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La deshidratación aumenta un 50% el riesgo de sufrir un accidente de tráfico

La deshidratación aumenta un 50% el riesgo de sufrir un accidente de tráfico
La deshidratación aumenta un 50% el riesgo de sufrir un accidente de tráficolarazon

En función de las últimas investigaciones, la falta de una adecuada ingesta de agua perjudica al estado de ánimo, la atención, la memoria a corto plazo y la coordinación visual y motora. Esta última consecuencia se traduce en un incremento de errores durante una conducción monótona y prolongada. Los efectos de no atender al consumo de 2 litros diarios en las mujeres y 2,5 litros/día en los hombres, según la European Food Safety Authority (EFSA), han sido destacados en el II Congreso Internacional de Hidratación, organizado por The Coca-Cola Company.

«Las alteraciones en nuestra percepción se producen cuando hablamos de una deshidratación de un 2 por ciento de pérdida de masa corporal», afirma Ángel Gil, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (Finut). Cuando dicha pérdida alcanza el 5 por ciento se experimenta fiebre y sequedad, y en el caso de superar el 8 por ciento, «el cuerpo entra en un situación límite donde se puede producir la muerte», añade.

Según los expertos, conseguir el equilibrio hídrico no sólo depende de beber agua, sino que a ello también contribuyen las frutas, verduras, caldos y zumos. Por ello, la principal recomendación para una ingesta adecuada de líquidos es seguir una alimentación moderada y equilibrada. «Siempre hemos sabido que somos lo que comemos, y ahora también podemos decir que somos lo que bebemos», afirma Gregorio Valera-Moreiras, presidente de la Fundación Española de Nutrición (FEN). Junto a una dieta variada, los profesionales médicos añaden otras recomendaciones para evitar la deshidratación: leer la información nutricional de las bebidas, aumentar la ingesta de agua cuando se practique ejercicio físico y concienciarse sobre sobre la importancia de compensar los líquidos perdidos. Respecto a este último punto y ausencia de actividad física, el organismo pierde entre 2 y 3 litros cada día. «La orina, las heces o el sudor son las principales vías por las que perdemos agua, lo que muestra su baja capacidad para almacenarse en nuestro cuerpo», explica Gil.

Las consecuencias de una ingesta inadecuada de líquidos adquieren una mayor importancia respecto a sectores de riesgo como menores, personas mayores y mujeres embarazadas. En el primer grupo, donde la EFSA recomienda consumir 2,1 litros diarios en los niños y 1,9 litros/día en las niñas, «la deshidratación sumada a un proceso infeccioso puede llevar a la muerte», advierte Valera-Moreiras. En personas mayores de 65 años el desequilibrio hídrico causa problemas cognitivos y funcionales, a lo que se añade la pérdida de líquidos relacionada con un mayor consumo de fármacos. «En los más mayores se aconseja 8 porcionesde líquidos al día», destaca el presidente de la FEN. En tercer lugar, los expertos aconsejan evitar complicaciones durante el embarazo aumentando 0,3 litros las cantidades recomendadas, e incrementar 0,6 litros/día durante el periodo de lactancia para conseguir una leche materna con los nutrientes adecuados.

«Una buena forma de saber si cumplimos con lo recomendado es observar el color de la orina, si es amarillo pálido estamos hidratados, pero si es intenso debemos de beber más», aconseja Gil.

El peligro de no beber

Además de alterar las capacidades físicas y cognitivas, la importancia del agua en el funcionamiento biológico del cuerpo humano relaciona la deshidratación con problemas intestinales, metabólicos o renales. «Un correcto equilibrio hídrico cada vez adquiere mayor interés, no sólo como parte de la nutrición sino por su relevancia fisiológica y su influencia en la salud y el bienestar de la población», señala Carmen Pérez-Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Al fin y al cabo, tal y como destacan los expertos, el agua es el principal componente del organismo al representar el 60 por ciento del peso corporal. Su acumulación en un 50 por ciento en los músculos, un 20 por ciento en la piel y una décima parte en los órganos, la permite tener una importancia vital en el organismo. «El agua desempeña funciones de gran importancia tanto en el metabolismo como en todos los procesos biológicos», resalta Gil.

Algunos de sus principales cometidos en el cuerpo humano son: el transporte de nutrientes, dar estabilidad a la estructura y consistencia a los órganos, regular la temperatura corporal y lubricar las articulaciones, el tracto digestivo y el cerebro. Tanto la actividad cognitivacomo el funcionamiento de sistemas neurotransmisores se ven alterados con la deshidratación, limitando así las capacidades funcionales. «Más allá de que una persona corra más o menos, el consumo de agua afecta a la capacidad intelectual, por lo que es muy importante la educación sobre su importancia», señala Gil.

En este sentido, los expertos advierten de que es necesaria una mayor investigación para poder determinar todos los efectos que la deshidratación tiene sobre el organismo. «Sabemos que perjudica nuestra calidad de vida, no obstante, las consecuencias de un consumo inadecuado de líquidos están lejos de conocerse bien», resalta Varela-Moreiras. Por ello, los experto proponen comenzar con un plan transversal en educación hídrica que implique a instituciones, familias y profesionales médicos.