José Prat y la Fiesta Nacional

“He tenido siempre, y perdonad la parte subjetiva que hay en mis palabras, una gran devoción por el 12 de octubre, que creo que es la verdadera fiesta nacional de España. Es un concepto viejo, un concepto muy viejo el de nación en España. Está ya en la época romana, cuando se sonreían los senadores romanos del acento andaluz de Adriano, porque ya había acento andaluz, mis queridos amigos, en la época de plata de las letras romanas”. Estas palabras no son mías, ni de un político “facha”, al decir de los redentores de la nueva política. Las pronunció el 6 de octubre de 1987 el senador socialista José Prat durante el debate del proyecto de ley presentado en Las Cortes por el gobierno de Felipe González, que establecía el día de la Fiesta Nacional de España el Doce de Octubre.

De José Prat me habló muchas veces Francisco Álvarez-Cascos, quien fue compañero suyo en el Senado, entre 1982 y 1986. Lo solía hacer uniendo en sus comentarios elogiosos a los senadores José Prat y a Rafael Fernández, que fue el primer presidente autonómico de Asturias y, junto con Pedro Masaveu, el creador de los Premios Príncipe de Asturias para afianzar el vínculo del Principado con la monarquía española. La talla política de ambos se agranda al recordar que vivieron y sufrieron el exilio durante cuarenta años, uno en Colombia y otro en Méjico, y reconocer que, lejos de alentar el resentimiento y la venganza entre los españoles, eran los grandes valedores del espíritu de concordia en la transición y la restauración de la democracia española.

Estos días son noticia los ataques y los desplantes a la Fiesta Nacional del Doce de Octubre de personajes tan conspicuos como las alcaldesas de Madrid, de Barcelona o de Badalona, por citar los casos más notables. Pero no ha sido suficientemente resaltado que Manuela Carmena, que Ada Colau o que Dolores Sabaté han accedido al cargo y presiden su respectiva corporación municipal gracias a los votos del PSOE. ¿Ha escuchado alguien a los portavoces socialistas de Madrid, de Barcelona o de Badalona reprochar a estas señoras su escaso respeto a la Fiesta Nacional aprobada por una ley que promovió el PSOE en 1987?

Por eso hoy, día de la Fiesta Nacional 2016, las palabras pronunciadas hace treinta años por José Prat resuenan como aldabonazos en la conciencia de los españoles, para vergüenza de sus correligionarios. Y ofrecen la clave de la situación de un PSOE que, en la época en la que Felipe González, José Prat o Rafael Fernández promovieron la Fiesta Nacional del Doce de Octubre, contaba con un abrumador respaldo electoral de los españoles; y que ahora, en la época en la que Zapatero, Sánchez y sus seguidores abominan de la Fiesta Nacional, se encuentra al borde del abismo electoral, cada día más abandonado por los españoles.