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La otra «muerte» del ébola

Por primera vez en 40 años se obtiene una vacuna que protege por completo frente al virus. Se les inoculó a 5.837 personas y diez días después no había rastro de la enfermedad.

Niños son examinados para la prevención del ébola en Monrovia (Liberia).
Niños son examinados para la prevención del ébola en Monrovia (Liberia).larazon

Por primera vez en 40 años se obtiene una vacuna que protege por completo frente al virus. Se les inoculó a 5.837 personas y diez días después no había rastro de la enfermedad.

Han pasado 40 años desde que el primer brote de ébola fuera detectado en Zaire, en 1976. Durante este tiempo se han reproducido los ataques del virus de manera cada vez más virulenta, hasta la última explosión de 2014 que acabó con la vida de más de 11.000 personas en África y, por primera vez, se expandió a otros países fuera del continente.

Tras este balance de décadas, llega, por fin, la primera vacuna eficaz para proteger al ser humano de esta infección letal. Así lo anunciaba ayer la revista médica «The Lancet». Bajo el nombre técnico de rVSV-ZEBOV se ha logrado fabricar un fármaco inmunizador que ofrece un cien por cien de protección contra el virus del Ébola. El medicamento se ha aplicado a 5.837 personas en Guinea, dentro de un ensayo clínico en el que participaron casi 19.000 individuos. En todos los casos la vacuna se mostró absolutamente eficaz hasta más de diez días después de que fuera inoculada.

El ensayo clínico ha sido dirigido por la Organización Mundial de la Salud conjuntamente con el Ministerio de Salud guineano. La empresa responsable de su desarrollo es la farmacéutica Merck, Sharpe and Dohme. Según informaron sus responsables, los ensayos han tenido lugar en la región de Basse-Guinée, cerca de la costa de Guinea. Esta zona aún no había sido declarada libre de ébola en el año 2015, cuando los trabajos de investigación con humanos comenzaron. Este requisito era fundamental para el éxito de la prueba. Se requería que el trabajo de campo se tuviera lugar en terrenos donde la enfermedad siguiera activa. La razón es el método de aproximación que se ha utilizado, una estrategia clínica que los expertos llaman «inmunización en anillo». ¿En qué consiste? Cuando un nuevo caso de ébola era diagnosticado, los investigadores rastreaban todas aquellas personas con las que el enfermo hubiera podido estar en contacto al menos en las tres semanas anteriores. Se investigaba hasta el menor detalle: quién había visitado su casa, adónde había viajado, los movimientos de sus familiares más cercanos, el origen de sus ropas... Esos datos servían para trazar «anillos» virtuales que indicaban el número de personas que debían ser vacunadas. Se confeccionaron un total de 117 anillos formados por una media de 80 personas cada uno.

En una primera fase se vacunó a todos los adultos de cada uno de esos círculos dentro de las tres semanas posteriores al primer contagio. Cuando se demostró que la vacuna era segura y no producía toxicidad, se pasó a vacunar también a los niños de más de seis años.

En las primeras fases de la prueba se testó también la posibilidad de que se hubiera producido «inmunización en rebaño». Este término se refiere al efecto protector que la vacunación de parte de una comunidad produce también en los vecinos que no han sido vacunados. Aunque el ensayo no estaba diseñado para producir este efecto, lo cierto es que a las pocas semanas empezó a notarse este tipo de efecto indirecto.

Es la primera vez que se demuestra con éxito que un medicamento puede proteger contra uno de los virus más esquivos y dañinos que conocemos. Aun así, la nueva vacuna tiene algunos puntos débiles. Al parecer solo es eficaz contra una de las dos cepas más comunes de ébolavirus. Además su protección, de momento, no es permanente. Dura muy poco y requiere continuas revacunaciones.

Por ahora, son necesarios nuevos análisis posteriores para obtener más datos sobre la seguridad y la eficacia del fármaco, sobre todo en niños. Pero, con la información obtenida hasta el momento, se puede decir que, al menos, ya contamos con una primera medida de contención en caso de un nuevo brote.

La compañía farmacéutica encargada del desarrollo de esta vacuna se ha comprometido a asegurar la producción de un stock de 300.000 dosis durante 2017. Estas vacunas, aunque no hayan sido todavía aprobadas totalmente, podrían utilizarse invocando el «uso compasivo» de los medicamentos si surgiera una nueva emergencia sanitaria.

En paralelo, se está investigando con otro fármaco, un adenovirus recombinante cuyo primer ensayo clínico se efectuó en Sierra Leona también en el año 2015. En ese caso se vacunó a 500 personas que recibieron la inmunidad contra la enfermedad 28 días después de la vacunación y durante 6 meses. Solo se observó un efecto secundario grave en una persona. Ambas líneas de investigación nos acercan al logro de una vacuna definitiva, pero aún están lejos del sueño de erradicar la enfermedad.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se lamentaron ayer de que estos resultados hayan podido llegar demasiado tarde, teniendo en cuenta los miles de muertos que la epidemia ha dejado a su paso. No en vano, entre 2013 y 2016 murieron más de 11.300 personas por este virus, lo que evidenció la urgente necesidad de la vacuna. Sin embargo, también celebraron que, a partir de ahora, el mundo estará preparado para afrontar una nueva crisis. Por su parte, el director de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Guinea, Keita Sakoba, hizo hincapié en que el ébola «dejó un legado devastador» en su país y se mostró orgulloso por «haber podido contribuir al desarrollo de una vacuna que permita a otras naciones evitar lo que hemos soportado nosotros».