Alimentación
Pistachos, el fruto seco con menos calorías que mejora la salud sexual y cardiovascular
Su aspecto humilde de pequeños aperitivos no se corresponde con su enorme valor nutricional. Las bondades de los frutos secos ya cuentan con el sello científico que avala que su consumo no sólo beneficia a la salud, sino que además previene multitud de enfermedades. Dentro del amplio repertorio disponible, los pistachos, que cuentan con su Día Mundial, albergan beneficios desconocidos para la mayoría de la población.
A pesar de que la creencia relaciona el consumo de frutos secos con el aumento de peso, según varias investigaciones apoyadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), los pistachos podrían tener menos calorías de lo que antes se había pensado, ya que algunas de sus grasas no son talmente digeridas por el organismo. Así lo ha demostrado un estudio científico realizado sobre mujeres de en torno a los 20 años de edad, que incluyeron en su dieta dos o tres raciones –una ración equivale a unos 28,35 gramos– en función de sus necesidades calóricas. Después de diez semanas, ninguna de ellas había experimentado cambios en el peso, la circunferencia de la cintura ni en el índice de masa corporal.
Una ración de pistachos equivale, aproximadamente, a unas 49 unidades y contiene 165 kilocalorías, mientras que otros frutos secos como los anacardos, las almendras, las nueces y las avellanas contienen menos unidades y más calorías por ración. Además, destaca por su riqueza en fibra, 2,8 gramos por ración y seis gramos de proteínas vegetales.
Su perfil saludable supone un valor añadido a nivel cardiovascular. Una investigación realizada por la doctora Sheila G. West de la Universidad Estatal de Pennsulvania y publicada en la revista «American Heart Association» demuestra que una dieta moderada en grasas con ingesta diaria de pistachos durante cuatro semanas puede disminuir la resistencia vascular periférica, tanto durante el resposo como en situaciones de estrés agudo.
Control de la tensión
En la investigación clínica han participado adultos que padecen diabetes mellitus tipo II controlada con un estilo de vida saludable. El estudio compara el efecto sobre la presión sanguínea y el sistema hemodinámico cardíaco de una dieta moderada en grasas con el 20 por ciento de energía proveniente de los pistachos, frente a una dieta con el mismo contenido calórico pero con menos grasas, más hidratos de carbono y sin pistachos. West afirma que «tras la ingesta de la dieta con pistachos los vasos sanguíneos se mantenían más relajados y abiertos durante los test de estrés». El estudio también demuestra que durante 24 horas, la presión sistólica sanguínea se mantiene significativamente más baja en el caso de seguir una dieta con pistacho. Según la doctora Kathryn Sauder, co investigadora y responsable de conducir las pruebas del estudio, «este hallazgo es importante porque los individuos que no muestran un descenso de la presión sanguínea durante la noche, acostumbran a padecer más complicaciones cardiovasculares».
Además, como explica West, «en el caso de padecer obesidad y diabetes, los pacientes sólo experimentaban una moderada dislipemia, incluso los diabéticos menos sanos tienen posibilidad de mejora».
Pero todavía hay más. El consumo de pistachos podrían ejercer un papel beneficioso en la diabetes al mejorar la resistencia a la insulina, según un estudio realizado por la doctora Mónica Bulló y su equipo de investigación de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Todos los frutos secos tienen efectos beneficiosos en la patología de la diabetes, pero según Bulló, «la composición nutricional de los pistachos los hace especialmente susceptibles de jugar un papel relevante, ya que son ricos en fibra, beta carotenos y otras sustancias antioxidantes». Y añade que «nuestra investigación sugiere que el consumo regular de pistachos tiene importantes efectos en la disminución de la glucosa y de la insulina y puede incluso ayudar a revertir algunas consecuencias metabólicas nocivas de la pre-diabetes». Las únicas pruebas realizadas hasta la fecha sugerían que el consumo de frutos secos podría mejorar el metabolismo de glucosa, pero no había estudios que evaluaran el efecto de estos alimentos en la progresión de la pre-diabetes. uno de los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad. Las bondades de los pistachos también se observan entre las sábanas. y es que su consumo puede mejorar los síntomas de disfunción eréctil, según una investigación publicada en «Internacional Journal of Impotence Research». Los pacientes añadieron cien gramos de pistachos al día durante tres semanas y mostraron una mejora significativa en sus resultados de Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF) que mide tanto la función orgásmica como el deseo sexual y la satisfacción del acto sexual. La explicación se debe a que contiene arginina, un aminoácido característico que produce óxido nítrico y tiene un efecto vasodilatador, por lo que mejora la irrigación sanguínea de las arterias en los pacientes que con disfunción eréctil.
En un momento en el que el aperitivo crece entre los hábitos de alimentación de los españoles (el 90 por ciento de la población consume alimentos de aperitivo de forma habitual), los expertos destacan la necesidad de que el 15 por ciento del total de las calorías diarias corresponda a las ingestas que se realizan a media mañana y a media tarde pero recomiendan que éstas sean poco calóricas.
Fraccionar
En este sentido, la doctora Nieves Palacios, jefe del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte del Consejo Superior de Deportes, sostiene que «se debe tener en cuenta que fraccionar la ingesta de alimentos en cinco tomas diarias no significa picotear a cualquier hora y en cantidades inadecuadas». Por ello, «el 15 por ciento de las calorías totales debe corresponder a las ingestas que se realizan a media mañana y a media tarde, por lo que éstas no deben ser ni muy calóricas, ni muy abundantes. Por ejemplo, una ración de 30 gramos de pistachos americanos suponen unas 160 calorías, lo que en una dieta de 1.800 calorías correspondería al 8 por ciento del total».
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