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3 problemas y soluciones de la salud ocular
Si te lloran los ojos sin parar, están enrojecidos, tienes la visión borrosa o estás enganchada al móvil, utilizas unas gafas de sol de dudosa procedencia y llevas una dieta diaria alejada de las verduras y la fruta, ten por seguro que tu salud ocular está zona de riesgo.
Si te lloran los ojos, están enrojecidos, estás enganchada al móvil o tu dieta diaria se aleja de verduras y frutas... Ésto te interesa.
1. OCIO TECNOLÓGICO: EPIDEMIA DE MIOPÍA
Tablets, ordenadores y móviles pueden hacer que dejer de ver con nitidez lo que tienes lejos. En España hay más de 10 millones de personas con miopía simple. La prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 20% y el 30% de la población. El aumento de los casos de miopía simple, sobre todo entre la población joven, está ligado al aumento del ocio tecnológico; es decir, al uso cada vez más extendido y prolongado de ordenadores, televisores, tablets y smartphones. Más del 40% de los jóvenes europeos de entre 25 y 29 años son miopes hoy en día, y las previsiones no son nada halagüe.as. Algunos datos, como los que maneja el Brien Holden Vision Institute, auguran un aumento notable de la prevalencia de esta enfermedad. La institución apunta que la mitad de las personas serán miopes en 2050, algo que ya sucede en países como China, Corea del Sur, Singapur o Taiwan, que superan esa mala expectativa. El riesgo es que estos casos de miopía simple pueden derivar en cuadros más graves y, eventualmente, en ceguera. Solo en España hay alrededor de un millón de personas con miopía patológica, una enfermedad que se produce por la distensión de la parte posterior del globo ocular y que provoca hemorragias, desgarros retinianos y desprendimiento de retina entre otros problemas a medida que avanza.
ES IRREVERSIBLE: La miopía es un defecto del ojo que dificulta ver correctamente de lejos. En lugar de hacer foco en la propia retina, el punto focal se forma delante, de modo que cuesta ver con claridad los objetos o personas que están a cierta distancia. Un gesto típico de quienes tienen miopía es entrecerrar los párpados cuando intentan leer algo que está alejado. Aunque la miopía no es reversible, se puede tratar mediante el uso de gafas y lentillas correctoras, con intervenciones quirúrgicas o con lentes intraoculares.
2. DIME QUÉ COMES Y TE DIRÉ CÓMO VES
Cuida tu alimentación y desecha tus hábitos sedentarios: la diabetes tipo 2 causa retinopatía. La retinopatía diabética es la primera causa de ceguera en los adultos menores de 50 años. Se trata de una enfermedad progresiva que comienza sin síntomas y afecta a los pequeños vasos sanguíneos de la retina, es decir, el tejido sensible a la luz que se ubica en la parte posterior de los ojos. Con el avance de la enfermedad, se dañan y obstruyen los vasos sanguíneos, y algunas partes de la retina no reciben sangre. Al detectarlo, el propio organismo se encarga de generar nuevos vasos que, sin embargo, son anómalos y demasiado frágiles. Si las paredes de estos vasos se rompen, pueden gotear sangre y ocasionar una pérdida severa de visión. La retinopatía diabética, como sugiere su nombre, está relacionada con otra enfermedad cada vez más habitual: la diabetes. Se calcula que el 8% de la población mundial la padece, sobre todo la de tipo 2, que responde a nuestros malos hábitos dietéticos, el sedentarismo y la obesidad. El reciente estudio di@bet.es detectó que en España hay más de 5 millones de personas con diabetes tipo 2 y, lo que es aún más inquietante, que el 43% todavía no lo sabe.
RIESGO DE CEGUERA: Los problemas visuales son muy frecuentes en las personas que tienen diabetes.“La revisión del fondo de ojo debe realizarse en el momento en el que debutan, sin esperar a que aparezcan síntomas de enfermedad visual, ya que podría ser demasiado tarde”, señala el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral. El National Eye Institute concuerda con él. Según esta entidad estadounidense, las personas con retinopatía proliferativa (el estado más avanzado) pueden reducir el riesgo de ceguera en un 95% con un tratamiento oportuno y un seguimiento adecuado.
3. EL LADO MÁS OSCURO DEL SOL: LOS RAYOS UV NOS DAÑAN
Ojos irritados y rojos, cataratas o casos de cáncer: de ahí la importancia de unas gafas adecuadas. La exposición de los ojos a los rayos del sol, ya sea de manera directa o usando gafas de mala calidad, puede causar graves lesiones internas y externas. Las quemaduras en la piel de los párpados son una de las consecuencias más frecuentes. Además del enrojecimiento puntual, estas quemaduras pueden producir lesiones más serias como la queratosis actínica –un relieve áspero que puede derivar en cáncer– o la enfermedad de Bowen, un tipo de cáncer escamocelular. Pero el alcance de los rayos UV también afecta al interior de los ojos. Un exceso puntual de luz ultravioleta provoca daños en la conjuntiva. La irritación y enrojecimiento son las típicas secuelas de un descuido. No obstante, cuando la exposición es regular y frecuente, puede derivar en el desarrollo del pterigión, un tumor de aspecto carnoso y forma triangular que crece sobre la parte blanca del ojo y que, incluso, puede extenderse sobre la córnea. El pterigión o ‘uña’ es un tumor no canceroso, pero hay otros que sí lo son y que tienen estrecha relación con el sol.
SI VA A MÁS: Otra de las lesiones que surgen o se agravan con los rayos UV son las cataratas, éstas son áreas nubladas que se desarrollan en la lente del ojo y que impiden el paso de la luz. En general, comienzan tímidamente y no causan dolor. Mientras se mantienen pequeñas, no ocasionan molestias ni alteran la visión; pero crecen dificultando la visión. El tratamiento es la cirugía. Con todo, es muy importante evitar a toda costa las gafas de mala calidad: es preferible no usar nada a ponerse gafas sin filtro UV. Los lentes malos no impiden el paso de estos rayos, pero sí atenúan la luz, de modo que las pupilas están más dilatadas y más expuestas a sufrir lesiones. Además, la Academia Americana de Oftalmología recuerda la dolorosa ceguera de nieve, producida por la exposición a los rayos UV, que se reflejan en el hielo y la nieve, especialmente a grandes alturas.
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