Cirugía
Laparoscopias más precisas y seguras gracias al 3D
El empleo de las tres dimensiones en las intervenciones de mínima invasión aumenta la sensibilidad del cirujano ya que cuenta con más profundidad de campo y detalle
El empleo de las tres dimensiones en las intervenciones de mínima invasión aumenta la sensibilidad del cirujano ya que cuenta con más profundidad de campo y detalle
Las intervenciones sin apenas incisiones ya son un casi una práctica habitual en los quirófanos. La laparoscopia es una técnica quirúrgica en la que aún se pueden encontrar importantes mejoras; la última de ellas, el uso de las tres dimensiones para aumentar la profundidad de campo y el detalle de las zonas que son operadas. Así, la aplicación de la tecnología 3D para la cirugía laparoscópica es una técnica relativamente novedosa, como apunta el doctor Ricardo Pardo, cirujano general del Hospital Quirónsalud Ciudad Real: «La tendencia actual con los equipos de laparoscopia pasa por una mejora continua de la imagen sobre la que trabajamos... En este momento se está pasando al 4K como referencia, se busca mayor nitidez y claridad del campo. Cuanto mejor sea la visión del campo la cirugía se realizará de forma más segura para el paciente y más rápida, disminuyendo los tiempos de ocupación de los quirófanos». Al final, la mejora en los dispositivos que maneja el cirujano son una evolución hacia un bisturí más preciso que repercute en la consecución y desarrollo de acciones más seguras de cara al paciente. «Las 3D aportan rapidez y efectividad con una mayor infalibilidad para el paciente. Los resultados pueden ser claramente mejores debido al detalle que aportan en determinadas intervenciones», manifiesta el cirujano del hospital manchego.
¿Dónde y cuándo?
La cirugía en 3D resulta aplicable a cualquier técnica laparoscópica o toracoscópica y cualquier especialista que utilice laparoscopia o endoscopia para intervenir la puede utilizar sin ningún tipo de problema. La única diferencia que va a notar es mejor visión, más profundidad de imagen, menor cansancio físico y mayor rapidez, todo ello con la garantía de que no se deja a un lado la reducción de riesgos para el paciente.
Pardo demuestra mediante un ejemplo práctico cómo es esto posible: «La disección de un conducto cístico y una arteria cística es mucho más sencilla cuando añades profundidad al campo quirúrgico, rodear el cístico resulta más fácil porque tienes la sensación de controlar el campo mucho más. Un considerable control del espacio quirúrgico significa más efectividad en la cirugía y más rapidez. El tiempo disminuye claramente con las tres dimensiones». Y con ello subraya que queda claramente patente que «las 3D aportan rapidez y efectividad con una mayor seguridad para el paciente. Los resultados pueden ser claramente mejores».
Pese a que la cirugía en 3D resulta aplicable a cualquier técnica laparoscópica o toracoscópica, y cualquier especialista que utilice laparoscopia o endoscopia para intervenir la puede emplear sin ningún tipo de problema, según qué tipo de intervención se lleve a cabo, la utilidad de esta técnica es aún mayor. «Se nota más en cirugías que requieren mucha precisión y suturas continuas. La cirugía de la obesidad mórbida tipo «by pass» constituye un claro ejemplo de ello. La manipulación de los instrumentos de sutura con las 3D es mucho más sencillo que con las dos dimensiones, lo que disminuye de forma drástica el tiempo de la cirugía y el cansancio de los profesionales que realizan la intervención», puntualiza Pardo.
Sobre este último punto, el cirujano del hospital de Ciudad Real detalla sobre cómo repercute en la figura del cirujano: «Tras el período de adaptación que dura poco tiempo el trabajo resulta más sencillo con menor cansancio visual. En cirugías prolongadas no hace falta fijar de forma continua la visión como en las dos dimensiones. Claramente se opera con menor cansancio».
Preparación del cirujano
Como explica Ricardo Pardo, cirujano general del Hospital Quirónsalud Ciudad Real, «para operar en 3D hay que tener experiencia en cirugía laparoscópica en 2D. Cuesta adaptarse un poco al principio hasta que la visión se habitual, pero luego el efecto es extraordinario. La imagen es llamativamente clara y el efecto en tres dimensiones permite calcular la amplitud de los movimientos mucho mejor que con la laparoscopia tradicional. La sensación de profundidad que aportan las tres dimensiones la convierte en una cirugía muy diferente a las dos dimensiones. La ventaja desde el punto de vista económico es que sólo precisa una cámara nueva con monitores nuevos ya que toda la instrumentación que se utiliza es igual a la de las dos dimensiones».
Preparación del cirujano
Como explica Ricardo Pardo, cirujano general del Hospital Quirónsalud Ciudad Real, «para operar en 3D hay que tener experiencia en cirugía laparoscópica en 2D. Cuesta adaptarse un poco al principio hasta que la visión se habitual, pero luego el efecto es extraordinario. La imagen es llamativamente clara y el efecto en tres dimensiones permite calcular la amplitud de los movimientos mucho mejor que con la laparoscopia tradicional. La sensación de profundidad que aportan las tres dimensiones la convierte en una cirugía muy diferente a las dos dimensiones. La ventaja desde el punto de vista económico es que sólo precisa una cámara nueva con monitores nuevos ya que toda la instrumentación que se utiliza es igual a la de las dos dimensiones».
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