Sanidad
«El sistema sanitario tiene que trabajar en resultados de salud»
Alberto Giménez / Pte. Fundación Economía y Salud. Desde la Fundación Economía y Salud se ha elaborado un completo documento que ofrece respuestas a las necesidades del sistema sanitario que tantos quebraderos de cabeza trae a las administraciones. Uno de los grandes valores del trabajo, que esta semana se ha presentado en el Senado, es el consenso que ha conseguido entre 140 profesionales de diferentes sensibilidades, lo que hace más factible su puesta en práctica.
Desde la Fundación Economía y Salud se ha elaborado un completo documento que ofrece respuestas a las necesidades del sistema sanitario que tantos quebraderos de cabeza trae a las administraciones
-Si la Sanidad es un motor económico, ¿por qué siempre todo lo que gira a su alrededor le señala más como un «pozo sin fondo» por el gasto?
-Que la sanidad es un motor de la economía y es estratégico es algo de lo que no cabe la menor duda, tanto por la salud y la calidad de vida de las personas como por su capacidad de generar riqueza, empleo intensivo, inversiones en infraestructuras y de avances tecnológicos de extraordinario nivel. Lo que tenemos que hacer es trabajar en medidas muy concretas que pongan encima de la mesa los datos que generación de empleo, de mano de obra, los retornos que todo esto tiene.
-Desde el documento que han presentado en el Senado, «100 Medidas que Mejoran el Sector de la Salud», ¿cómo se aborda?
-Un dato que sale de las medidas que proponemos de adaptar los recursos a las necesidades, porque sabemos muy bien que el sistema está muy centrado en lo agudo, y se habla mucho de la necesidad de focalizar en lo crónico. Esto es obvio porque la cronicidad representa casi el 80% del gasto público sanitario. Pero no sólo eso, sino en las posiciones en las que una vez salvada la vida, hay que centrarse también en lo subagudo, en la convalecencia concreta.
-Un ejemplo...
-En España hay 120.000 altas hospitalarias por ictus, de ellas un 68% necesitan rehabilitación, por tanto, 80.000 personas precisan rehabilitación; más de la mitad no la tienen por falta de recursos, por ausencia de centros y hospitales específicos. Si se diera, porque tenemos un programa de investigación en la Fundación Economía y Salud que lo ha estudiado, el 60% se recuperaría de su déficit. Hay 25.000 personas cada año que por esta carencia son condenados a una gran dependencia severa y supone un coste social y sanitario a largo plazo tremendo.
-Esto significa gestionar, ¿cuál es la receta?
-Hay mucho que trabajar en la eficiencia, como también en la mejora de los recursos humanos: debemos incentivar y premiar a los que lo hacen bien y ayudará a trabajar con más motivación y mejorará la atención clínica... Esto también nos puede ayudar a reducir costes. El sistema tiene que trabajar en resultados de salud.
-En la Sanidad pública, la palabra que más se usa es gasto, con las connotaciones que conlleva. ¿Cómo se cambia el discurso?
-Es que hay que cambiar la idea, el problema no está en las camas o el gasto, sino en la salud, en qué se ha traducido lo que hecho con los medios que tengo. Para ello necesitamos con urgencia indicadores que nos midan lo que hacemos y las alternativas que existan y sus resultados. ¡Esto es imprescindible!
-¿Cómo se consigue?
-Precisamos de la tecnología que nos permita abrirnos a la interoperabilidad. Lo cierto es que tenemos los medios y los recursos, nos falta voluntad, liderazgo... Ese gran consenso de los políticos para ese gran pacto de estado, para lo que necesitan el consejo de profesionales.
-Una de las virtudes del documento que presentan es precisamente el quórum conseguido entre 140 profesionales muy diferentes, ¿no es el mejor ejemplo?
-Así es. Es uno de los grandes valores del documento, junto a la rigurosidad y las medidas concretas que recoge. El consenso conseguido entre 140 expertos con dilatada experiencia que proceden de distintas sensibilidades... todos han sido capaces de llegar a acuerdos descartando medidas más polémicas y aprobando el resto. ¿Qué significa? Que cualquier gobierno que quisiera implantar esas medidas no tendría que tener resistencia de la oposición porque ya están consensuadas. Esto cuesta mucho llevarlo a la práctica.
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