Pacientes

Aterriza en España el fármaco que detiene el avance del mieloma

La Agencia del Medicamento ha autorizado por la vía rápida un anticuerpo que frena este cáncer en pacientes en recaída que no responden a otras terapias. El producto concita la atención de especialistas de todo el mundo.

Aterriza en España el fármaco que detiene el avance del mieloma
Aterriza en España el fármaco que detiene el avance del mielomalarazon

La Agencia del Medicamento ha autorizado por la vía rápida un anticuerpo que frena este cáncer en pacientes en recaída que no responden a otras terapias. El producto concita la atención de especialistas de todo el mundo.

La revolución que supuso la llegada al mercado de los nuevos medicamentos contra la hepatitis C no es la última que ha experimentado el mundo de la medicina. Aunque posiblemente no sean tan mediáticos y se dirijan a una población diana mucho menos numerosa, otros productos que están ingresando en la farmacopea aportan también para los pacientes mejoras terapéuticas prodigiosas que hace apenas un lustro eran casi inimaginables hasta para los especialistas más avezados de todo el mundo, y que marcan un antes y un después en el ámbito de su respectiva enfermedad. Esta irrupción se está produciendo en algunas áreas médicas, pero empieza a concentrarse en el siempre desesperante campo de la oncología.

Uno de los paradigmas de esta nueva generación de medicamentos capaces de cambiar de forma radical el curso de una enfermedad oncológica se encuentra, por ejemplo, en el llamado daratumumab, un anticuerpo monoclonal humano autorizado a principios de diciembre por la Agencia Española del Medicamento como fármaco único para pacientes de mieloma en recaída. Esta molécula ha sido una de las principales «estrellas» de la 58 Reunión de la Sociedad Americana de Hemalogía (ASH), uno de los eventos científicos más importantes del planeta, que congregó en la ciudad estadounidense de San Diego a más de 27.000 especialistas de todo el mundo.

Para entender la importancia del medicamento en este campo y, posiblemente, en el futuro de la oncología, basta aludir a la rápida autorización que ha recibido en España –con una dilación de apenas seis meses con respecto al preceptivo plácet de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), cuando lo frecuente es que transcurra mucho más tiempo entre ambos trámites–, y a las propiedades que ha demostrado en los ensayos clínicos. Los resultados de algunos de estos ensayos fueron analizados de forma minuciosa en San Diego por los médicos allí desplazados.

Defensa del organismo

Conviene recordar que el mieloma es un cáncer de la sangre que afecta a las células plasmáticas, un tipo de glóbulo blanco que se localiza preferentemente en la médula ósea. Una de las funciones de estas células plasmáticas es producir inmunoglobulinas o anticuerpos, sustancias que fluyen por el torrente sanguíneo con el fin de defender al individuo, atacando para ello toda materia extraña que penetre en su organismo. Cuando irrumpe la enfermedad, dichas células producen en exceso un único tipo de inmunoglobulina, provocando anemia y dolores óseos en el paciente, afecciones que pueden derivar también en insuficiencia renal y en hipercalcemias. Mariví Mateos, directora de la Unidad de Mieloma del Hospital Universitario de Salamanca, cifra la incidencia de esta patología en España en 4 o 5 casos por cada 100.000 habitantes, lo que equivale a hablar de unos 2.500 casos nuevos cada año. Casos que, generalmente, suelen corresponderse con pacientes de unos 62 años de edad. En total, la enfermedad representa el 1% de todos los cánceres y el 10% de los cánceres de la sangre.

La potencialidad de daratumumab y su carácter cuasi revolucionario radica en que se muestra capaz de detener en seco el avance de la patología en pacientes en recaída cuando fallan otros tratamientos de primera línea como la quimioterapia. ¿Y cómo lo hace? Por un lado, destruye las células tumorales, y por otro, estimula células del sistema inmunológico para que ayuden al organismo en la lucha contra la enfermedad. Según los datos disponibles, en el 85% de los pacientes la enfermedad se puede estabilizar. «Antes, la media de supervivencia era de ocho meses; ahora, alcanza los 20 meses», asegura esta médico.

Pero la efectividad como terapia para enfermos en recaída que no responden a otros tratamientos no es la única cualidad de este anticuerpo monoclonal. De hecho, se está analizando ya si se puede administrar como fármaco de primera línea contra el mieloma, y los resultados preliminares son muy prometedores, aunque habrá que esperar al menos hasta 2018 o 2019 para conocer los resultados definitivos. En España, dos enfermos prácticamente desahuciados recibieron de forma experimental el fármaco hace tres años y, según la doctora Mateos, hoy se encuentran bien de salud. Uno recibió el tratamiento en Salamanca y el otro, en Barcelona.

Los ensayos ya concluidos que se han conocido en San Diego apuntan en esa dirección de alta efectividad. Por ejemplo, la mitad de los enfermos de mieloma múltiple no vuelve a tener recaídas de este tipo de cáncer sanguíneo cuando se les administra el fármaco en combinación con la terapia estándar formada por lenalidomina y dexametasona. Esta terapia prolonga de forma significativa la supervivencia ante la enfermedad. «Casi un 50% de los pacientes alcanza una respuesta completa y se espera una supervivencia libre de progresión que ronda los cuatro años», subraya Mateos, añadiendo que «nunca jamás habíamos visto esto en pacientes con mieloma en recaída». En opinión de Albert Oriol, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, «en unos pocos años» se pueden realizar tratamientos que permitirán decir que «el 40 o el 50% de los pacientes no va a recaer nunca», informa Efe.

Todo ello, además de la baja toxicidad que muestra, hace pensar a los especialistas que este fármaco podría resultar también útil en el futuro para el tratamiento de otras enfemedades hematológicas.

Un futuro sin quimioterapia en la leucemia linfática crónica

Los avances revolucionarios en el campo de los cánceres sanguíneos pueden desplazar a un lado a alguno de los tratamientos más utilizados hasta ahora en el combate de la enfermedad: la quimioterapia. Esto es, al menos, lo que empieza a suceder en el caso de la Leucemia Linfática Crónica (LLC). En el combate de esta enfermedad ha irrumpido Ibrunitb, un medicamento biológico con un perfil de seguridad mucho mayor que las terapias actuales. Además, se puede administrar a todo el mundo con independencia de su edad, y presenta una tasa de eficacia muy alta, según Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona. El producto es capaz, prácticamente, de cronificar una enfermedad que afecta cada año a3,7 de cada 100.000 personas. Según los datos presentados en San Diego, a tres años el nivel de supervivencia libre de progresión es del 85%, con lo que sólo un 15% estaría fuera de tratamiento.