Discapacitados
Mi Monster High preferida
Desde hace menos de cinco años las Monster High se colaron en la vida de las niñas y también de los niños. Son sus heroínas, duermen con ellas, ocupan el primer puesto en la carta a los Reyes Magos, pasan horas junto a los pequeños, y no tan pequeños, en sus ratos de juegos, y lo más importante, se han convertido en sus compañeras de vida arrinconando a otros personajes del mercado.
El éxito de estos muñecos con aspecto humano pero que son hijos adolescentes de los monstruos más famosos de la historia como Frankenstein, Drácula o el Hombre Lobo es indudable. Todos ellos comparten una actitud inconformista ante la vida, así como un pequeño defecto o rareza que los hace diferentes. Pero hasta ahora, quizás, esta tropa estaba un poco huérfana de realidad.
Algo que no pasó desapercibido para Mattel, la marca creadora de las muñecas, que no dudó en dar un paso más y lanzar a Finnegan Wake, un personaje Monster High especial. Hijo de monstruos o criaturas fantásticas, necesita una silla de ruedas para desplazarse, una silla nada convencional que ayuda a un “sireno” cuya cola no se mueve a transportarse a una vida de superación con espíritu aventurero donde el deporte es su aliado perfecto para dar rienda suelta a su carácter inquieto.
No es un muñeco más de la colección, es un ejemplo de integración y superación personal, dicen sus creadores. Tiene un diario secreto que comienza con una frase lapidaria: “No soporto a los que creen que ir en silla de ruedas me va a impedir hacer ciertas cosas”. Todo un mensaje de tolerancia, una forma muy acertada de una marca de muñecas de empapar de inclusión la personalidad de los niños en su etapa de formación a través del juego.
No sé si muchos padres tendrán la ocurrencia por sí solos de integrar a Finnegan en la vida de sus hijos, pero lo que sí sucederá es que muchos de nuestros pequeños harán de Finnegan Wake su compañero de almohada dando una lección a los mayores que les rodean de amistad basada en la tolerancia, el respeto, la diversidad y la diferencia.
Muchos de estos muñecos especiales ayudarán a los niños con discapacidad a vivir en la normalidad, porque sus amigos los mirarán con envidia y hasta los convertirán en sus héroes al llevar una silla como la de Finnegan. Un subidón de autoestima.
La llegada de este muñeco a España va de la mano de la fundación Special Olympics dedicada a fomentar la práctica del deporte entre personas con discapacidad. Por cada muñeco que se venda Mattel destinará un euro al proyecto Jóvenes Atletas, un programa de entrenamiento dirigido a niños con discapacidad de 2 a 7 años.
La creación de este pequeño monstruo pone de relieve que la diversidad es uno de los valores más importantes para Mattel así como su compromiso por la inclusión de todos, lejos de meros intereses económicos.
Algo que merece nuestro agradecimiento con mayúsculas.
ruedaspelig.rosas@pelig.es
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