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La cirugía coronaria, más peligrosa en mujeres que en hombres

Las mujeres presentan casi el doble de mortalidad que los hombres tras recibir cirugía coronaria, pero en contraposición, se estima que tienen un 33 por ciento menos de mortalidad tras un implante valvular aórtico por vía percutánea (TAVI), según una investigación holandesa presentada en el marco de Congreso Europeo de Cardiología (ESC en sus siglas en inglés), que se celebra en Barcelona.

El trabajo liderado por el Hospital Universitario de Copenhague realizó un seguimiento a más de 41.000 pacientes sometidos a cirugía coronaria ('bypass'), de los cuales cerca del 80% eran hombres y el 20% mujeres, y observó que las mujeres tuvieron peores resultados y que su mortalidad llegó a casi a doblar a la de los varones.

«Esto ocurre porque las manifestaciones de la enfermedad coronaria como angina de pecho o infarto de miocardio, y por tanto la posible necesidad de requerir cirugía cardiaca, se manifiesta más tardíamente en las mujeres que en los hombres, por lo que las mujeres tienen mayor edad y más comorbilidades; en concreto, más incidencia de diabetes, más hipertensión e insuficiencia renal», señala el doctor Antoni Serra, director de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Servicio de Cardiología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.

Lo interesante es que, incluso después de ajustar con técnicas estadísticas las cifras de mortalidad según la incidencia de estas patologías asociadas (diabetes, hipertensión, etc. ), se observa que la mortalidad sigue siendo más alta entre las mujeres, hecho que los expertos atribuyen a razones anatómicas, técnicas y, en menor medida, sociales.

Así lo explica el Serra, «por un lado, esto se debe a las características anatómicas de las arterias coronarias de las mujeres que son de menor calibre y más tortuosas que las de los hombres, con lo que la técnica quirúrgica de implantar un injerto o 'bypass' distal a la lesión coronaria resulta más difícil para el cirujano cardíaco. Por otro lado, muchas de las mujeres tratadas son postmenopáusicas, con problemas de osteoporosis.

Como consecuencia, explica, «se les realiza menos resvascularizaciones arteriales completas mediante 'bypass' con arterias mamarias, que son las recomendadas. Las arterias mamarias irrigan el esternón (que se abre durante la cirugía), y para evitar futuros problemas de cicatrización en el esternón en las mujeres se tiende a utilizar menos las dos mamarias como injertos, a favor del uso de venas safenas que se extraen de la pierna como injerto».

Este experto, recomienda hacer siempre «mejor un 'bypass' arterial de mamaria interna porque raramente enferma y proporciona mejores resultados a largo plazo; mientras que el 'bypass' de vena safena se degenera y al cabo de diez años cerca del 50% están completamente tapados o presentan enfermedad ateromatosa significativa».

Como conclusión, Serra destaca que, «durante los últimos treinta años ha disminuido mucho la mortalidad hospitalaria de la cirugía cardiaca; afortunadamente, tenemos todavía camino por recorrer y mucho por ganar en este terreno, ya que todavía se pueden optimizar los procedimientos de revascularización coronaria, sobre todo en mujeres».

En contraposición a estos datos, también se han presentado los resultados de una investigación realizada por un grupo de expertos alemanes que ha demostrado que en el implante percutáneo de válvulas aórticas (TAVI) para el tratamiento de la estenosis aórtica severa, la mortalidad de las mujeres, tanto intrahospitalaria como en el seguimiento, es significativamente inferior a la de los hombres.

El implante percutáneo de válvulas aórticas está creciendo muy rápidamente en Europa. Así, en el año 2011 se implantaron en nuestro continente 35.000 válvulas, comenta Serra. En este meta-análisis, la proporción de mujeres y hombres que reciben este tratamiento es casi paritaria. Se analizan 11 estudios que engloban a cerca de 6000 pacientes. La mortalidad hospitalaria es un 25% menos en las mujeres

y la mortalidad en el seguimiento a tres años, es un 33% inferior. Los mecanismos por los que la mortalidad es netamente inferior en las mujeres con respecto a los hombres no están suficientemente claros.

«A pesar de que las arterias femorales por las que se introduce la válvula percutánea son menos favorables en las mujeres, lo que comporta una mayor incidencia de complicaciones vasculares y sangrados, la mortalidad que observamos en las mujeres tanto en el hospital como en el seguimiento a medio plazo es significativamente inferior a la de los hombres».

Los mecanismos no están claros, «pero puede deberse a que las mujeres tienen menos enfermedad pulmonar obstructiva crónica que los hombres, menos enfermedad coronaria, menos infartos previos y un ventrículo izquierdo o bomba que está menos deteriorada. Probablemente sean estas características las que proporcionan a las mujeres una mayor supervivencia», concluye el experto.

En España cada 30 minutos se produce una parada cardiorrespiratoria y se calcula que solo el 10% de la población sabe realizar correctamente las maniobras de soporte vital. Ante estos datos, el doctor Alessandro Sionis, director de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiológicos del Servicio de Cardiología del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, destaca que, «todo el mundo debería recibir formación sobre como realizar correctamente la técnica de reanimación cardiopulmonar.

En este sentido, se calcula que cuando se actúan antes de que llegue la ambulancia la probabilidad de supervivencia aumenta en un 70%».

«Deberíamos fijarnos en otros países como Estados Unidos, donde se enseñan conocimientos de primeros auxilios en las escuelas o durante el instituto; no hay que olvidar que profundizar en la educación de estas materias nos permitirá tener una sociedad mejor preparada el día de mañana», concluye el representante de la ESC.