Comunidad de Madrid

Jugar para tener un cerebro en forma

«Mentes en forma» es una una inicativa para que los niños se diviertan a la vez que se les permite mejorar sus capacidades cognitivas y emocionales a través de ejercicios disfrazados de juegos

Jugar para tener un cerebro en forma
Jugar para tener un cerebro en formalarazon

Los niños no pueden encontrar una mejor forma de mejorar sus capacidades cognitivas y emocionales que a través de ejercicios disfrazados de divertidos juegos que consiguen poner sus mentes en forma. «Mentes en forma» es la iniciativa conjunta del Hospital San Rafael de Madrid y la plataforma educativa Unobrain, el primer club on-line de «Brain Fitness» en el entorno hispanohablante. Un proyecto para aliviar, en la medida de lo posible, la estancia hospitalaria de estos pacientes infantiles de una manera divertida. «A los niños les encantan los juegos –explica uno de los dos fundadores, Javier Sánchez– por eso les produce mucha satisfacción superar los retos mentales que estos juegos suponen».

El San Rafael ha sido el hospital pionero en España en poner en marcha la iniciativa, que ya cuenta con más de 500 niños repartidos por hospitales y que ya tienen en su poder las cuentas de Unobrain. Un apoyo que permite a estos niños entrenar su cerebro, con ritmo y constancia. «Estos ejercicios, disfrazados de juegos, permiten entrenar áreas como la atención, la memoria, la rapidez, la toma de decisiones, el cálculo o la planificación» explica Marisa Fernández, psicóloga y neuropsicóloga de Unobrain y de la Universidad Rey Juan Carlos. Porque, ¿a quién no le gustaría tener un cerebro más competente? Y Unobrain lo hace posible gracias a un concepto que pretende establecer hábitos de vida saludables para el cerebro mediante el entrenamiento cerebral, un sistema de neuronutrición, un programa de ejercicio físico orientado a la salud cerebral y un conjunto de prácticas para el control del estrés apoyados en un casco de electroencefalografía.

Varios colegios de la Comunidad de Madrid han cogido ya el testigo y han introducido en sus clases este divertido método. Vicente Bort, padre de un niño de 12 años que utiliza Unobrain en el colegio Maravillas de la capital española. El pequeño Álvaro practica durante cerca de 15 minutos dos veces a la semana con diferentes juegos. «No son juegos lúdicos como tal –explica este padre– sino que tienen como objetivo mejorar capacidades como la memoria o la atención, aunque que aparezcan marcianitos lo hacen más divertidos para ellos». Jugar pero entrenando el cerebro de los niños. Algo importante, porque les ayuda a ser mejores estudiantes al ejercitar su memoria y su atención, capacidades cognitivas fundamentales para rendir académicamente.

Preparación

Las sesiones de entrenamiento se componen de tres juegos y se realizan diariamente. A partir del tercer mes de uso se nota una mejoría significativa en estas capacidades, como han demostrado estudios científicos. Pero todo depende de cada niño. Lo más importante, y tal vez lo más dificil, es adquirir el hábito de dedicarle unos minutos al día a cuidar el cerebro al menos 2 o 3 veces por semana. Para facilitar la mejoría, la selección de estos ejercicios se ha realizado de forma que en cada franja de edad queden excluidos de las sesiones de entrenamiento aquellos que no sean apropiados para el estadio de desarrollo del niño.

Este gimnasio cerebral no sólo va dirigido a estos pequeños hospitalizados. También puede ser útil a los adultos que buscan mejorar en su productividad, a personas que buscan poner freno al deterioro cognitivo asociado a la edad y a todos los niños que quieren ser más competentes en sus estudios. Se trabaja la mejora cerebral desde un punto de vista preventivo, nunca paliativo. Es decir, ayuda a alcanzar la excelencia desde la salud pero «no es una herramienta para tratar condiciones clínicas diagnosticadas como puede ser un trastorno por déficit de atención, el alzheimer o una demencia», añade Fernández.

Autoguiado

Unobrain permite a los niños un poco de desconexión, puesto que son unos juegos autoconducidos y que no requieren la supervisión de ningún profesional ni de sus propios padres. «Es un juego verdaderamente cómodo», cuenta su creador. Puede ser utilizada dentro y fuera de los centros. Un sofisticado algoritmo matemático es capaz de proporcionar estadísticas exactas de cuál es la evolución a lo largo del tiempo de cada uno y cómo se compara en percentil con el resto de la población de la misma edad. Proporciona sesiones de entrenamiento personalizadas en función de cada perfil cognitivo, como si se tratara de un entrenador personal para el cerebro, que ayuda a optimizar las condiciones y capacidades pero no las rehabilita.

El niño solamente se dedica a jugar y «el sistema automáticamente tiene un listón que se adapta al niño y le proporciona juegos con las capacidades en las que se encuentra en un nivel menor», afirma Bort. Si ve que esta mal en memoria o en rapidez, mostrará más juegos de este tipo con la intención de mejorar en aquello en lo que está un poco más flojo, con unos beneficios «a medio-largo plazo».

El cerebro no es simplemente un órgano que se desarrolla hasta los 18 años y luego va perdiendo capacidad, sino que posee la capacidad de «reprogramarse, poder mejorar, y que lo podamos muscular para obtener más memoria, más atención, más rapidez mental y seamos capaces de resolver problemas más rápido a cualquier edad», según ha explicado el fundador. Todo por tener un cerebro «más equilibrado y competente en todas las áreas cognitivas de base», apostilla Javier Sánchez.