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Emprender en verde y perdurar

Cinco ejemplos de empresas que optaron por un negocio con características ecológicas y que, pese a la crisis, han aguantado y siguen adelante con nuevo proyectos

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Cinco ejemplos de empresas que optaron por un negocio con características ecológicas y que, pese a la crisis, han aguantado y siguen adelante con nuevo proyectos

Siempre han tenido un espacio en estas páginas las empresas que apuestan por incorporar el medio ambiente a su modelo de negocio. Bien porque mejoran sus procesos para reducir el impacto ambiental de su actividad, en forma de ahorro energético o de consumo de agua, de menor generación de residuos, etc.; o bien, porque ponen en el mercado productos y servicios que, a su vez, ofrecen al consumidor la posibilidad de consumir de manera diferente y así reducir su propio impacto ambiental. ¿Es más o menos difícil la vida de estas empresas orientadas hacia el mercado verde? ¿cómo les va después de diez, cinco años?

Moverse en trixi

Los «trixi-taxis» de Trixi.com empezaron a moverse por Barcelona hace 14 años. Son vehículos para dos pasajeros y el conductor, que funcionan a pedales. Sus clientes pueden ser turistas, pero también grupos que los contratan para eventos. Trixi es la empresa que crearon Eva Mª Rossel y Gerald Caspari en Barcelona. «Además de los trixi-taxis, que funcionan ocho meses al año, entre abril y noviembre, tenemos 100 patinetes, que, igualmente, se alquilan para eventos de empresas, o por grupos amigos para celebraciones... Éstos están todo el año disponibles». Cuando ya estaban bien asentados en Barcelona, empezaron a buscar otros lugares donde abrir mercado. «La idea era llevarlos a Madrid, pero no fue posible. Nos encontramos con muchos problemas administrativos. Era 2007, y tampoco en aquel momento había una infraestructura adecuada para el ciclismo urbano en Madrid». Aún así, abrieron sede en la capital con 150 bicicletas en un local cercano a la Gran Vía, pleno centro turístico. Porque «buscamos un enfoque un poco diferente: nos especializamos en las rutas turísticas en bicicleta, ya había otras empresas para alquiler, que también ofrecemos, claro». Recordando ese momento, Caspari hasta sonríe: «¡ Abrimos justo en el año en que empezó la crisis! Y lo cierto es que hubo un momento, entre 2010 y 2011, en que nos planteamos qué hacer, estuvimos al límite. Pero decidimos aguantar, a ver qué pasaba y fue una buena decisión». Igualmente han aguantado los puestos de trabajo, que entre Madrid y Barcelona son una media de 20, según sea temporada alta o no. «Hemos aguantado. De hecho, hay conductores que, aun siendo autónomos, llevan con nosotros hasta ocho años. También nos esfuerzamos por mantener el parque en perfectas condiciones. Cada dos años se cambian las bicicletas por otras nuevas, y las anteriores las vendemos como segunda mano».

Extractores Eólicos

En Ecco, en los 10 años transcurridos desde que hablamos con ellos la primera vez han pasado de «hacer nuestra máxima facturación en 2007 a vivir momentos muy difíciles y verle las orejas al lobo casi a diario –explica Javier Macías, fundador director de esta pyme gaditana–, al ser el nuestro un sector ligado a la construcción; hasta hace justo dos años que se empezó a remontar la cosa». Bazas fundamentales para aguantar han sido, «por una parte, que tenemos unos trabajadores muy involucrados. Tratamos de cuidar al trabajador, porque es difícil encontrar gente competente. Pero hemos tenido que aprender mucho y optimizar los procesos al máximo para mantener la capacidad de producción». Han aumentado su cartera de productos, por una parte, desarrollando y fabricando un extractor eólico híbrido: «detectamos un necesidad en el mercado que el básico no cubría. Éste, cuando no hay viento activa un motor que va conectado a la red. Como sólo se activa ocasionalmente, es uno de los sistemas de ventilación que menos consume a nivel mundial». También han vivido la experiencia de salir al exterior, «participamos en un proyecto de la Cámara de Comercio de Cádiz, de internacionalización de empresas, en el que te preparaban para empezar a exportar. Nos fijamos en Oriente Medio, es un mercado en auge y en algunos de esos países se van a producir grandes eventos próximamente. Pero, lo cierto es que ha habido menos movimiento del esperado y volvemos a estar centrados en el mercado nacional, y hemos abierto oficinas en Madrid y en Barcelona»

Pioneros en biomasa

En su momento, cuando empezó su actividad en Moclín, Granada, a principios de 2008, Energía Oriental era pionera por varias razones: fue la primera empresa en utilizar restos de poda del olivo para hacer biomasa en forma de pellet para calderas y disponía de un secadero que, a diferencia de otras fábricas del sector, permitía trabajar con madera fresca y proyectaba ensayar el proceso con otras maderas. Además, tenía previsto abrir plantas en Jaén y en Córdoba y el plan de negocio incluía promover la instalación de calderas de biomasa, con el objetivo de alcanzar 1.000 al año en cada provincia. Pero esto último no ocurrió. José Antonio Lucena, su impulsor y director, sabía que era un proyecto arriesgado y así nos lo contó cuando hablamos con él a principios de 2008: «el pellet tiene un proceso de fabricación que ya implica unos costes fijos. Pero, con el principio de la crisis, no se instalaron las calderas de biomasa. Entonces se producía bastante menos de las posibilidades de la planta y teníamos que mantenerlo almacenado». En resumen: «el mercado no estaba maduro. Si el gasóleo hubiera estado caro, la gente se hubiera animado más a cambiar las calderas, porque sólo el tema ambiental en España tira poco».

Dos años después, «vendí mi parte. Pero sigo ligado al sector de la biomasa. Ahora con el combustible hecho astilla, para generación de energía eléctrica y térmica en industrias». Esta actividad la desarrolla con Bioterra colaboración con Splinter Energía. «Básicamente, gestionamos que nuestros clientes tengan la biomasa que necesitan para sus industrias. Primero contratamos con ellos y, a partir de ahí, contactamos con los agricultores o los dueños de explotaciones forestales, que puede ser un ayuntamiento, para obtener la madera, que trituramos y preparamos directamente en el terreno». Esta actividad tiene menos riesgo «porque hay menos inversión. Se gestiona la biomasa necesaria para cumplir lo que se ha contratado».

Recarga eléctrica

LucEnergy, la empresa de Víctor Sanchís, Luis Cejalbo y Luis Sebastián, es una empresa joven, tanto que ninguno ha cumplido los 30. En 2013 la crearon para vender los puntos de recarga para vehículos eléctricos que ellos mismos habían desarrollado y fabricaban. Pero muy pronto empezaron a dar más pasos para ampliar su actividad y en sólo tres años han crecido hasta inaugurar hace unas semanas una tienda física, en Valencia, en la que junto a sus primeros cargadores, tienen a la venta otros dos más que han desarrollado, además de un amplio catálogo de productos relacionados con la eficiencia energética y el material eléctrico. «Pronto se nos quedó pequeño el espacio que teníamos en el edificio de desarrollo de empresas de la Universidad Politécnica de Valencia. Nos cambiamos a uno mayor y enseguida la empresa que teníamos al lado, Efimarket, una plataforma on-line, entró en concurso de acreedores y nos quedamos con ella. Después, abrimos otra plataforma para vender en Portugal, efimarket.pt. Entró a trabajar con nosotros un chico portugués y vimos que podía haber mercado ahí. Y así, hasta llegar a la tienda física, porque, definitivamente, ya no cabíamos en donde estábamos». Se han especializado equipos para medición de energía, control de calefacción, y ahorro de agua y energía. De algunos son distribuidores únicos para España, «como los medidores de energía eléctrica, unos dispositivos para instalar en el cuadro eléctrico de una casa o de un local, y que miden en tiempo real cuánta energía se está consumiendo en cada momento». Siete, son los puestos de trabajo que han creado: los suyos propios y cuatro más «cuatro de ellos a jornada completa y tres de media, con una media de edad de 27 años».

Bebés ecológicos

Esta empresa fue pionera en la comercialización en España de la copa menstrual, que vendía desde sus tiendas virtual y física y en las ferias de Biocultura. Pese a ser un producto prácticamente desconocido en el mercado español, en 2006 era la estrella de su catálogo de productos reutilizables para la higiene femenina y vendía más de 300 cada mes. Diez años después, la situación es diferente. Dolores Rubio, fundadora de la empresa, explica cómo «de ser la única hemos pasado a tener bastante competencia, ¡si hasta las venden en alguna gran superficie!», si bien, aclara, «conviene tener cuidado, porque pueden ser de plástico, no de silicona médica como la nuestra». Por eso, ahora se ha volcado en las compresas reutilizables, y, tras «investigar mucho, ahora me acaban de conceder la patente en EE UU para la primera compresa femenina reutilizable e impermeable, pero que no lleva plástico. Ya tenía la patente para España e Italia». Está hecha con algodón biológico de comercio justo, y en su interior «incorpora una capa impermeable, no plástica, y transpirable. Hemos trabajado con un ingeniero textil catalán que conocí en Alemania para desarrollar ese material». Otra característica es que «es un producto con una vida muy larga, porque las fibras del algodón biológico son más largas y resistentes, y, por supuesto, lavables. Además, son muy adecuadas para personas con problemas de piel». Está «muy orgullosa de poder decir que en este tiempo estamos aprovechando todo lo español que vamos teniendo oportunidad». Así, las compresas las cosen en Huércal-Overa, (Almería), donde está la sede de Bebés ecológicos, y la estampación de las telas, de diseño propio, se hace también en España, aunque proceden de Perú. Rubio admite que «todo lo que ganamos lo invertimos en investigación y patentes, los beneficios no van acordes al esfuerzo ». Sí mantienen los mismos puestos de trabajo y, aunque querría crear más, «es muy difícil encontrar gente para coser». Hoy dirige la empresa desde Michigan, EE UU, donde actualmente reside, y allí ha creado orethic.com, que comercializa los mismos productos que en Bebés ecológicos para el mercado de EE UU y México.