Una enorme vajilla sucia flota en la ría de Bilbao

La instalación representa los mil litros de agua sucia que cada familia genera al día. Este Día Mundial del Agua se centró en las aguas residuales y recordó que 1.800 millones de personas beben agua contaminada

Los habitantes de Bilbao se levantaron el día 22, día Mundial del Agua, con una sorpresa sobre su ría. Una enorme vajilla sucia de más de 70 m2 (como un edificio de tres plantas) flotaba en sus aguas como recordatorio de que cada familia genera cada día unos 1.000 litros de agua residual. «Una cantidad enorme e insostenible», recuerdan en Acciona Agua, empresa responsable de esta acción, con la que han querido hacer reflexionar a todos los curiosos que paseaban por allí o que iban de camino al trabajo o de vuelta a casa.

La instalación es parte de su campaña «Cierra el grifo», un programa pensado para que todos tomemos conciencia de los efectos medioambientales y económicos que supone este gasto diario y de la necesidad de hacer un consumo más racional del agua. Y es que «el agua es un pilar esencial para la vida. Es el hábitat de millones de especies y un recurso imprescindible para la supervivencia. Si desaparece, disminuye o se deteriora se rompe el ciclo de la vida y el equilibrio natural. Una sociedad responsable tiene como deber no agotar este recurso y devolverlo en adecuadas condiciones a la naturaleza para así dejar un legado a las generaciones futuras», explican desde la compañía Acciona.

Con esta iniciativa, Acciona se ha sumado al Día Mundial del Agua, que este año tuvo como tema central la gestión del agua residual, considerado uno de los grandes retos medio ambientales que afronta nuestro planeta. Naciones Unidas quiere concienciar de esta manera en la necesidad de que el agua sea tratada y, en la medida de lo posible, reutilizada. Así, con esta conmemoración, se desea potenciar el cumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que establece «la mejora de la calidad del agua, reducción de la contaminación, eliminación de los vertidos y minimización de la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducción a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua». Y es que en el mundo, tan solo el 20% de las aguas residuales reciben un tratamiento adecuado, y se observa una gran desigualdad entre los países con elevadas rentas (que depuran más 70% de sus aguas residuales) respecto a aquellos cuya riqueza es baja (8% de capacidad de tratamiento). Las consecuencias no son sólo medio ambientales, sino también sanitarias y relativas al bienestar de la población así como al desarrollo económico. Según la ONU, al menos 1.800 millones de personas en el mundo utilizan una fuente de agua potable que está contaminada con materia fecal y cada día, cerca de 1.000 niños mueren a causa de enfermedades diarreicas prevenibles relacionadas con el agua y el saneamiento.

Cierra el grifo

«Para lograr este reto, es necesario, por una parte, concienciar a la población sobre el uso responsable del agua de cara a minimizar la generación de aguas residuales, y por otra parte, desarrollar tecnologías de depuración cada vez más económica y ecológicamente sostenibles. Porque esos 1.000 litros de aguas residuales que se generan al día suponen un caudal que debe ser tratado en depuradoras que, a su vez, consumen energía con el consiguiente impacto medio ambiental asociado. Por ello, Acciona Agua, dentro de su apuesta por la sostenibilidad hace énfasis en la importancia de que cada ciudadano sea consciente del uso que hace del agua y del efecto directo que como consumidores tienen en la sostenibilidad de la gestión del ciclo del agua». Gestos tan sencillos como usar el lavavajillas en lugar de lavar a mano, que ahorra 30 litros de agua al día o lavar la fruta y la verdura en un cuenco, gesto con el que se ahorran hasta 10 litros de agua, son esenciales para cuidar de un recursos tan importante como el agua.