Londres

El virus de la hepatitis C ayuda en algunos trasplantes

Los pacientes con un hígado trasplantado pueden llegar a tolerar el órgano recibido aunque tengan hepatitis C, un virus que no sólo no aumenta el riesgo de rechazo, sino que, en algunos casos, facilita la adaptación del sistema inmune al nuevo hígado evitando así su rechazo.

El hígado es uno de los órganos con más posibilidades de no ser rechazado por el organismo tras un trasplante, incluso algunos pacientes acaban desarrollando «tolerancia operacional», es decir, su cuerpo acaba aceptando el nuevo hígado y podrían vivir sin la medicación prescrita contra el rechazo (inmunosupresores).

Sin embargo, en la práctica clínica, los tratamientos inmunosupresores rara vez se retiran debido a la dificultad para identificar a los pacientes que han desarrollado esta tolerancia.

Por eso, el estudio de la respuesta inmunológica a este tipo de trasplantes ha despertado un gran interés científico.

Ahora, un equipo de investigadores, liderado por el Institut D'Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) del Hospital Clínic de Barcelona, el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) y el King's College de Londres, ha demostrado que en algunos pacientes es posible retirar los fármacos inmunosupresores incluso en pacientes infectados por el virus de la hepatitis C (VHC).

Pero además, el estudio, en el que ha colaborado el Hospital La Fe de Valencia y cuyos resultados se publican en Science Traslational Medicine, concluye que en los pacientes con infección crónica por el virus de la hepatitis C que desarrollan tolerancia al nuevo órgano, es el propio virus el que evita el rechazo del hígado.

«Hemos intentado determinar si era posible que los pacientes con hepatitis C pudieran desarrollar tolerancia después de un trasplante y determinar qué efecto tiene la respuesta inmune a la infección viral en la tolerancia al nuevo órgano», explica a Efe el coautor del estudio, profesor del Kings College e investigador del IDIBAPS, Alberto Sánchez Fueyo.

Para ello, los investigadores hicieron un estudio con 34 pacientes trasplantados infectados con hepatitis C, a los que fueron gradualmente retirando los inmunosupresores.

Un año después de retirarles la medicación, la mitad de los pacientes rechazó el órgano pero la otra mitad (17) mantenía su función hepática estable y no mostraba señales de rechazo, la prueba de que algunos pacientes desarrollan tolerancia y no necesitan medicación de por vida.

Pero «lo más sorprendente del trabajo», según Sánchez Fueyo, fue que al estudiar cómo actúan los mecanismos que generan la tolerancia en pacientes con hepatitis C «vimos que son los mismos que utiliza el virus para neutralizar al sistema inmune».

Es decir, «en estos pacientes vimos que el virus, de alguna manera, protege al hígado de ser rechazado».

Hasta el momento de hacer el estudio, la comunidad científica sabía que tanto el virus de la hepatitis C como otros como el VIH (que causan infecciones crónicas) neutralizan de alguna manera al sistema inmune para infectar al organismo pero se pensaba que esta neutralización sólo afectaba al virus.

«Lo que nuestro estudio ha demostrado es que, en el caso de la hepatitis C, el virus no sólo neutraliza aquellos componentes del sistema inmune que deberían atacar al virus, sino también neutraliza las respuestas inmunes que deberían atacar al hígado y provocar el rechazo».

A partir de ahora, no obstante, harán falta nuevas investigaciones para determinar por qué algunos pacientes son tolerantes y otros, en cambio, rechazan el nuevo órgano, reconoce Sánchez Fueyo.

En la investigación han colaborado además científicos del Helmholtz Zentrum de Munich, el Hospital La Fe de Valencia, el Irsicaixa y la Universidad de Hannover.