Enfermedades
«Detectaremos signos de alzhéimer dos años antes de su aparición»
Entrevista a Jesús Ávila, responsable científico de la Fundación CIEN (Centro de Investigaciones de Enfermedades Neurodegenerativas) y Ciberned
Entrevista a Jesús Ávila, responsable científico de la Fundación CIEN (Centro de Investigaciones de Enfermedades Neurodegenerativas) y Ciberned
- El alzhéimer es uno de los grandes problemas de salud del siglo XXI, aún con incógnitas importantes. ¿Cómo buscan las respuestas?
-Lo cierto es que estamos ante una de las enfermedades con más impacto en la salud pública, junto con el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. El problema es que para éstas hay más respuestas, pero para las enfermedades neurodegenerativas nos encontramos ante un problema crónico que puede alargarse por más de diez años y que supone un reto importante abordar, tanto en materia de prevención como terapéutico.
-Desde el Proyecto Vallecas de la Fundación CIEN, auspiciado por la Fundación Reina Sofía, asumen este reto y comienzan a encontrar la forma de intervenir...
-Nos hemos dado cuenta de que podemos mejorar nuestro trabajo, porque ahora somos capaces de distinguir tres etapas claras en la patología, lo que nos permitirá abordar su prevención. La fase asintomática, en la que se desarrollan las placas amiloides; la transitoria a deterioro cognitivo (y que estudiamos en Vallecas), donde la proteína TAU da lugar a los ovillos neurofibrilares; y la del desarrollo patológico, en la que se da ya la muerte neuronal. Un error que se ha cometido ha sido tratamientos en la tercera etapa para combatir las patologías TAU o la beta-amiloide cuando ya nos encontrábamos en la muerte neuronal. Por eso resulta tan importante hallar marcadores que nos sitúen a los enfermos en las primeras etapas para darles los tratamientos adecuados.
-¿Y lo han conseguido?
-Estamos en ello. Se ha diseñado un algoritmo que nos podría permitir anticipar la aparición de la enfermedad antes de diagnosticar los síntomas clínicos, en el tiempo de la transición entre el primer y segundo estadío.
-Cuando habla de síntomas clínicos, ¿a qué se refiere?
-No se trata del despiste de no recordar dónde está algo, sino más bien de olvidar para qué sirve ese algo, la funcionalidad del objeto. Esto se nota mucho en ámbitos laborales y cuando se convierte en una constante, cuando se debe consultar con el neurólogo.
-¿Esto valdría para todos los pacientes o sólo un grupo en concreto?
-Nosotros estudiamos la forma de origen esporádico, que son más del 99% de los casos, porque para la hereditaria, menos del 1%, tenemos marcadores genéticos que definen el riesgo de padecer alzhéimer. Hay trabajos que concluyen con gran especificidad que hablan de año arriba o abajo sobre la aparición de los síntomas, pero se refieren a la de origen familiar. Nos tenemos que centrar en el resto.
-Pero, abarcar esta población es muy ambicioso y complicado, ¿cierto?
-Sí, pero tenemos que diseñar herramientas, como el algoritmo que mencioné, que se presentará en el próximo congreso de Lisboa (que tiene lugar la semana que viene), que nos ayuden a predecir en la predicción de la enfermedad. Con esto no queremos decir que aunque no tengamos una cura, sí buscamos estrategias para retrasar la enfermedad neurodegenerativa.
-Estamos ante una enfermedad silente en la que en los últimos años parece que sólo progresa ella y no los resultados médicos, ¿qué falla?
-Hay mucha gente muy buena trabajando en respuestas a todo esto. Necesitamos dar un impulso a las investigaciones, más apoyo, menos recortes... Hay que apostar por la investigación en red. Nosotros, desde Ciberned, podemos ser un ejemplo de ello, trabajando de modo razonado y con objetivo concretos para dar soluciones paso a paso.
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