Maternidad
Los bebés que toman sólidos pronto duermen mejor
Se despiertan con menos frecuencia, según un estudio
Un estudio realizado por ‘King’s College London’ y ‘St George’s University of London’, en Reino Unido, encontró que los bebés en los que se introdujeron temprano los alimentos sólidos durmieron más tiempo, se despertaron menos a menudo por la noche y sufrieron menos problemas serios de sueño que los que amamantaron exclusivamente durante los primeros seis meses de vida, informa Europa Press.
El consejo actual del gobierno británico es que las madres deben tratar de amamantar exclusivamente hasta alrededor de los seis meses de edad. Sin embargo, el 75 por ciento de las madres británicas introducen sólidos antes de los cinco meses, con una cuarta parte (26 por ciento), que dice que el despertar nocturno de los bebés influye en su decisión.
La guía actual en el sitio web del Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) establece que comenzar con los alimentos sólidos no hará que los bebés duerman más durante la noche. El Departamento de Salud y Asistencia Social de Reino Unido aconseja que se introduzcan los alimentos sólidos en los bebés cuando estén listos.
El estudio ‘Inquiring About Tolerance’ (EAT), que fue financiado por la Agencia de Normas Alimentarias y el Consejo de Investigación Médica, tuvo lugar en el Hospital St Thomas, Londres, entre enero de 2008 y agosto de 2015. Sus resultados se detallan en un artículo que se publica este lunes en ‘JAMA Pediatrics’. El ensayo clínico aleatorizado basado en la población involucró a 1.303 niños de tres meses alimentados exclusivamente con leche materna de Inglaterra y Gales que se dividieron en dos grupos. Un grupo siguió los consejos de alimentación infantil estándar y se alentó a que se les amamantara exclusivamente durante alrededor de seis meses. Al segundo grupo, mientras continuaba amamantando, se le introdujeron alimentos sólidos en la dieta a partir de los tres meses de edad.
Los padres completaron cuestionarios digitales todos los meses hasta que su bebé tenía 12 meses, y luego cada tres meses hasta los 3 años de edad. Los cuestionarios registraron la frecuencia del consumo de alimentos e incluyeron preguntas sobre la frecuencia y duración de la lactancia materna, así como preguntas sobre la duración del sueño.
También se evaluó la calidad de vida materna utilizando las medidas de salud física y psicológica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las relaciones sociales y el medio ambiente. De los 1.303 niños que participaron en el estudio, el 94 por ciento (1.225) completaron el cuestionario de tres años: 608 del grupo exclusivo de lactancia materna y 607 de la introducción temprana del grupo alimenticio.
El estudio encontró que los bebés en el grupo que comían sólidos durmieron más tiempo y se despertaron con menos frecuencia que los bebés que siguieron el consejo estándar de amamantar exclusivamente hasta alrededor de los seis meses de edad. Las diferencias entre los dos grupos alcanzaron un máximo de seis meses, el grupo de introducción temprana durmió durante un cuarto de hora (16,6 minutos) más por noche (casi 2 horas más por semana) y su frecuencia de vigilia nocturna disminuyó desde poco más de dos veces por noche a 1,74. «Los resultados de esta investigación respaldan la opinión parental difundida de que la introducción temprana de sólidos mejora el sueño. Aunque la orientación oficial es que comenzar con los alimentos sólidos no hará que los bebés duerman más durante la noche, este estudio sugiere que debe reexaminarse este consejo a la luz de la evidencia que hemos reunido», dice el autor principal, el profesor Gideon Lack, del ‘King’s College London’.
El coautor principal, el doctor Michael Perkin, de la Universidad St George’s, de Londres, añade: «Es una creencia común entre las madres que la introducción temprana de sólidos ayudará a los bebés a dormir mejor, y nuestro estudio apoya esto. Encontramos un aumento pequeño pero significativo en la duración del sueño y una vigilia nocturna menos frecuente. Dado que el sueño infantil afecta directamente a la calidad de vida de los padres, incluso una pequeña mejora puede tener beneficios importantes». EP
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