Arquitectura
Una casa ecológica para llevar a cualquier parte
Están a la venta las primeras 50 unidades de esta mini caravana para dos personas que funciona con energía solar y eólica, cuenta con colector de lluvia y un sistema para compostar los residuos orgánicos
Están a la venta las primeras 50 unidades de esta mini caravana para dos personas que funciona con energía solar y eólica, cuenta con colector de lluvia y un sistema para compostar los residuos orgánicos
Su nombre es Ecocapsule y pude convertirse en la solución para los amantes de las casas compactas para quien viaja constantemente y necesita o quiere vivir sin depender de la red eléctrica. Esta pequeña casita ofrece alojamiento para dos personas adultas y puede remolcarse a cualquier parte del globo. Pesa sólo 1.500 kg porque está fabricada con fibra de vidrio y aluminio y ha sido diseñada por la empresa de origen eslovaco Nice Architects como una manera de vivir de forma respetuosa con el ambiente. Cuenta con paneles solares en la parte superior del habitáculo, que generan 600 vatios de potencia eléctrica. Para maximizar el espacio de recolección de las celdas se ha curvado la envolvente de la casa, lo que da a la ecocápsula esa simpática forma de huevo.
A la energía solar se le añaden los 750 vatios producidos por unaerogenerador. Ambos sistemas alimentan una batería de almacenamiento para cuando no se den las condiciones adecuadas de sol y viento. Se añade un sistema de recolección de agua de lluvia que constan de una cisterna de 250 litros y filtros de depuración para que se consuma de forma segura. Además, «el tamaño y la forma de la casa están pensados para minimizar las pérdidas energéticas y el calor», explican sus fuentes desde Bratislava.
Sus dimensiones son de 2,55 metros de alto, 4,45 de largo y 2,25 metros de ancho. Viene equipada con cocina y cuarto de baño completo. Por cierto, el inodoro se completa con un sistema de compostaje para los residuos orgánicos que se produzcan.
La firma de Bratislava ha diseñado toda una gama de componentes extra, que incluyen hasta una mini lavadora, para que cada cliente personalice su futura casa como desee. Sus autores han declarado a la prensa americana en alguna ocasión que su cápsula puede ser una alternativa más salubre a las caravanas. Y lo comentan porque, aunque parezca una curiosidad, cada vez más jóvenes ingenieros que van a trabajar a las grandes empresas de telecomunicaciones de ciudades como San Francisco eligen vivir en una caravana mientras consiguen ahorrar para comprarse su primera casa. Hace un tiempo la publicación Business Insider dedicaba un reportaje a uno de estos jóvenes; un ingeniero de 23 años que durante más de cinco meses había vivido en un remolque instalado directamente en el aparcamiento de uno de estos gigantes de internet. Consiguió ahorrar hasta el 90 por ciento de su sueldo durante ese tiempo, gracias también a que comía y se duchaba directamente en el campus de la empresa.
Transporte
La firma ha decidido producir las primeras 50 unidades y las han puesto a la venta a principios de año con la idea de que sus primeros clientes puedan disfrutar de sus caravanas a finales de 2016. El precio es de 80.000 euros, aunque antes se debe realizar una reserva no reembolsable de 2.000 euros. Eso sí, venden de momento en EE UU, Canadá, Australia y gran parte de la Unión Europea y hay pequeñas variaciones en el coste de envío.
Trasladar la cápsula hasta Nueva York (EE UU) cuesta 2.200 euros, a Buenos Aires (Argentina) 1.800 y a Melbourne (Australia), 1.500. Quien quiera puede esperar a la segunda generación de unidades, prevista para el 2017 y cuyo coste será inferior si los pedidos acompañan, según afirman los diseñadores.
¿Y por qué no vivir en un vagón?
Otra posibilidad para quien quiera cambiar de entorno y viajar de forma sostenible es hacerlo en un viejo vagón de tren transformado en vivienda. El último en aparecer se ha desarrollado en Austria y se llama Wohnwagon. Cuenta con paneles solares para la electricidad y recogida de agua pluvial. Para calentar el agua de uso común utiliza una estufa alimentada con madera, que también sirve para cocinar.
La empresa que lo comercializa dispone de tres tamaños, cuyo precio oscila entre los 40.000 y los 90.000 euros.
Sin embargo, no hace falta ir tan lejos para hacerse con un bonito vagón de tren donde vivir. Desde 2006 la empresa española Wagonstill se dedica a recuperar destartalados vagones, sobre todo de los años 50 a los 70, que compañías como Renfe han desechado, para transformarlos en cómodos alojamientos de entre 24 y 34 m2. Los vagones, una vez trasladados, se montan sobre traviesas y raíles por dos razones, nivelarlos y evitar que se tenga que construir el soporte en hormigón. Una vivienda única que puede costar alrededor de 40.000 euros y que se puede personalizar, también en términos de eficiencia energética y sistemas renovables.
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