El gobierno Frankenstein

El Gobierno de Carmena es un polvorín. El cese fulminante, y para algunos humillante, del Concejal de Economía y Hacienda a finales de diciembre así lo atestigua. Carlos Sánchez Mato había arrastrado a Madrid a una guerra encarnizada con el Ministro Montoro que disgustaba a Manuela y ésta le despojó de sus funciones.

Los errores del gobierno de Carmena provienen desde sus orígenes. Todo empezó en 2015 cuando Pablo Iglesias y su aparato político cosieron un “Frankenstein” llamado Ahora Madrid. La criatura resultante tenía como cabeza visible a una persona retirada y teóricamente sin vinculación política, pero al mismo tiempo incorporaba retales de hasta 6 facciones con distintos intereses. Entre los bandos que entraron en el Gobierno municipal hay representantes de Podemos, Izquierda Unida o Ganemos, del partido verde y recientemente, de un nuevo grupo llamado “Madrid 129”.

Lo preocupante es que el “Frankenstein” de Carmena no tiene una postura clara en cuestiones tan importantes como el desarrollo urbanístico de la ciudad, el tipo gestión en los servicios municipales o las inversiones necesarias para la ciudad. Más allá de su equidistancia con la unidad de España, donde sí muestran unidad para atacar a la Constitución, alarma que entre ellos no tengan una visión sobre la operación Chamartín o sobre la limpieza de las calles de Madrid.

Las principales víctimas de las peleas de patio son los madrileños ya que no ven ni un problema resuelto en Madrid, ni una iniciativa que mejore la vida de los ciudadanos. A estas alturas, no hay Presupuesto municipal para 2018. Lo que significa que Carmena y todo su equipo todavía desconocen a qué se dedicarán los 4.500 millones de euros que recauda anualmente el Ayuntamiento. Siempre diré que si no saben gastar, que como mínimo nos bajen los impuestos.

Sólo quedan 15 meses para que Carmena finalice un mandato apoyado por los socialistas. Ahora los miembros del “Frankenstein” están más preocupados por estar en las listas electorales del año 2019 que por solucionar los problemas de los ciudadanos. Madrid no puede permitirse tener unos concejales de gobierno que estén en contra de su propia alcaldesa. Este gobierno ha perdido la confianza de los suyos y parece que les va a resultar muy difícil recuperarla.