Crisis del PSOE

«Sólo la dimisión en bloque de toda la Junta podría solucionar la tragedia del Icomem»

María Saíz Martín, presidenta ADEPS, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de Madrid y compromisaria en el Colegio de Médicos de Madrid

Doctora Maria Saiz, del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carlos
Doctora Maria Saiz, del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carloslarazon

María Saíz Martín, presidenta ADEPS, jefa del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico de Madrid y compromisaria en el Colegio de Médicos de Madrid

Como colegiada madrileña y perteneciente a la lista de la candidatura de la oposición, ¿cuál es su impresión de lo que sucede en el Icomem?

-Mi respuesta como colegiada y perteneciente a la lista de la candidatura de la oposición, que significa que nos quedamos a muy pocos votos de la lista elegida, es de enorme preocupación por los que actualmente presiden el Icomem. La mayoría de los 40.000 colegiados del Icomem no tiene en general gran interés, pues siempre se observa como una obligación normativa el pago de las cuotas del colegio y como mucho se acuerdan de la corporación cuando hay algún problema deontológico que afecte particularmente. Es precisamente esta desidia y la problemática de la gestión del colegio la que nos motivó a un grupo de colegiados que no nos conocíamos, pero que comulgábamos con el deseo de cambio y transparencia en la gestión para los médicos y médicas de Madrid, a trabajar y hacer una candidatura para presentarnos el pasado 24 de mayo del 2012.

-¿Qué opina de lo acaecido en la última asamblea?

-Mi opinión de la última asamblea no es de oídas porque estuve allí físicamente, tanto como compromisaria de la etapa anterior, pues desde hacía años estaba propuesta por la profesora Juliana Fariña, como por lista numérica y proporcional de los representados en la nueva etapa. Mi desconcierto al observar una vez más que la Junta Directiva actual está peligrosamente dividida, o sea que la presidenta no tiene el respeto de las personas de su junta de gobierno. Y que algunos de los miembros de la misma ningunearon a su presidenta o intentaron hacerlo en varios momentos de la asamblea. Que hubo una presentación de gestión por la tesorera y otra presentación diferente por la presidenta.

-Ante la posibilidad real de una bajada de cuotas, propuesta por la presidenta, ¿por qué los colegiados no muestran más apoyo?

-Tal como les decía en mi primera respuesta, los colegiados están alejados del colegio y su gestión. La propuesta de bajada de cuota de colegiación sí se aprobó por una gran mayoría de los presentes compromisarios, junto con otras cuestiones que presento la presidenta en la asamblea del Icomem.

-Desde fuera se ve a una junta dividida y enfrentada hasta en los juzgados. Para un colegiado cuya representación son ellos, ¿esto en qué se traduce?

-Desgraciadamente si una candidatura y su Junta Directiva que ha ganado las elecciones –aunque fue relativamente fácil pues estábamos seis candidaturas a competir en el 2012– nada más ganar se muestra dividida en criterios de gobierno interno y de gestión es debido a varias cosas, pero lo más importante, en mi opinión, es que no hubo una amalgama de grupo o de equipo preliminar y por tanto sólo dieron sus nombres y no su entusiasmo para ser los representantes de los médicos de Madrid.

-El colegio lleva tres años estancado sin aprobar presupuestos. En su opinión, ¿qué actitud debería adoptar la dirección del colegio?

-La Junta Directiva, que no puede ni confiar en sus miembros de gobierno como un solo grupo activo, para bien o para mal, pero con la responsabilidad de un programa y un hacer diario en la entidad a favor de los demás, que tiene que repetir un año y otro año la gestión económica y funcional sin apoyos reales de los compromisarios, que son los representantes de los colegiados, y que sus problemas y malas relaciones salen en la prensa diaria como si fueran problemas de un patio de vecinos es muy desagradable y no nos lo merecemos los médicos colegiados.

-Recientemente nació Adecomm. ¿Cree que esta iniciativa podrá ayudar a terminar con esta situación?

-Sí, conozco a los miembros que formaron la asociación de Adecomm, pues son personas activas que participaron vivamente en nuestra candidatura. No estoy asociada porque ya tengo bastante con las asociaciones y fundaciones a las que pertenezco, que son muchas y variadas, pero todas con el afán filantrópico que las mueve y que mueve mi existencia vital. Arreglar nuestro Icomem no lo creo, pero sí ayudar a comunicar los problemas a los demás colegiados que están muy ausentes en general del colegio.

-Si la corporación es más conocida por sus escándalos que por las acciones en favor de sus colegiados, ¿cómo es que no hay mas protestas?

-He comentado la poca querencia del colegiado con el Icomem en la actualidad y la lejanía del colegio con sus colegiados pues las últimas elecciones no votó ni el 20 por ciento de sus miembros. Es un cuerpo sin cabeza y una cabeza sin cuerpo como un muñeco roto. Las protestas salen del corazón y también de la razón, pero aquí no hay ensamblado que lo haga posible. Qué le vamos hacer si los actuales representantes no ponen remedio.

-Desde su posición, ¿cuál es la solución a todos estos problemas?

-En mi opinión y probablemente de la mayoría de las personas que actuamos como compromisarios es la dimisión en bloque de toda la Junta de Gobierno (presidenta, vicepresidenta, secretario, tesorero y vocales) la que podría solucionar esta tragedia.

-¿Qué le pediría a su Junta Directiva si tuviera la oportunidad de poder hablar cara a cara con ellos?

-La dimisión en bloque y que adelantaran las elecciones, ya han sufrido bastante y nos han hecho sufrir como representados. Pues creo que la desconfianza que se han demostrado durante estos tres años hasta llegar a la denuncia entre colegas es ya demasiado para todos.

-¿Se presentaría en una nueva candidatura en caso de que se anticipasen las elecciones?

-Tendría que pensarlo varias veces antes de tomar mi decisión, pues lo que fue un proyecto vital y trabajado por un grupo humano que se creyó capaz de servir al Icomem en el 2012 ya ha envejecido tres años. Y para los tiempos que vivimos tres años es una inmensidad.