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La supervivencia al ébola puede estar condicionada por factores genéticos

Investigadores del Departamento de Microbiología de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han descubierto en un estudio en ratones que la supervivencia al ébola puede estar condicionada por factores genéticos, según los resultados publicados en la revista "Science". El brote que está afectando a varios países de Africa occidental y ha saltado a otros países como España o Estados Unidos ha demostrado que el virus provoca diferentes respuestas en el ser humano. De este modo, hay quienes resisten por completo la enfermedad y, en el otro extremo, otros que acaban falleciendo en pocos días.

Estudios previos habían sugerido que dichas diferencias no estaban relacionadas con cambios específicos en el propio virus que lo hicieran más o menos peligroso, y que es la capacidad del organismo para combatir infecciones la que determina la gravedad de la enfermedad. Pero en este estudio en roedores, los científicos trataron de analizar si la composición genética de un individuo puede condicionar el curso del ébola, aunque uno de los problemas de la investigación sobre el ébola ha sido la dificultad de contar con modelos de ratón que reprodujera la fiebre hemorrágica que causa el virus en humanos.

Sin embargo, en esta ocasión los investigadores analizaron un grupo de ratones infectados con la misma cepa del virus que ha provocado el brote actual, para lo que tuvieron que trabajar en un laboratorio con medidas de bioseguridad de nivel 4. Lo llamativo, según los investigadores, es que hubo ratones infectados que fallecieron pero no desarrollaron síntomas de la fiebre hemorrágica que causa el ébola. Los primeros días después de la infección los ratones perdieron peso pero hasta un 19 por ciento no sufrieron ninguna alteración, lo que muestra que, no solo sobrevivieron, sino que recuperaron completamente el peso perdido en dos semanas. Del mismo modo, no había ninguna evidencia patológica grave de la enfermedad y sus hígados parecían normales.

Alta mortalidad

En total, un 11 por ciento fueron parcialmente resistentes y menos de la mitad de ellos murió. De hecho, el 70 por ciento de los ratones tuvieron una mortalidad superior al 50 por ciento, y el 19 por ciento de este último grupo sufrió inflamación hepática pero sin síntomas clásicos de ébola. Además, un 34 por ciento tenía sangre que tardaba demasiado tiempo para coagular, un sello distintivo de la fiebre hemorrágica que causa el ébola en humanos. Estos ratones también presentaban hemorragias internas, el bazo hinchado y cambios en el color y la textura del hígado.

Los científicos correlacionaron estos resultados de la enfermedad y las variaciones en las tasas de mortalidad con las diferentes líneas genéticas específicas de los ratones.

"La frecuencia de las diferentes manifestaciones de la enfermedad en estos ratones examinados hasta ahora son similares a la variedad clínica que ofrece esta enfermedad en el brote de Africa Occidental 2014", ha reconocido Angela Rasmussen, autora del estudio. Aunque los últimos supervivientes del ébola pueden haber desarrollado inmunidad al virus o a otro parecido que los salvó de esta epidemia, los autores creen que los datos sugieren que "los factores genéticos juegan un papel importante en la evolución de la enfermedad", ha añadido Michael Katze.

El virus activa los genes que inflaman los vasos sanguíneos

En términos generales, cuando la infección por el virus activa los genes implicados en la inflamación de los vasos sanguíneos y la muerte celular, se acelera el progreso de las enfermedades graves o mortales. Y los autores vieron que los ratones supervivientes experimentaron una mayor actividad en los genes que ordenan la reparación de los vasos sanguíneos y la producción de glóbulos blancos que combaten las infecciones. Asimismo, creen que ciertos tipos especializados de células en el hígado también podrían haber limitado la reproducción del virus y frenar la inflamación y la coagulación de la sangre en los ratones resistentes, mientras que la predisposición de algunos a sufrir infección hepática generalizada, podría explicar por qué tenían más virus en el organismo y la coagulación de la sangre está mal regulada.

Igualmente, también notaron que los bazos de los ratones resistentes y susceptibles tomaron rutas alternas para tratar de protegerse de la infección. "Esperamos que los investigadores médicos serán capaces de aplicar rápidamente estos hallazgos al desarrollo de vacunas o alternativas terapéuticas", han defendido los autores, que confían en que este modelo de estudio permita acelerar la búsqueda de marcadores genéticos que permita predecir la respuesta de cada paciente a la enfermedad.