Ciudadanos
Confundirse con el paisaje
Este domingo pasado Albert Rivera concedía una entrevista a El Correo, el diario con mayor difusión de Euskadi. El líder de Ciudadanos, cuando le preguntan por la posición de su partido en relación al Concierto Económico, contesta: “Somos prácticos, no hay consenso suficiente para tocar el Concierto. Hoy en día lo único realista que hay es que cada equis tiempo se puede actualizar el coste de las competencias. Sabemos que no hay muchas ganas de hacer una reforma constitucional. Si algún día Euskadi abre ese debate, veremos cuáles son las mayorías que, siendo realistas, creo que no se dan”. Su candidato a lehendakari decía cínicamente días atrás que él no es economista y que no sabe si los vascos debemos pagar más o menos de lo que hoy día pagamos al Estado, como si no se supiera que el sistema foral rompe la igualdad en España.
Respecto a las diputaciones forales, Rivera era diáfano: “Mientras exista el sistema actual, hay que defender las diputaciones forales. También defendemos los cabildos”. Como si el mantenimiento del sistema actual dependiera de cómo sople el aire y no de políticos como él que campan día y noche por televisiones y parlamentos. Como si los debates se abrieran solos y no dependieran de lo que hagan los representantes políticos. Es decir, que muchas ganas no se le ven de osar criticar el Concierto Económico sino todo lo contrario. Porque añade, además, que “hay que defender las diputaciones forales”; es decir, no respetarlas mientras existan y proponer mientras tanto una reforma para suprimirlas y modernizar de ese modo el disparatado entramado institucional vasco (cuatro parlamentos, cuatro gobiernos, 3 políticas fiscales diferentes) sino nada menos que “defenderlas” (frente a quién, por cierto). Una posición semejante a la del resto de partidos políticos que se presentan a las elecciones vascas: objetivo, confundirse con el paisaje y no resultar incómodo a lo establecido, desplegando así una actitud contemplativa cuando no cobarde. La misma que el PSE y el PP. Indistinguible de lo que defienden el resto de partidos políticos miembros del club de los principios muertos.
La excusa del consenso y es “el sistema que tenemos” me espetaron a mí durante 8 años 74 de 75 parlamentarios en el Parlamento Vasco: “no hay consenso” para suprimir el Concierto Económico ni para suprimir las sacrosantas diputaciones forales ni para reformar la ley electoral ni para pedir la devolución al Estado de las competencias de Educación y Sanidad... ni para suprimir los aforamientos (hasta que logré que lo hubiera). “No hay consenso”: la excusa perpetua de quienes no quieren cambiar nada para mantener blindados sus privilegios. Pero un partido que quiera regenerar de verdad la vida política debe ser valiente, aunque se quede solo. Y decir siempre la verdad y la misma en cualquier parte de España. Y querer cambiar de verdad las cosas. Para no hacer nada, y que todo siga igual, ya están todos lo demás. Y Ciudadanos se une a todos ellos.
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