Vacunas

Prueban en dromedarios la vacuna contra el virus de Oriente Medio

Una investigación en la que han participado la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA) ha diseñado una vacuna eficaz en dromedarios frente al coronavirus que causa el síndrome respiratorio de Oriente Medio, conocido como MERS, por sus siglas en inglés.

La vacuna podría reducir el contagio entre animales y de animales a humanos al reducir significativamente la excreción nasal del virus, y podría ser probada para proteger de personas con mayor riesgo de contraer la infección por este virus.

En la investigación, coordinada por el Centro Médico Erasmus de Rotterdam (Holanda) y publicada en la revista «Science», han participado Joaquim Segalés, profesor del Departamento de Sanidad y Anatomía Animales de la UAB e investigador del IRTA, junto con Albert Bensaid y David Solanas, también investigadores del IRTA.

El MERS es un virus que se contagia de los animales a las personas, fue aislado por primera vez en 2012 en Arabia Saudí en un hombre de 60 años y hasta ahora no tiene tratamiento.

La enfermedad cursa con fiebre, tos y dificultades respiratorias, también puede causar neumonía y su tasa de mortalidad es del 35 %.

Desde 2012 se han producido varios brotes de MERS en humanos, principalmente en países de Oriente Medio y Corea del Sur, y según la OMS, se han registrado 1.621 casos confirmados en laboratorio de 26 países diferentes, que incluyen al menos 584 muertes.

Los dromedarios y camellos actúan como reservorios del MERS, un coronavirus que se aloja en sus vías respiratorias superiores -nariz, laringe, faringe y tráquea-.

Los animales generalmente desarrollan una afectación leve, que en algunos casos cursa con mucosidad abundante, y suelen ser portadores del virus, lo que supone un riesgo elevado de contagio, tanto para otros animales como para los humanos.

Los investigadores han probado durante diez semanas en ocho dromedarios traídos a la UAB desde las Islas Canarias (cuatro vacunados y cuatro sin vacunar) la eficacia protectora de la MVA-S, una vacuna modificada basada en un ortopoxvirus.

Los resultados muestran que la vacuna es capaz de proteger a los animales a nivel de tracto respiratorio superior.

En comparación con los animales no vacunados, los dromedarios vacunados y posteriormente infectados con el MERS redujeron el virus excretado a través de la vía respiratoria.

La protección también se pudo demostrar con la presencia de anticuerpos capaces de neutralizar el virus -que impiden la replicación vírica- en el suero de los animales vacunados, así como en la cavidad nasal.

Según los investigadores, en base a los resultados obtenidos, la vacunación con MVA-S serviría principalmente para reducir la excreción del virus y, por tanto, también su propagación.

Además, los investigadores consideran que vacunar a los dromedarios más jóvenes podría reducir la excreción del virus, dado que estos ejemplares excretan más cantidad de MERS que los adultos, por lo que tendrían que ser vacunados en primer lugar.

Según ha explicado Segalés, la vacuna podría ser probada en las personas con mayor riesgo de contagio del virus, como por ejemplo las que trabajan en el ámbito hospitalario y las que tienen un contacto regular con dromedarios.

Aun así, teniendo en cuenta que generalmente la inmunidad de mucosas tiene un efecto transitorio, harán falta más estudios para determinar la duración de la protección de la vacuna, ha reconocido el investigador.

«Es posible que una protección total ante el MERS no se llegue a lograr, porque el virus se replica a bajo nivel en las vías respiratorias superiores incluso en presencia de anticuerpos específicos, de manera similar a otros virus respiratorios, como el coronavirus del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave)», ha advertido Segalés.