Crisis del PSOE
Los errores del PSOE
No soy partidario de inmiscuirme en problemas ajenos pero, puesto que los asuntos internos de los partidos políticos tienen, obviamente, incidencia directa en la vida de los ciudadanos (y además se financian con nuestros impuestos), quiero apuntar algunos de los errores políticos cometidos en los últimos tiempos no tanto por Pedro Sánchez como por el PSOE en su conjunto.
Sánchez es, tras Chacón y Madina, el tercer líder supuestamente renovador que fracasa en su intento de dirigir y volver a convertir al PSOE en un partido ganador y de gobierno, tras la etapa lamentable del zapaterismo. Hoy día su situación es endiablada y cuesta imaginar cómo lograrán salir del laberinto en el que se encuentran. Monedero lo adelantó hace dos años: “Llegará un momento en que el PSOE tendrá que elegir: o PP o Podemos; y, haga lo que haga, estará perdido”. Y eso que no imagino tarea política más sencilla que distinguirse del centro derecha de la corrupción y los recortes sociales y, a la vez, del populismo que representa Podemos, por mucha fuerza con la que haya surgido y por mucho apoyo mediático que haya disfrutado. Al fin y al cabo, estamos hablando del PSOE, partido centenario donde militan muchas personas valiosísimas y que fue durante años partido vertebrador de España.
Surgido Podemos, el PSOE se vio incomprensiblemente atraído por las huestes podemitas, partido que surge una vez que el zapaterismo había inoculado el sectarismo político y el odio a la derecha española. Tanto que cuando surgió Podemos no tuvieron forma creíble de llevarles la contraria, ya que parte de su discurso (más allá del hartazgo social que logró canalizar) se basaba en algunos de los argumentos defendidos antes por, al menos, parte del socialismo: la derecha es el enemigo y la responsable de todos los males imaginables.
El PSOE no logró (no quiso) encontrar un discurso coherente entre el centro derecha y el populismo de Podemos. Más recientemente, no supo entender que, puesto que el PP había ganado las elecciones generales por segunda vez en 6 meses y además mejorando resultados, no tocaba dejar a Rajoy gobernar sin más ni enrocare en el no sin vuelta atrás sino negociar y proponer medidas, es decir, hacer política y pensar en España. En lugar de eso, se enrocó en el “no es no” sin ofrecer propuesta viable alternativa. Su pretensión posterior de conformarla con los secesionistas que pretenden romper España no es un error sino directamente una traición y un insulto a los españoles. Ni siquiera la experiencia catalana les abrió los ojos. Ni siquiera del disparate del Estatut aprendieron nada. Y hoy día siguen siendo los palmeros del PNV en el País Vasco, donde hace tiempo abandonó el constitucionalismo.
Es difícil saber qué harán a partir de ahora ni si serán capaces de recuperar la confianza de los electores ni si optarán por construir un proyecto progresista del tipo que necesita España: un proyecto progresista y nacional que aúne la defensa del Estado del Bienestar, la socialdemocracia, la regeneración de la democracia, las reformas institucionales y constitucionales que España necesita y la oposición contundente a los nacionalismos que rompen la igualdad territorial y ciudadana. Esto es lo realmente importante, más allá de luchas de poder, baronías territoriales y espectáculos lamentables. Y yo creo que este PSOE no podrá hacerlo. Porque, lamentablemente, lleva años haciendo justo lo contrario.
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