España
Mitos y verdades del virus del papiloma
El virus del papiloma humano (VPH) se ha convertido en la enfermedad de transmisión sexual más frecuente. A su alrededor se han generado una gran variedad de mitos. ¿Qué hay de cierto en ellos?
Tres de cada cuatro jóvenes sexualmente activos han estado infectados del virus del papiloma humano (VPH) en algún momento de su vida, una enfermedad de transmisión sexual que se transmite a través del sexo, ya sea vaginal, rectal u oral. He ahí el primero de los mitos generados en torno al virus del papiloma, sí, también se transmite con sexo oral.
Los expertos se plantean si es el desconocimiento de la enfermedad o esas falsas verdades cien veces repetidas, los que han aupado al VPH como la enfermedad de transmisión sexual más frecuente.
1. Es una enfermedad de transmisión sexual que afecta sobre todo a gente joven.
El 75% de la población española sexualmente activa ha estado infectada de alguno de los 140 tipos de VPH que existen en algún momento de su vida. "No tratamos a gente mayor en la consulta, el contagio es maduro-joven", apunta el dermatólogo de la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV), José Antonio Varela.
2. La persona contagiada lo detecta porque aparecen verrugas en los genitales.
Del 75% de la población contagiada, sólo una pequeña porción desarrolla la enfermedad y una de cada 10 personas presentará verrugas y acudirá a la consulta para tratarlas. Desde la AEDV hacen hincapié en que se debe diferenciar entre estar infectado y padecer la enfermedad.
Tanto las verrugas en la zona genital como en las manos o, incluso, la boca, son signos del virus del papiloma, pero no siempre aparecen y cuando lo hacen, pueden no ser visibles.
3. Hay un tratamiento específico para tratar el virus.
No existe un mecanismo de detección infalible ni un fármaco que ataje el VPH. "Ningún tratamiento elimina el virus, sólo cuando el sistema inmunitario es capaz de eliminarlo por sí mismo, desaparece", señala el doctor Varela. Una buena alimentación, rica en vitaminas y baja en grasas y evitar el tabaco ayudan al sistema inmunitario a combatir el virus.
Sobre el tiempo de maduración del virus, el dermatólogo no es tan taxativo. Se dice que ataca al organismo entre 60 y 120 días. No obstante, también puede suceder que aparezca seis meses después de que el paciente haya sido contagiado. Varela calma al paciente: "La evolución natural es hacia la desaparición".
4. Es un virus 'femenino'.
Negativo. Afecta a hombres y mujeres. En ellos, el virus puede infectar a las áreas genitales de los hombres (pene y ano). Sin embargo, "la que más se juega es la mujer"(ver mito 7), apunta Varela.
5. El preservativo durante las relaciones puede evitar el contagio.
El doctor Varela rehúye los porcentajes en estos casos y se limita a señalar que si bien no es infalible, si es "fundamental"para prevenir esta y muchas otras enfermedades. Como método de barrera, los preservativos femeninos y masculinos son indispensables en cualquier relación. "Si uno usa de forma adecuada el preservativo y mantiene el pelo púbico sin rasurar, el riesgo de contagio es casi cero", señala el dermatólogo de la AEVD Ramón Grimalt.
6. La persona contagiada no puede practicar sexo.
Los pacientes con VPH pueden seguir manteniendo relaciones sexuales con preservativo hasta que el médico se lo indique. Para dejar de usar los profilácticos deben pasar un mínimo de seis meses sin presencia de virus y dar dos resultados negativos.
7. El virus del papiloma humano provoca cáncer.
Un estudio elaborado en la década de los 90 probó que en un alto porcentaje de casos, el papiloma era el desencadenante del cáncer de útero. Sin embargo, el doctor Varela llama a la prudencia. Para empezar, señala porque el número de casos detectados anualmente en España de cáncer de útero es bajo –"alrededor de 700"señala- y, en segundo lugar, porque el VPH tiene gradaciones.
Las verrugas se asocian a VPH de bajo riesgo. En cambio, cuando se produce una displasia o anomalía grave el virus puede evolucionar hacia una lesión maligna que degenere las células del recto (sexo anal) o del cérvix o cuello uterino. Es en estos casos, cuando se puede provocar un carcinoma que desencadene una lesión tumoral. "Sucede en muy pocas ocasiones", abunda el dermatólogo.
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