Historia

Jesús Fonseca

Fazio desmonta el simplismo histórico

Mariano Fazio, vicario general del Opus Dei
Mariano Fazio, vicario general del Opus Deilarazon

«Se afirma con frecuencia que el mundo moderno es un mundo secularizado, mientras que el medieval es un mundo cristiano. Afirmación simplista». Así escribe, Mariano Fazio, en su Historia de las ideas contemporáneas, camino de su sexta edición en Rialp, ampliada y revisada. Tras detenerse en el liberalismo y el nacionalismo, Fazio repasa el marxismo, el socialismo utópico y el movimiento anarquista, y dedica páginas implacables al capitalismo salvaje, la alienación económica y cómo afrontar las situaciones sociales de conflicto.

«El hombre no es el individuo autónomo del liberalismo, ni una molécula de la sociedad totalitaria», sostiene Fazio. Razón no le falta. De lo que ya no estoy tan seguro es de que eso se cumpla hoy día, visto lo visto: una sociedad emperrada en una cultura de dioses sustitutivos, que desecha la idea de vida y de persona.

Sacerdote, historiador y filósofo, el vicario general del Opus Dei, desentraña las raíces de la Modernidad, y toma el pulso a sus pensares y sentires. Mariano Fazio muestra de dónde venimos, para mejor entender nuestra realidad. Desenmascara, desde el bisturí de la historia, eso que Jiménez Lozano ha llamado con tanto acierto «los feroces dioses de ahora mismo». En palabras del Cervantes de Alcazarén: «un mundo sin sentido del mal y el bien, lo justo e injusto, la víctima y el verdugo».

Historia de las ideas contemporáneas, es uno de los mejores libros que ha caído en mis manos en años. Tanto por su capacidad para escudriñar la verdad, como para mostrar algo tan esencial como que el proceso de secularización no es unívoco. Que secularización no equivale a descristianización. Para Mariano Fazio, la autonomía absoluta del hombre termina en tragedia: «la visión prometeica del hombre, ya sea en su versión Ilustrada, como romántica, marxista, nietzscheana... ha causado un grave desorden en los diferentes ámbitos de la existencia humana», insiste.

Las tragedias de los campos de concentración nazis, de Hiroshima y Nagasaki, de los atroces archipiélagos gulag, de los genocidios nacionalistas, así lo atestiguan. Como también esta sociedad casi ingobernable que se vuelve contra el hombre, con sus manipulaciones y calamidades ecológicas y económicas.

Lo mejor de estas páginas tal vez sea que ahondan en un saber práctico, capaz de coger por los cuernos el toro del agnosticismo, la revolución sexual o el feminismo radical. Que ahonda en un análisis valiente de la relación entre Iglesia y mundo contemporáneo, con sus luces y sombras. Un libro imprescindible, por su calidad intelectual, por su investigación sagaz, para explicarse la vida.