–, se estimulan al oír la música y reaccionan moviendo la boca y la lengua. «Se trata de una reacción espontánea inducida por la música que no se da con el ruido y que se relaciona con una fase previa al habla», comenta López-Teijón.

Por otro lado, este descubrimiento supone un gran avance para el ecografista, ya que los movimientos del feto le permiten verlo con más claridad y se acorta el tiempo invertido en hacer las ecografías. Además, la reacción diferente de cada bebé en distintas ecografías supone una sorpresa que comparte con los padres, que salen de la consulta satisfechos y emocionados.

La idea es facilitar que el sonido llegue con mayor claridad y nitidez pero sin llegar a molestar al bebé (con intensidades no superiores a 54 decibelios). Por eso, el altavoz, con forma de tampón y realizado en material de silicona hipoalergénica, está pensado para introducirse en la vagina y conectarse a un smartphone, y no lleva batería ni usa Bluetooth ni radiofrecuencias que puedan perjudicar al feto. Además, la app sugiere listas de reproducción para incrementar la estimulación del feto.

El dispositivo crea un vínculo afectivo único entre madre y bebé. De la misma manera que el bebé reconoce la voz de la madre, la música crea una vinculación emocional temprana, que será compartida por ambos, y supondrá la primera experiencia auditiva del bebé. Es especialmente positivo en casos puntuales de ansiedad por no notar los movimientos del bebé. «Cuando la madre siente que algo no puede ir bien, se pone nerviosa –comenta López-Teijón–; entonces gracias a la música, se despierta al bebé y la madre puede volver a notarlo».